Por Andrés Timoteo

ESCÁNDALOS Y GACETILLAS

Si no fuera por los sainetes de algunos candidatos al Congreso de la Unión, sobre todo los morenistas, la primera semana de campaña electoral Veracruz hubiera sido muy aburrida.

Si se revisa la hemeroteca, son escasos los temas -entiéndase: propuestas/debates- dignos de registrarse como información periodística.

Lo que dominó fue la batahola.

Al candidato al senado del partido guinda, Manuel Huerta, lo degradaron y a la mala, del primer escalón electoral.

Fue su propio partido y la propia candidata a la gubernatura, la zacatecana Rocío Nahle, los que defenestraron a fin de condicionar su ingreso a la cámara alta a la operación electoral, o sea ‘mapacheo’, para que beneficie al resto de los postulados.

Tal fue la nota relevante del candidato Huerta en la primera semana de campaña.

De la otra abanderada, la jalapeña Claudia Tello ni sus luces.

No figuró ni porque la subieron a la primera fórmula senatorial.

Igual la mayoría de los 19 candidatos a las diputaciones federales pues solo algunos dieron noticia, pero por asuntos negativos.

En el sur, el exsecretario de Salud, Roberto Ramos Alor inició campaña con la descripción suya que pronunciaron en el Organismo Público Local Electoral (OPLE) de ser “vulgar ladrón”, “doctor muerte” y “corrupto sinvergüenza”.

En la zona centro, su homólogo Zenyazen Escobar, extitular de Educación, está dando un espectáculo grotesco en los recorridos por el distrito cordobés.

Se burlan de él porque es la primera vez que camina la zona haciendo campaña.

Nunca ha ganado una elección a través del voto.

En el 2016 fue diputado plurinominal y ahora la zacatecana Nahle lo obligó a “sudar por la curul” y por ahí se le ve con un puñado de gente recorriendo colonias y rancherías donde ni lo ‘fuman’.

Lo más divertido es que en los boletines que difunde hablan de que miles le ofrecen su apoyo, lo reconocen y lo acompañan.

Ficción pura.

Su mejor evento fue el de inicio de campaña en el parque central de Córdoba donde arengó que “los ciudadanos ya decidieron” – o sea que ya él es el elect -, pero como dice un curtido colega de la región: para ganar el distrito necesita llenar tres o cuatro veces esa misma plaza y contar con muchísimo dinero para comprar el voto. Lo segundo lo tiene, lo primero no.

Otros que fueron noticia, pero para mal y terminaron exhibidos por su abyección, son los Rosa Hernández y Byron Barranco candidatos en l Veracruz y Boca del Río quienes arremetieron contra la prensa y le estropearon una conferencia de prensa que el fin de semana pasado ofreció Huerta Ladrón de Guevara.

Por cierto, ¿notaron que ni el dirigente estatal de Morena ni otros cuadros relevantes de ese partido acompañaron a Huerta en su arranque de campaña?

Solo fueron él y los hechiceros de Catemaco.

Ahí se mide el respaldo que le brindan el equipo de la zacatecana y la estructura partidista.

Ah y vaya que Morena se ensaña con los ciudadanos de la zona conurbada porque les mandó a dos ‘cachirulos’: por Boca del Río va uno de Guatemala y por Veracruz una de Comapa.

Lo peor es que ni siquiera son morenistas auténticos sino que viene de la fidelidad.

Eso ya es ojeriza del partido guinda, aunque los cómicos dicen que no es ojeriza si no “ojetiza”, por eso que son muy ‘ojetes’. Risas.

ESCASEZ PARA DEBATE

En la acera de enfrente están peor pues ni escándalo noticioso generan.

Nada documentable periodísticamente ha salido de los candidatos de la alianza PAN-PRI-PRD.

Lo rescatable.

algunos posicionamientos de la exrectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, no tanto como propuestas de futuro desempeño legislativo sino por su opinión como mujer que ha enfrentado al poder.

Ella y la abanderada de Movimiento Ciudadano, la jueza Angélica Sánchez, han aportado apreciaciones que llaman la atención pública pero que se enmarcan más en el debate-denuncia sobre la realidad de Veracruz bajo el régimen guinda.

Lo mismo el exgobernador Miguel Ángel Yunes quien un día antes del inicio de campañas ofreció una conferencia magistral en Jalapa en la que puso ‘pinto y parejo’ al gobernante en turno y a la “cuarta transformación” en general.

Vaya, si Yunes Linares estuviera como titular de la primera fórmula al senado le aportaría altura y nivel en la disertación pública.

En cambió, el junior de la derecha solo le apuesta a las gacetillas difundidas -y se alardea que algunas son interactivas, risas-.

Y eso es todo pese a que el contexto es tremendo y da para el revuelo denunciatorio y propositivo.

El candidato naranja, Dante Delgado Morales, solo dio ‘nota’ cuando los extrabajadores portuarios irrumpieron en una conferencia y lo encararon por un ‘pecado’ de su padre, la requisa del Puerto de Veracruz de los años noventa.

Lo “chamaquearon” pues nunca había hecho política electoral en la que se deben cubrir todos los flancos y cuidarse de los acomedidos.

Otro que no le aprendió al padre.

¿Y los que buscan las diputaciones federales?

Ni bulto ni sombra hacen.

Solo figuran testimonialmente aquellos que también pagan inserciones, pero sin propuestas sustanciosas ni aporte al debate político.

Son candidatos gacetilleros.

*Envoyé depuis Paris, France.