Por Andrés Timoteo
EL SABEDOR DE PACTOS
Si algo hay que reconocerle al priista Héctor Yunes Landa es la información que tiene sobre los asuntos malolientes de los que han ostentado el poder local.
Por ejemplo, él fue testigo en primera línea de las reuniones secretas que mantuvo el innombrable con el entonces panista Gerardo Buganza Salmerón luego de que éste fuera “derrotado” en el 2004, en la contienda por la gubernatura.
Algunos de esos encuentros se realizaron en la residencia de Yunes Landa de Jalapa. Allí se fraguó un pacto escondido para que Buganza dejara las denuncias de fraude electoral y de usar el título de “gobernador moral” -risas-.
Lo hizo, pero por supuesto que no fue gratuito. Entre vinos y canapés en la casa de Yunes Landa ambos acordaron una indemnización millonaria que luego se fue sabiendo poco a poco.
En junio del 2010, ya en las postrimerías del sexenio fidelista, se dieron a conocer una serie de audios del innombrable y en uno de ellos habla de la paga a Buganza.
Se trata de la compra de 100 vehículos que fueron utilizados como patrullas en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) a una empresa propiedad de Elizabeth Torio, la esposa de Buganza -y prima del también expanista Juan Bueno Torio-.
Torio Ramos cobró por ese negocio 40 millones de pesos y fue tan solo uno de muchos. Se supo también que la señora se convirtió en proveedora de vinos del gobierno fidelista.
Y el acuerdo que Buganza hizo en el domicilio de Yunes no solo fue monetario sino también político.
El cordobés no solo abandonó la resistencia opositora sino que luego renunció al PAN y en el 2010 se sumó a la candidatura de Javier Duarte, el delfín del innombrable, quien lo hizo secretario general de Gobierno y luego titular de la SIOP con todo los fabulosos negocios incluidos.
Pues bien, de todo eso fue testigo Yunes Lada y lo que filtró en su momento resultó totalmente cierto. Eso hay que concedérselo.
Ahora acaba de dar otro aporte a la revelación que hizo en el 2016, cuando él era el candidato del PRI a la gubernatura y Cuitláhuac García competía por primera vez abanderado por Morena.
En aquel momento ventiló los encuentros entre Javier Duarte y García Jiménez en Casa Veracruz que terminaron en un pacto y el financiamiento al morenista con el erario estatal.
“Cuitláhuac va a Casa de Gobierno de manera constante, eso sí lo sé, no sé de qué platican, lo supongo. Sé que entra en un vehículo que después sale con mayor peso, seguramente porque comieron algo ¿no?”.
Así lo afirmó en el noticiero matutino de MVS en el que añadió:
“recursos que no tenía Morena, los tuvo en los últimos meses, cosas extrañas, y (las) visitas de Cuitláhuac a Casa de Gobierno las confirmo, había hasta dos por semana. Se los digo porque gente que andaba conmigo, trabajando ahí, me lo ha reportado. Hasta dos veces por semana”.
Lo evidente es que Yunes Landa dosificó la información pues hoy, siete años después, destapó otra parte de lo que siempre se supo -o sea que no era sospecha sino indicio- poniéndole cifra al dinero que García Jiménez recibió de Duarte y también a lo que le mandó al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
Lo hizo en sus redes sociales. “¿(Cuitláhuac) ya olvidaste la Grand Cherokee negra con vidrios polarizados en donde no te cabían ni las ligas de los 400 millones que te dio (Duarte) y por eso tuviste que llevarte 200 un martes y regresar dos días después por el resto?”. Y abundó: “¿También ya olvidaste los 2 millones mensuales que te daba Duarte para que se los llevaras a AMLO?”
NI TAN INGRATO
A Yunes Landa le falta acotar durante cuánto tiempo le envió Duarte ese dinero al tabasqueño y cuál fue el monto total. Lo sigue dosificando.
Y con lo que ahora se sabe, queda confirmado que la exdiputada Eva Cadena no era la única recaudadora de López Obrador sino que también lo fue Cuitláhuac García.
En los mentideros del altiplano corre la versión de que la zacatecana Rocío Nahle igualmente fue intermediaria-recolectora con Duarte de Ochoa.
Ya lo había dicho Eva Cadena, que la riograndeña era la jefa de los recaudadores en Veracruz, pero falta que algún testigo salga con pruebas.
Dicen que lo están reservando para la campaña formal del 2024 y juran que García y Nahle se turnaban cargando las maletas para el caudillo.
¿Será? Por lo pronto, Yunes Landa respondió a Cuitláhuac García quien el mes pasado exigió que los priistas dijeran dónde habían quedado las ‘cajas de huevo’ que Duarte les dio para las campañas electorales.
Ah y el soledeño le reprochó por ser malagradecido con Duarte, pero ahí exageró.
No es tan ingrato porque le liberó a todos sus ex-colaboradores que estaban presos e instruyó a la fiscala Verónica Hernández cerrar y destruir todos expedientes judiciales en su contra, aunque la inercia de las tropelías fue más grande que el intento de darle impunidad y sacarlo de prisión.
Duarte sigue en la cárcel, cierto, pero tampoco se puede quejar de una malapaga del cuitlahuismo que lo ha llenado de favores y ahora en el 2024 varios de sus cercanos hasta serán candidatos de Morena.
En resumen, Cuitláhuac García no ha sido desagradecido con su mecenas.
A propósito, hoy García Jiménez comparece en el congreso local.
¿Habrá algún diputado que le pregunte por esos 400 millones de pesos que le dieron en el 2016?
Nadie, los de la oposición amagan con no acudir a la sesión y los morenistas ni de chiste le recordarán que fue subvencionado del duartismo.
*Envoyé depuis Paris, France.