Por Andrés Timoteo

GALLINAS Y CHANGOS

Una aclaración sobre el texto anterior en el que se dijo que los integrantes de la nueva legislatura estatal tienen la oportunidad de cambiar el sello ominoso que dejaron sus antecesores y dignificar al Poder Legislativo.

No todos, se corrige.

Eso únicamente se debe esperar de 40 de los 50 diputados porque una decena de ellos se formaron en la vieja usanza parlamentaria -más bien politiquería- o repiten en la curul luego de haber estado bajo el mando del inefable Juan Gómez.

Seis siguen en el recinto después de haber estado en la 66 legislatura: Roberto Francisco San Román por Tantoyuca, el priista pintado de marrón Paul Martínez Marie por Perote, los petistas Janix Liliana Castro y Ramón Díaz por Santiago Tuxtla y Coatepec, respectivamente, y Gustavo Fararoni de San Andrés Tuxtla. También el panista Enrique Cambranis.

Hay otros que ya estuvieron en legislaturas pasadas y ya se les conoce sus andares.

Una es Tanya Carola Viveros por el distrito de Emiliano Zapata y que ya fue diputada en la 64 legislatura (2016-2018). Igualmente el expriista y fidelista de cepa, José Ruiz Carmona quien ahora con la vestimenta marrón es diputado por Veracruz rural, distrito que ya representó en la 61 legislatura por el tricolor (2007-2010).

En esa lista anoten al panista Fernando Yunes quien si bien hizo un papel no tan deplorable en la 62 legislatura (2010-2012) como opositor del régimen duartista, ahora carga encima los pactos de su clan con el morenismo y es casi seguro que será un comparsero más.

Además hay dos fósiles de los recintos legislativos que han hecho de calentar curules, sean federales o locales, su estilo de vida.

Uno es el panista Cambranis Torres quien ya fue citado líneas arriba.

El otro es el priista Héctor Yunes Landa otra vez premiado con una diputación plurinominal sin haberla ganado en las urnas.

En las últimas dos décadas este señor ha brincado curul en curul, sea en el edificio de Encanto, en San Lázaro o en el Senado, y no ha hecho nada por Veracruz ni se le conoce un forma honesta de ganarse el sustento.

Así, a ocho de esos "nuevos" diputados locales habrá que separarlos del resto y tamizarlos con la sentencia popular de "gallina que come huevo, aunque le quemen el pico" mientras que a 'dinosaurios' chimuelos, Cambranis y Yunes Landa, les acomoda la de "chango viejo no aprende maroma nueva".

Tal es la fauna que llegó a la 67 legislatura, pero nadie se asuste, así son ellos.

Es su naturaleza.

Son nacidos para pactar, traicionar, simular y reptar.

Ellos no dignificarán al Poder Legislativo estatal.

LAS CHANCLAS Y EL MANDIL

Al final la morenista Tanya Carola Viveros le ganó el brinco a la empresaria Bertha Ahued y se quedó con la presidencia de la mesa directiva para el primer año.

Se cumple lo dicho por la fuente sobre la influyente cofradía que lidera la señora.

Y ésta no pierde su toque.

Vaya, se pensaba que había quedado atrás la etapa de los siúticos en el congreso auspiciados por el tuxtleco Gómez Cazarín, pero no.

Viveros acudió a la instalación de la legislatura y a las sesiones siguientes como hace nueve años, en la 64 legislatura, con huipil y tenis.

Algunos dicen que no conoce el protocolo.

Es falso, se trata de una táctica populista, es el 'blof' de los izquierdistas de cafetería, los que quieren aparentar ser "del pueblo" usando chanclas y etnicidad vistiendo mandil.

No se fíen de la apariencia porque si se le presenta un 'indio' en su oficina, Viveros lo manda a sacar con la fuerza, ya se le conocen sus talantes.

Un botón de muestra de sus malos modos lo tienen los reporteros que la padecieron hace tres legislaturas.

Un día del 2017 llevó al recinto un pastel -seguramente con purgantes pues ella lo preparó ya que presume ser chef aficionada- para ironizar que tenía un año una iniciativa suya sin ser considerada por la mayoría panista, pero como ni caso le hicieron los azules pues se desquitó con la prensa diciendo que se lo echaría a los reporteros para que se hartaran como si éstos fueran una piara de cerdos.

Y la secundó su sobrina, una tal Samantha Sáez, a quien había acomodado en el área de comunicación social y que tildo de "muertos de hambre" a los colegas que rechazaron la tarta por considerar que fue un gesto ofensivo. Así los modales de la señora.

BREVE Y TRAMPOSA

Esa diputada también carga con el estigma de tramposa y fugaz.

Fue la senadora que menos tiempo duró en la cámara alta, solo 4 horas con 47 minutos y nueve segundos en la madrugada del 3 de mayo del 2023 cuando Morena aprobó 'fast-track' un paquete de reformas.

Era suplente de la sureña Claudia Balderas quien estaba de viaje en el extranjero y para completar la tanda de votos guindas asumió la curul brevemente y solo para hacer la trampa. Su talante es chanchullero.

¿Imagínense lo que hará ahora como presidenta de la legislatura?

Finalmente una duda sobona.

¿Será cierto que los últimos seis años la señora Tanya Carola cobró casi 100 mil pesos al mes como 'aviadora' en la Secretaría de Protección Civil ocupando el cargo -solo en el papeleo- de secretaría particular y asesora privadísima de la tlaxcalteca Guadalupe Osorno?

*Envoyé depuis Paris, France.