Por Andrés Timoteo

HUELE A PIES...!

El parisino Philippe Starck, uno de los diseñadores de interiores más prestigiados, considera que "los colores hablan de ti, pero los espacios gritan quién eres".

Vaya, eso lo supo hace décadas la poeta Pita Amor quien acuñó la frase: "Mi casa soy yo", la cual usó para titular su poemario de 1946.

Y la diseñadora Carolina Herrera está convencida que "el perfume es la última prenda que uno se pone al vestirse para verse presentable".

Por allá de 1998 le declaró a la prensa especializada en interiorismo:

"tú también hueles a tu espacio y tu espacio huele a ti, el aroma te representa ante los demás".

¿A qué viene lo anterior?

Para empezar los colegas jalapeños que cubren la fuente parlamentaria podrán corroborar o corregir la apreciación de que desde los tiempos del inefable Juan Nicolás Callejas no se tenía un coordinador parlamentario tan 'naco' como el que está por salir.

¿Es así?

El tuxtleco Juan Gómez superó al panista Sergio Hernández quien en los dos años que se desempeñó como presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) convirtió las oficinas en un congal y junto con el borrachín Carlos "Chico" Fuentes, entonces secretario de Servicios Legislativos, hasta organizaba en ellas espectáculos de 'table-dance'.

Gómez Cazarín rebasó a todos en correntío. Y Esteban Bautista, futuro encargado de la Jucupo, recibirá un cochinero completo el próximo 5 de noviembre.

Hay desaseo en la elaboración de leyes -27 fueron tumbadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en años bajo la coordinación del tuxtleco-, en el manejo de los dineros parlamentarios y en los espacios físicos.

Eso último ya lo confirmó Bautista en persona el viernes pasado cuando acudió a la oficina del ínclito para la primera reunión de la entrega-recepción del mando legislativo.

Vaya, le debieron arder los ojos de ver tanta cholería. No presunción, las fotografías difundidas de la reunión lo confirman.

Al verlas se comprueba que predomina lo ordinario y lo pueblerino -ojo, el término no se refiere a que el tipo que las ocupa sea del pueblo sino que es siútico-: todo en desorden, un perchero lleno de gorras sudadas, cables por todos lados y el escritorio que es un poema al mal gusto.

No el mueble 'per se' pues ese ya estaba desde antes sino lo que está encima: muñecos de artesanía, controles de aparatos regados, documentos desordenados, pomos de botanas, banderitas de tela, pañuelos desechables desparpajados, rollos de papel sanitario a medio desenvolver y vasos tequileros con residuos.

¡El tipo usa el escritorio como mesa de cantina!

También se aprecia un frasco con cierto contenido de color blanco y cerca una cucharilla medidora.

Parece polvo, ¿será harina cernida y la cuchara es para medir las porciones a fin de preparar pan?, ¿habrá ahí una panadería hechiza? Risas.

Dicha oficina también la han usado como centro botanero para ver partidos de fútbol en las pantallas, taberna improvisada y hasta como enfermería.

Todo está documentado en las redes sociales pues su mismo ocupante, el apodado "Carón", sube fotografías presumiendo sus dominios.

¿Se acuerdan de aquella donde está con la nalga descubierta porque lo iban a inyectar y gritaba como niña?

Cada cambio de gobierno, algunos de los que llegan se hacen acompañar de chamanes para que hagan 'limpias' y sanaciones de las oficinas por las malas vibras que les dejaron, pero ahora Bautista Hernández además deberá llevar un equipo profesional de limpieza con expertos matapulgas.

La oficina de Gómez en el edificio de Encanto grita quién es el tipo, diría el diseñador Starck.

Ah y los colegas periodistas que reportean el Legislativo y que han ingresado a ese despacho podrán decir si es verdad que allí huele a pies.

De serlo, Bautista también deberá allegarse sendos pomos de aromatizante para repeler el tufo que le dejará el tuxtleco. ¡Guácala de pollo!, dirían los chiquillos de la colonia.

CHINCHES DE LA 4T

A propósito de fauna nociva, hoy Jalapa, la capital del estado, está invadida por una plaga de chinches en oficinas gubernamentales y en el parque Benito Juárez, el principal de la ciudad ubicado a un lado de palacio de gobierno y frente a palacio municipal.

¿Qué denota eso? Descuido, suciedad, hacinamiento de mascotas mal atendidas -perros y gatos principalmente- y también la presencia de ratas que las portan. Estos ácaros no aparecen por generación espontánea sino porque los espacios están convertidos en pocilgas.

Antes, -durante los gobiernos priistas y panistas- siempre se decía que al final de cada sexenio salían corriendo las ratas de las oficinas gubernamentales, pero ahora también son las chinches y los piojos. Parece que es el sello de la "cuarta transformación", ¿o deberíamos llamarla la "cuarta infestación"?

Ricardo Ahued, todavía alcalde de la capital, niega lo evidente. Dice que no hay plaga de ácaros pese a que los transeúntes, incluidos los propios empleados municipales, que trabajan o caminan por allí terminan con rasquiña. Es el signo de los tiempos: en la suciedad y enchinchado, el hidalguense termina su gestión edilicia. Lo mismo Cuitláhuac García.

*Envoyé depuis Paris, France.