Por Andrés Timoteo
REGRESIONES
La súper-mayoría de escaños en el Congreso de la Unión, la desaparición de organismos autónomos que ayudan a transparentar los datos oficiales y combatir la corrupción, y el intentona de apoderarse del Poder Judicial a través de partidizar la selección de jueces, magistrados y ministros no es algo nuevo para los mexicanos.
Todo eso ya lo padecieron cuando el PRI era omnipotente y el presidente, surgido del mismo, el emperador de una república bananera.
Toda esa concentración del poder y la opacidad en las funciones gubernamentales eran componentes de lo que el peruano Mario Vargas Llosa llamó 'La Dictadura Perfecta".
A eso quiere regresar el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
El tricolor como partido de Estado dominó la escena política, incluyendo la legislativa, por setenta años.
Tenía la bancada dominante en las cámaras de Diputados y Senadores que votaban lo que quería el presidente en turno.
No había oposición representada o ésta era tan pequeña que no tenía repercusión alguna en los productos parlamentarios.
Lo que ahora llaman sobrerrepresentación legislativa que Morena y sus aliados arrebataron con ayuda del INE, antes era la "aplanadora".
Así fue de los años 30 a los 60 pues penas en 1964, a instancias del tuxpeño Jesús Reyes Heroles se promovió una reforma electoral para la creación de escaños plurinominales a fin de darle espacio a otras fuerzas políticas distintas al PRI.
Sin embargo, fue hasta 1997 cuando la oposición logró una fuerte representación. Ese año hubo un hecho histórico cuando en San Lázaro no alcanzó la 'aplanadora' del PRI y se le iba a negar el permiso al presidente Ernesto Zedillo para viajar al extranjero.
El gobierno y el PRI calcularon que no tenían los votos y retiraron la petición.
Entonces, las curules que ahora se agandalló Morena, el remedo del PRI imperial, escandaliza más por la regresión política e histórica que por la novedad.
Lo mismo con la desaparición de los siete organismos autónomos que se decidió el viernes en comisiones y que en los próximos días se votará en el pleno.
No es otra cosa que regresar a las prácticas de las décadas pasadas.
Eliminan al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para que el gobierno no esté obligado a transparentar las tranzas.
CASO DEL YERNO
Liquidan a la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para que no haya igualdad en temas económicos y todo se maneje con discrecionalidad y a contentillo de los funcionarios a fin de que puedan operar los negocios al amparo del poder.
Lo mismo con las comisiones Reguladora de Energía (CRE) y la Nacional de Hidrocarburos (CNH). Un caso reciente basta para ejemplificar que son un estorbo para las pillerías de la "cuarta transformación".
Se trata de los permisos por 30 años que la CRE le entregó Fernando Bilbao, yerno de la zacatecana Rocío Nahle, para hacer un negociazo con la venta y transporte de gasolina. Si no hubiera existido la CRE, el chanchullo habría sido más fácil y Bilbao habría triplicado sus negocios.
Sin la CRE no se hubieran discutido en sesión de consejeros dichos permisos para hacer millonario al yerno de Nahle y no hubiera quedado huella de la tropelía. Por eso estorba.
Por otro lado, sin el Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (CONEVAL), que también se eliminará, tampoco habrá mediciones ni registros sobre la eficacia de los programas para combatir la pobreza.
Se busca borrar los indicios de que ese dinero no ayuda a combatir la miseria sino que acaba en el asunto electoral.
El régimen guinda no quiere organismos entrometidos que expongan que no se combate la pobreza si no que se fomenta y extiende porque es el reservorio de votos para mantener a Morena en el poder.
PARTIDIZAR, NO EDUCAR
Y la extinción de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) es parte del plan para formar a las nuevas generaciones bajo criterios ideológicos y partidistas en lugar de una academia de calidad.
En el 2022, el gobierno se negó a participar en el Estudio Internacional sobre Educación Cívica y Ciudadana (ICCS) y en la Encuesta Internacional sobre Docencia y Aprendizaje (TALIS), auspiciadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Luego, López Obrador anunció que tampoco aceptarán en el 2025 el Estudio Regional Comparativo y Explicativo, llamado Pruebas Erce coordinadas por la Unesco ni en el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes o Informe PISA de la OCDE.
Ahora, sin el MEJOREDU, ya no se evaluará internamente la calidad en la enseñanza en las escuelas.
El objetivo es evitar que se desnude la regresión al oscurantismo educativo.
A esto sumen los nuevos libros de texto del 2023 para ideologizar a los estudiantes.
En resumen, los cambios que el morenismo está haciendo no son novedosos, pero si un retrógrados.
Y lo que debe espantar a los mexicanos es su propio pecado político ya que pusieron en el poder a regresionistas que los empujan hacía tras, no al progreso.
*Envoyé depuis Paris, France.
