Por Andrés Timoteo
EL QUINCEAVO
En un aviso de alerta para la zacatecana Rocío Nahle.
El gobernante saliente, Cuitláhuac García, dejará un desastre en el rubro de seguridad porque a las fuerzas del orden las dispuso en contra de la gente, no contra los delincuentes.
A estos los dejó crecer, dominar, violentar y hacer todo tipo de negocios ilegales a costa de la tranquilidad de los veracruzanos.
Y en cuatro meses Nahle deberá tomar decisiones para gestionar el saldo mortífero que encontrará: cadáveres regados, miles de desaparecidos y cero encontrados, centenares de fosas clandestinas y una tremebunda impunidad.
Lo que haga al llegar a palacio de gobierno definirá el resto de su sexenio: mantener los acuerdos y la pasividad con el crimen organizado o responder a los que la votaron -y los que no- pacificando la entidad y metiendo en cintura a los mafiosos.
En el 2019, García Jiménez negaba la presencia de cárteles de la droga en la entidad y todo lo rebajó a bandas.
Luego reconoció a dos y por allá del 2022 los elevó a seis.
Pero en un informe federal difundido en febrero de este año se precisa que son 14 las agrupaciones del crimen organizado que operan en Veracruz.
Bueno, en realidad serían dos grandes cárteles -Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa-Los Chapitos- y varios mini-cárteles que operan regionalmente por su cuenta o aliados a las dos agrupaciones mayores.
En el cuitlahuato surgieron o llegaron a asentarse al menos ocho facciones delictivas y la cifra va en aumento porque ahora con la coyuntura política otras están en fase de consolidación.
En los últimos días, la prensa ha dado cuenta de una organización en el sur que encabeza un tipo apodado "El Chivo" a la que ya puede tipificarse como un cártel, el quinceavo del sexenio.
El término cártel lo comenzó a usar el gobierno de Estados Unidos en los años ochenta para definir a las organizaciones del narcotráfico en Colombia y luego se generalizó en todo el continente.
Un cártel es cuando la actividad ilegal ya no se reduce a simple crímenes locales ni son pequeños grupos de forajidos sino que se convierten en un consorcio con extensión territorial, una estructura piramidal que tiene los capos en la cima seguidos por lugartenientes, 'jefes de plaza', sicarios, 'halcones', narcomenudistas y 'mulas' hasta llegar a los productores de base.
Todo un organigrama empresarial que se complementa con sus nexos con las autoridades -gobernantes, policías, jueces, etcétera-, cuenta con vocerías mediáticas y hace relaciones públicas.
El tema del nuevo mini-cártel volvió a la palestra luego de que el empresario Remigio Vázquez denunciara un ataque y tortura sufridos hace semanas de parte de "Los Chivos", aunque no es el único caso ni es nuevo ese 'modus operandi'.
Dicho grupo criminal lo practica desde el año 2000, según documentan los colegas sureños.
LOS CHIVITOS
Con el duartismo creció exponencialmente, aunque se aquietó en el bienio yunista y ya en el cuitlahuismo agarró nuevamente impulso al grado de dominar un amplio territorio limítrofe con Oaxaca y controlar ayuntamientos como San Juan Evangelista, Playa Vicente y Sayula de Alemán.
Allí impone policías, comandantes, tesoreros, directores y en ocasiones hasta a los alcaldes y regidores.
La periodista Anabel Hernández hizo una radiografía de "Los Chivos" en su columna de la Deutsche Welle (DW) de septiembre del 2022 titulada "México: gobiernos de MORENA tomados por el crimen organizado" (link) en la que da cuenta cómo florecieron en este sexenio y han sido mecenas del partido Morena.
En agosto de ese 2022, la alcaldesa de Sayula de Alemán, Lorena Sánchez Vargas, también denunció las presiones de "Los Chivos" para hacerse del control del ayuntamiento con amenazas en su contra y su familia.
Y en este contexto es justo reconocer que la única cosa positiva que hizo Patrocinio Cisneros como secretario de Gobierno fue contener y traer 'a raya' a estos caprinos bandoleros.
Empero, una vez que el bajacaliforniano quedó fuera del gobierno, los mismos quedaron sin barrera y ahora están en franco espesamiento.
Vayan, en el sur ya hasta piden que los llamen "Los Chivitos" pues la operatividad de ese mini-cártel la llevan en parte los dos hijos del capo fundador y pretenden emular en el apelativo gangsteril a 'Los Chapitos' de Sinaloa.
De ese tamaño la fanfarronería.
La campanada para Nahle es porque esos facinerosos -que se disfrazan de citricultores y ganaderos- andan deslizando la especie que el que viene será "su sexenio" y se jactan de supuestos acuerdos con su cónyuge. Si no los frena, le macularán su gobierno.
REPORTEROS HOSTIGADOS
Como se decía líneas arriba, "Los Chivos" hasta tienen 'jefe de prensa' que desde hace tiempo se ha dedicado a amenazar a los colegas del sur. Los hostiga.
A todo aquel que publica algo que no agrade a sus patrones lo inunda con cartas aclaratorias -mal redactadas, para no variar-.
A esos panfletos los acompaña con amagos de demandas penales y, fuera de foco, reparte amenazas de agresiones físicas.
"Van a ir por ti", les advierte este rústico individuo que es una vergüenza para el gremio.
Envoyé depuis Paris, France.