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TEXTO IRREVERENTE | LA NAQUIZA - No le atinaron. La coreografía que ensayaba el mandatario saliente, Cuitláhuac García con empleados estatales en uno de los patios de palacio de gobierno no era con 'Payaso de rodeo'...

No le atinaron. La coreografía que ensayaba el mandatario saliente, Cuitláhuac García con empleados estatales en uno de los patios de palacio de gobierno no era con 'Payaso de rodeo' sino con "Al ritmo de mi violín", un popular huapango huasteco...

Por Andrés Timoteo

LA NAQUIZA

No le atinaron.

El gobernante y sus bailarines la ejecutarán para Xantolo o sea la fiesta de Todos los Santos, pero no al son de los tradicionales violines y jaranas.

No, la 'naquiza' cuitlahuista lo hará al tamborazo de Nelson Kanzela, el músico consentido del sexenio.

Hay que ser 'nacos' completos, no a medias.

Cuitláhuac García inició su mandato bailando y lo terminará igual.

En el Xantolo del 2019 salió por vez primera a danzar junto con su gabinete con la cantadera de Kanzela.

¿Cómo olvidar sus rostros pintados de calavera?

¿Cómo no soltar la carcajada al recordar el maquillaje del entonces secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, al que se merendaron en las redes sociales diciéndole que no parecía 'catrino' sino Kung-fu Panda?

No hay calaca gorda, le espetaron los burlones.

Pero aún con las críticas, los cuitlahuistas bailaron.

Presumían que los veracruzanos estaban contentísimos con ellos porque trajeron alegría, festejaban las tradiciones y gobernaban con el pueblo.

Puro cuento de cementerio.

A cinco años, los únicos que siguen alegres son ellos ya que la entidad está sumida en una ráfaga de violencia -desapariciones, feminicidios, 'ejecuciones' sicariales, balaceras- y de terror generalizado.

Y a eso súmenle los estragos por las inundaciones que ahorita mismo azotan varios municipios, el desastre en la infraestructura pública, principalmente carreteras, y el cochinero en las finanzas estatales.

Por eso solo ellos se preparan para festejar el Xantolo bailando y libando.

El resto de los veracruzanos la pasarán en la angustia.

Y así como en Sinaloa la "chapiza" y la "mayiza" son la pesadilla de la gente, en Veracruz es la 'naquiza' del cuitlahuismo la que además se atreve a bailar en medio de la tragedia.

Sin embargo, en ese mismo descaro hay algo bueno: que será su último Xantolo.

Sí, bailarán, se emborracharán, comerán tamales y se tirarán a la francachela, pero por vez postrera.

Es la última danza de la 'naquiza' que se va.

EL 'DIFUNTO' KUNG-FU

¿Habrá 'naquiza' xantolera del nahlismo?

No se sabe.

Bueno, de que también en el próximo gobierno habrá 'nacos' por montón es cierto, pero todavía está por verse si éstos salen bailadores en el Xantolo.

Lo que sí hay es la versión muy divertida de que para este 2 de noviembre los cuitlahuistas invitaron a los del nuevo gabinete para unirse con ellos al ritmo de la chunchaca difuntera.

¿Veremos a la zacatecana Rocío Nahle con la cara pintada y dando taconazos?,

¿al hidalguense Ricardo Ahued sacudiendo la polilla?

¡Seriedad, señores, que Veracruz no está para jolgorios!

Ahora mismo unos se ahogan, a otros los matan y a otros más los desaparecen, ¿cómo pueden dedicarse al huarachazo con el pueblo sufriendo?

Al margen de lo anterior, en este Xantolo hay un 'muertito' muy extrañado por algunos, el bajacaliforniano Patrocinio Cisneros quien hace cinco años balanceaba su humanidad en esa fiesta, pero ahora solo estará en espíritu.

El apodado "Bola 8" fue lanzado al inframundo de la política, desterrado a Yucatán y satanizado en la aldea por el nahlismo.

Es un fantasma chocarrero ni siquiera errante porque tiene prohibido pisar suelo jarocho.

Pero dejó viudas lloronas como la fiscala Verónica Hernández que le guarda luto riguroso y el propio Cuitláhuac García que seguro le montará un altar con harta flor de Cempasúchil y jarros de aguardiente, además de dedicarle sus caderazos en el baile de las calaveras.

Risas panteoneras.

¿AL AVERNO?

A propósito, muchos se devanan los sesos tratando de adivinar cuál fue el pecado político de Cuitláhuac García que lo tiene al borde del averno, castigado por la presidenta Claudia Sheinbaum y por su sucesora en la gubernatura, Rocío Nahle.

La primera no lo invitó ni a su campaña ni a la primera línea del gabinete y lo hace esperar la migaja burocrática que le dará tal vez en diciembre.

La segunda bloqueó el acomodo de muchos de sus cercanos en su propio gabinete -aunque sí aceptó algunos- y hay la versión de que prometió desquitarse de él y los suyos una vez en el poder.

¿Por qué?

Por las reminiscencias de lo electoral.

Hace días, el columnista Filiberto Vargas dio la pista pero sin aportar el detalle.

Sintetizó en entuerto en una palabra: Traición.

Y anticipó que, según sus fuentes, el gobernante podría terminar "sacrificado" sin cargo o hasta en una bartolina.

Una especie es que García Jiménez, el 'difunto' Cisneros, el tuxtleco Juan Gómez y el primo Eleazar Guerrero se complotaron contra la zacatecana a fin de bloquearla para la candidatura de Morena.

Querían la nominación para uno de su cofradía, fuese Cisneros o Zenyazen Escobar, y después, estando ya nominada, le hicieron contra-campaña.

Nahle se habría ido a quejar con Sheinbaum alegando que también ella saldría perjudicada con el 'fuego amigo' de los cuitlahuistas.

Con el tiempo se develará la trama completa, pero por lo pronto la palabra clave es traición.

*Envoyé depuis Paris, France.