Por Andrés Timoteo

FALSA EPIFANÍA

Y de pronto todos se dieron cuenta que la autopista Veracruz-Puebla es territorio criminal.

Políticos y funcionarios declaran al respecto tras el más reciente asalto, a plena luz del día y hasta viodeograbado, de la buscadora de desaparecidos en la zona centro, Aracely Salcedo, quien fue despojada de su camioneta.

Que Manuel Huerta afirme que "los criminales se han adueñado de las carreteras y urge hacer algo" es una mezcolanza de burla y descaro..

El tipo se pasó seis años como un funcionario influyente, pero silencioso. Nunca dijo nada sobre la inseguridad en autopistas y carreteras, siempre calló para no desagradar al gobernante estatal.

Y ahora de repente tuvo una epifanía denunciadora.

No es la única, ya semanas antes "denunció" el mal estado físico de las carreteras y los probables actos de corrupción en sus construcciones, reparaciones y mantenimientos.

Fue otro dicho socarrón pues él mismo tuvo bajo control al Centro SCT que mal-construyó y se robó el presupuesto de muchas obras.

Tampoco será la última epifanía chivatera porque Huerta ya está aplicando el plan para proyectarse como crítico de la administración estatal y permanecer vigente en la prensa.

El tipo sueña con ser candidato de Morena a la gubernatura para el 2030 y sabe, a enseñanza del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, que la campaña debe comenzarse con mucha antelación, un sexenio antes o más de ser posible.

Entonces, nadie preste seriedad a esas declaraciones de Huerta Ladrón de Guevara porque ni son sinceras ni llevan la intención de ayudar a los veracruzanos.

Se 'cuelga' de los temas polémicos como estrategia para mantener los reflectores públicos sobre él a fin de posicionarse rumbo 2030.

¿A que le tiras cuando sueñas mexicano?, le ha de estar preguntando, también burlonamente, la zacatecana Rocío Nahle.

Mientras tanto, el agonizante gobierno de Cuitláhuac García es el saco de boxeo de Huerta, aunque lo interesante será ver si también se pone 'gallito' con la administración nahlista que tampoco augura nada bueno para componer las carreteras y restañar la seguridad.

Pero regresando al tema del dominio del hampa sobre las carreteras de Veracruz, las Cumbres de Maltrata no el único punto caliente en inseguridad -asaltos a mano armada, despojo de vehículos, robo de mercancía, secuestro y desaparición de gente, y un tiradero de cadáveres- pues casi todas las vialidades veracruzanas están bajo esa misma condición.

Los que viajan frecuentemente darán testimonio de que es un infierno transitar por las carreteras del sur, concretamente las de los ramales que conectan Coatzacoalcos-Tierra Blanca-Las Choapas con Oaxaca, Chiapas y Tabasco.

En ellos los automovilistas se juegan la vida, sobre todo de noche porque circulan hay 'convoyes' de delincuentes cazando gente.

Lo mismo en el norte de la entidad.

Al tramo de la carretera 180 de Tuxpan a Pueblo Viejo le llaman "El Tragadero" y que solo te asalten o te quiten el vehículo en ese tramo sin que te desaparezcan o asesinen ya es una ganancia para agradecer.

Y no vayan lejos, la carretera federal de Jalapa al puerto de Veracruz es también una zona de alto riesgo y bajo el dominio de la delincuencia organizada.

No hay quien ponga orden ni ofrezca seguridad en esa vialidad. Solo hagan un recuento de las 'ejecuciones' y desapariciones de personas que ha acumulado dicha vía.

Por lo tanto, la autopista Veracruz-Puebla en su tramo de las Cumbres de Maltrata destaca por la exposición mediática de sus acontecimientos, pero es tan insegura como el resto de las carreteras lo largo y ancho de la entidad.

El fenómeno de la inseguridad en carreteras tampoco es nuevo, aunque sí se elevó exponencialmente bajo el gobierno cuitlahuista.

La versión chocante es que desde que estaba la dupla Hugo Gutiérrez- Patrocinio Cisneros en los rubros de Seguridad y política interna-Fiscalía hubo la anuencia para que al menos tres cárteles del crimen organizado se repartieran esas vialidades.

Nada es casual, todo es causal.

MORIR EN VERANO

En Veracruz los periodistas mueren en verano.

La estadística muestra que mayo, junio, julio y agosto acumulan el mayor número de asesinatos de comunicadores desde el sexenio alemanista.

Seis colegas fueron victimados en mayo, otros seis en junio y cuatro en julio desde el 2002.

En este agosto que está por terminar se cumplieron tres años del homicidio de Jacinto Romero (el 21 en Ixtaczoquitlán) y cinco años del de Jorge Celestino Ruiz Vázquez (el 03 en Actopan), diez años del de Octavio Rojas Hernández (el 11 en Tezonapa), nueve del de Heriberto Santos (el 13 en Orizaba) y siete años del de Cándido Ríos Vázquez (el 22 en Hueyapan de Ocampo). Agosto es un cargado obituario para el gremio..

Todos están en la impunidad, esa es la otra constante.

Por cierto, el todavía diputado tuxtleco Juan Gómez goza de la vida -y de lo robado- preparándose para brincar a otro cargo -aunque muy menor a sus ambiciones, pero es lo que logró 'arañar'- sin que haya sido llamado si quiera a declarar ante un juez por el homicidio del periodista Cándido Ríos.

Eso se llama tener impunidad de larga data y vigente..

*Envoyé depuis Paris, France.