Por Andrés Timoteo

LA MÁS PROBA

Izquierdista, libertaria, internacionalista, economista ética, maestra de políticos, feminista y progresista.

Doña Ifigenia Martínez es una de las mujeres políticas más probas que ha nacido en México en el último siglo.

Su altura se pudiera comparar con la de doña Rosario Ibarra de Piedra, fallecida hace dos años, en abril del 2022.

Su muerte física sucedida el fin de semana es una pérdida enorme para el país, pero su legado debe permear las generaciones presentes y venideras.

Ella fue parte de aquel grupo de visionarios que en 1988 decidió fracturar al entonces partido de Estado, el Revolucionario Institucional, y empujar el cambio político.

Siempre discreta más no silenciosa, la señora acompañó a la izquierda partidista en su pugna por trastocar el régimen arcaico y corrupto.

Logró ver ese cambio, pero a medias y seguramente decepcionada en mucho porque sus ideales y luchas fueron traicionados por el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador apenas llegando al poder.

No lo dijo abiertamente, pero lo expresó en muchas formas.

La última que se recuerda fue en el 2019 cuando siendo senadora se rió de la ocurrencia del entonces mandatario para exigirle al rey de España una disculpa pública por la conquista y la colonización de México sucedida hace medio milenio.

"Me hicieron reír, me pusieron de buen humor", declaró doña Ifigenia cuando la cuestionaron los reporteros sobre el tema.

Claro, su risa no fue hacía los periodistas sino para el tabasqueño con sus ocurrencias retardatarias y traumas personales.

Esto último así lo expuso sin ambages.

"¿Dónde estaba el presidente hace 500 años?
Yo creo que así personalizarlo es extemporáneo, (la conquista es un hecho que) ya no tiene remedio, ya nosotros superamos esa etapa y a mucho orgullo; y hasta más, los ayudamos cuando lo necesitan, y estamos listos para volverlo hacer", dijo recordando el asilo que hace más de ochenta años dio el gobierno de Lázaro Cárdenas a los españoles que escaparon de la Guerra Civil y la dictadura de Francisco Franco.

Ese episodio de crítica y burla de Doña Ifigenia hacía las ocurrencias de López Obrador lo han silenciado los panegiristas del macuspano ahora que falleció la señora, pero ahí está: la maestra siempre corrigiendo a los políticos errados y traumados.

Ahora San Lázaro se ha quedado sin un mujerón histórico, sin la más proba.

Vaya, solo basta ver el tipo de parlamentarias que Morena y sus aliados, el PRI y el PAN llevaron al recinto parlamentario para ponerse a llorar y perder las esperanzas de que las mujeres harán la diferencia en el poder legislativo.

Solo miren las veracruzanas que ocupan una curul federal -de todos los partidos- quienes al lado de Doña Ifigenia parecen enanas.

Y no ofensa ni violencia de género sino descripción de trayectorias, comportamientos y tamaños políticos.

Algunos dicen que la zacatecana Amalia García, actual senadora por Movimiento Ciudadano, podría ser equiparable a Doña Ifigenia, pero la estatura política no le alcanza.

Aún así, es de lo poco rescatable en el actual Congreso de la Unión.

En fin, la partida física de Martínez deja un hueco enorme en la nación y al momento no hay quien lo llene.

Hay escasez de políticas probas que no de mujeres probas.

CHAVORRUCA DE CRISTAL

Cierto, una mujer ya "gobierna" el país pero con muchos asegunes porque está uncida a un patriarca que le dicta la ruta desde un falso retiro.

Claudia Sheinbaum está en las antípodas -palabra dominguera en lunes que quiere decir diametralmente opuesta- de Doña Ifigenia.

Mientras la maestra era de 'acero blindado' por su resistencia, su rectitud incuestionable y su vocación libérrima - libre hasta el cansancio en acción y palabra- la presidenta se ladea por todos lados y está sometida a lo que disponga el caudillo que la impuso.

Ellos, Sheinbaum y López, usaron a la maestra Ifigenia hasta el último aliento para lograr una legitimidad ética sacándola de terapia intensiva para acudir a San Lázaro a entregar la banda presidencial lo que agravó su salud y la extinguió.

Por cierto, si bien Sheinbaum no es una jovencita se comporta como las de la llamada 'generación de cristal' que quejan por todo y de todos.

Y sigue 'a pie juntillas' el manual de victimización que le dejó el tabasqueño y sus seis primeras 'mañaneras' han sido de pura quejumbre.

Que si la oposición, que si Claudio X. González, que si la ministra Norma Piña, que si los periodistas.

Su último pataleo fue por el chascarrillo que hizo la semana pasada el actor Rafael Inclán al ironizar que "ahora tendremos una ama de casa por seis años".

Sheinbaum se plañó públicamente mientras que sus propagandistas pedían "cancelar" Inclán y quemarlo en una pira en el zócalo bajo la acusación de misoginia y falta de respeto a la mandataria.

Sendo 'lapsus chairus'.

Si la poetisa Pita Amor se burlaba de los presidentes priistas, cuando le preguntaban de ellos, alegando que "era de mal gusto hablar de la servidumbre" en aquellos tiempos de la presidencia imperial cuando criticarlos era arriesgar todo, ¿por qué ahora los guindas berrean por el chiste del cómico Inclán?

Vaya mustios de cristal.

*Envoyé depuis Paris, France.