Por Andrés Timoteo
EL QUINTO MALO
La precariedad de la administración del morenista Cuitláhuac García es tan grande que la “nota” principal de su comparecencia en la legislatura local, el jueves pasado como conclusión de la glosa de su quinto informe de gobierno, fue ni más ni menos la promesa reciclada de crear la Secretaría de Cultura para sustituir al Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC).
Así el chiste se cuenta solo: un gobierno que no ha hecho nada por la cultura en los últimos cinco años y, peor aún, que está plagado de incultos, analfabetas funcionales -los que saben leer y escribir pero ni leen ni escriben comenzando por el titular del Ejecutivo- van a instaurar una Secretaría de Cultura. ¡Ternuritas!
Sin embargo, lo importante y grave fue el trasfondo silencioso, es decir lo que no se dijo en dicha comparecencia.
El gobernante no habló de lo que preocupa y lacera a los veracruzanos: la inseguridad, corrupción y el nepotismo en su gabinete, en endeudamiento, la impunidad y simulación e ineficiencia con la que opera la Fiscalía, las transas familiares, los nexos con la delincuencia y los pactos con los del pasado, léase con los del duartismo y la fidelidad.
Por supuesto que, como ya se había pronosticado, los legisladores, ni siquiera los de “oposición” quienes finalmente sí acudieron a la sesión legislativa, le preguntaron por el financiamiento que el exgobernador Javier Duarte le dio para su campaña del 2016.
Nadie dijo nada sobre esos 400 millones de pesos más 2 millones cada mes para el tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, según develó el priista Héctor Yunes Landa.
¿Por qué ninguno sacó a la palestra el tema si el propio García Jiménez puso, días atrás, sobre la mesa el asunto y pidió debatir sobre el mismo?
Sospechosamente los diputados priistas y panistas no le tomaron la palabra y el jueves únicamente hicieron la faramallas con tópicos recalentados, lugares comunes y retórica insulsa.
Ninguno acorraló al compareciente y este se dio vuelo alardeando logros de saliva y humo.
El gobernante en turno ya no tiene contención, habla y habla de cosas imaginarias, eleva a proezas la mediocridad y desastre de su gestión. Dice, por ejemplo, que ha roto “récord en obras”. Risas.
Pero al enumerarlas solo mencionó unas cuantas que se reducen a mantenimiento de carreteras, reencarpetado de algunos tramos, un par de puentes y otras que ni siquiera son costeadas por el gobierno estatal sino por la federación.
También sostiene que hoy los veracruzanos se tienen “muy seguros”, más que en los gobiernos de sus antecesores, pero no habla de que en estos cinco años se dispararon en un 40 por ciento las desapariciones forzadas de personas, que sus propios policías y agentes de tránsito desaparecen a los ciudadanos.
Tampoco de los feminicidios imparables y ni que los gobiernos extranjeros lanzan alertas para no transitar por carreteras veracruzanas.
¿Cuál seguridad? Ah, y los diputados “opositores” tampoco le exigieron explicar el incumplimiento de esa promesa pacificar la entidad en los primeros dos años de gobierno.
En cambio dejaron que los matraqueara desde el atril legislativo.
DONAS MILLONARIAS
Un insulto a la decencia y a la inteligencia popular fue que García Jiménez afirmó que todos sus colaboradores en el gabinete estatal “son honestos” -risas totales – y que no actúan como los del pasado. Ni la burla perdona.
Un solo caso desbarata su verborrea: las costosas donas que el secretario de Desarrollo Agropecuario, Evaristo Ovando Ramírez factura con cargo al erario ¡a 267 pesos cada una!, según se le reprochó en su comparecencia del 29 de noviembre.
La cotización de esos pastelillos pareciera una nimiedad, pero no lo es porque indica las transas para expoliar el tesoro público.
Lo micro retrata lo macro y si los secretarios inflan el precio de una dona en casi 30 veces, ¿qué no harán con la obra pública y la proveeduría de insumos?
En los hoyos de esas donas -y no es albur- se asoma la corrupción galopante de los burócratas cuitlahuistas.
Y eso de reportar la antojería como gasto de gobierno es una maña endémica desde el inicio del sexenio.
No olviden que en la cuenta pública del 2019, la entonces secretaria de Turismo, Xóchitl Arbesú pagó sus botanas, refrescos y chicles con el dinero de los veracruzanos.
CARENCIA DE TRIBUNOS
La del jueves fue la última comparecencia real de García Jiménez ante los diputados.
La del 2024 tal vez no se haga si es que el tipo pide licencia antes de la fecha o sale huyendo como Duarte.
Si todavía sigue como mandatario, lo que diga en el parlamento local ya no le importará a nadie pues la atención pública estará sobre el gobernador o la gobernadora electos.
Además habrá nuevos parlamentarios.
La 67 legislatura iniciará el 4 de noviembre, entonces estos diputados balines ya no estarán.
Así lo que no preguntaron, exigieron y evidenciaron ahora no lo harán nunca más.
Vaya que hay carencia de verdaderos tribunos pues los de ahora son una bola de apocados.
En fin, la comparecencia de García se resumió en una promesa vacua y vieja: al IVEC lo elevarán a secretaría y la duartista Silvia Alejandre pasará de directora a secretaria.
Por ende, la desocupada funcionaria duplicará su sueldo.
¡Es la única beneficiada con informe número cinco del gobernante!
Eso fue todo.
¿Que no hay quinto malo, reza el clásico?
Por supuesto que sí, ahí está el quinto año de García Jiménez jorobando y mintiendo a todos.
*Envoyé depuis Paris, France.