Por Andrés Timoteo
FOFAZO
Lo que acontece en el PRI de Veracruz pasó de la tragedia a la comedia, y una comedia negra que reúne ficción, excesos, delitos y la amargura mezclada con el humor.
Es un guion ácido que bien divierte a la gente como la enoja.
Destituyeron al juchiqueco Marlon Ramírez y por 'dedazo' el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) designó al pasovejeño Adolfo Ramírez Arana.
Un impresentable como Alejandro Moreno, el dirigente nacional del tricolor, nombrando a otro impresentable.
El humor negro en su esplendor. Y la desmesura es más pues quien 'destapó', respaldó, promovió e -opinan algunos- impuso a Ramírez Arana fue ¡el exgobernador Javier Duarte!
Sí, el expulsado del PRI desde el 2016 ahora manda en el priismo local.
El que sumió al partido en el desprestigio y lo hizo perder la gubernatura por vez primera, tras setenta años de predominio, es el gran decisor partidista. Sí, desde la cárcel Duarte elige al dirigente de los priistas.
Y estos callados, aceptando la decisión. ¿A poco no es de risa?
Ramírez Arana es el mensajero del pasado más corrupto de la política estatal. Está ligado tanto a la fidelidad como al duartismo, ambos lo parieron.
Y sus nexos van más allá de las afinidades políticas, ideológicas o cleptómanas -o sea, que le gusta robar como a los exgobernantes aludidos -.
Él y su esposa Ana Rosa Valdés son ahijados del innombrable y su esposa, Rosa Borunda.
El padrinazgo no es solo político sino legal-religioso pues apadrinaron el matrimonio civil y religioso de esa pareja, además que a los dos los hicieron funcionarios, alcaldes y diputados.
Los que merodeaban en el mundillo íntimo de la fidelidad relatan que la señora Borunda se adjudicaba la promoción, bendición y protección de los matrimonios tanto de Javier Duarte con Karime Macías como de de Adolfo Ramírez con Rosa Valdés.
Y -ríanse todos- debido a que Ramírez es muy parecido físicamente a Duarte, la exprimera dama bromeaba confundiéndolos adrede y con malicia cada vez que los mencionaba. Otros cuentan que el innombrable los ridiculizaba citándolos como "El Bofo" y "El Fofo".
Este último apodo lo tiene pasovejeño desde su juventud. Así le pusieron sus amigos de parranda. Fofo significa aguado, blando, guango, sin resistencia ni voluntad propia. Y bofo es lo mismo, por eso el innombrable se mofaba de ambos con esos calificativos.
Duarte y Arana congeniaron, eran colegas de la bienquerencia fidelista y de pillerías. Hoy, desde una mazmorra, el primero impuso al segundo para hacerse del cascarón tricolor. Y los militantes callados.
A 'COMER CAMOTE'
Hilarante coincidencia: del PRI se fue un Ramírez y llegó otro Ramírez. Al Ramírez juchiqueco lo mandaron a 'comer camote' pues le dieron un cargo fantasmal: "secretario de organización de Puebla, Tlaxcala y Morelos". Entonces también degustará chorizo tlaxcalteco y cecina de Yecapixtla. Vaya que la política pare metáforas certeras.
Por cierto, si tiene que irse a organizar a los priistas camoteros, choriceros y cecineros, entonces deberá solicitar licencia a la curul que ocupa, ¿o acaso pretenderá legislar telemáticamente?.
Ahí sale beneficiado su suplente Ramón Reyes Viveros, quien deberá asumir la diputación para el último año parlamentario.
Legal y éticamente lo debe hacer, salvo que Ramírez Marín se encapriche en seguir monopolizando la activad legislativa y los asuntos partidistas.
Y su destitución de la dirigencia priista confirma las mentiras en las que apoyaba el espuriato que encabezó durante cinco meses.
Decía que no podía irse del comité estatal porque durante periodo de campaña electoral la ley impedía cambios de dirigencias partidistas. Y se fue o más bien lo fueron. Nunca hubo impedimento legal para que entregara el cargo partidista al que se aferró.
Tampoco pudo imponer a su sucesor. Promovió al exalcalde de Oluta y exdiputado local, Fernando Kuri, para que lo sucediera -personaje que tampoco es decente ni dignificante para ese partido-, pero le tiraron la juega en el CEN o más bien dicho que el duartismo se impuso a Ramírez y Kuri. Así también les desbarataron el plan de recrear una "pareja de ensueño" al frente del priismo jarocho.
Sí, Ramírez Marín quería ver a Fernando Kuri como dirigente estatal maniobrando para que su pareja sentimental, la diputada Guadalupe Ingram, fuera la candidata a la gubernatura por la alianza que, supuestamente, harán con el PAN y el PRD.
Los novios tricolores decidiendo el futuro de Veracruz, ¡que ternura! Pero se les cebó. No van ni uno ni la otra. Ellos alegarán que 'no era posible tanta belleza', pero la sabiduría popular enseña que "Dios no concede antojos ni endereza jorobados". Así de simple.
BATRACIOS Y TUBÉRCULOS
En este contexto, otros que igualmente tendrán que 'tragar sapos' y 'comer camote' son los panistas y perredistas que deberán negociar con Duarte de Ochos la alianza llamada Frente Amplio por Veracruz.
Bueno, lo harán con Ramírez Arana pero en los hechos será lo mismo pues el pasovejeño representa los intereses del duartismo y la fidelidad.
¿Llegarán a eso los panistas y perredistas?, ¿no será esta una oportunidad para sacudirse al desvencijado priismo y buscar una alianza con Movimiento Ciudadano?
Ya lo hicieron en el 2018. Otra cosa que les hará comer más tubérculos y batracios es la currícula de corrupción que tiene Ramírez Aranda -en todos los cargos públicos que desempeñó- al igual que su esposa, la exalcaldesa Valdés.
Pero lo más grave es su historial de relaciones peligrosas, y no solo se habla de sus ligas con el duartismo.
Nadie olvide la masacre del 2011 en Paso de Ovejas cuando el crimen organizado asesinó a once parientes suyos como venganza por los pactos incumplidos.
Y Ramírez, siendo alcalde, se tuvo que esconder durante meses para que la vendetta no lo alcanzara.
¿Pactarán los azules con este individuo?, ¿lo asumirán como interlocutor válido?
El candidato o la candidata que salga de ese frente, ¿se arriesgará a tomarse la fotografía al lado de Ramírez Aranda?
Si lo hacen, la ciudadanía se los cobrará en las casillas de votación.
*Envoyé depuis Paris, France.