Por Andrés Timoteo
¿LA TRAICIONARON?
Fue traición o colusión.
La votación que el martes se dio en el congreso local para designar de forma exprés y sin respetar el reglamento legislativo a los tres nuevos integrantes del Poder Judicial tiene un contexto que da pie a lo que se dijo al principio: se trató de una maniobra a espaldas de la candidata a la gubernatura, Rocío Nahle, o se hizo con su anuencia.
A la luz del estira-y-afloja electoral que se traen pareciera que el gobernante en turno, Cuitláhuac García, y su primo Eleazar Guerrero, subsecretario de Finanzas, padrinos de los nuevos togados, le ganaron esta partida a la zacatecana que los ha marginado de su campaña.
Las reglas no escritas de la política obligaban a que fuera Nahle García quien integrará las listas propuestas al congreso o por lo menso que le fueran consultadas pues los magistrados ejercerán funciones durante el próximo sexenio y más.
Hay que recordar que en el 2018 el panista Miguel Ángel Yunes Linares decidió no enviar al congreso local las propuestas para cubrir las doce vacantes que había en el Poder Judicial a pesar de que era su potestad y estaba en tiempo, y le cedió la decisión a quien sería su sucesor, el morenista Cuitláhuac García.
Hoy este hace lo contrario.
Ni por atención a su compañera de partido -o, en su caso ni por diplomacia por si resultara electo el peroteño José Yunes-, cedió la potestad, y además se avorazó instruyendo a su operador en el parlamento, Juan Gómez, a violar el reglamento legislativo, realizar una votación ‘fast-track’ y coaccionar a las dos diputadas emecistas para forzar una mayoría calificada que validara los nombramientos.
La delicadeza política no es lo suyo.
En los días previos había causado revuelo la filtración de la lista que García Jiménez propondría a los diputados para las nuevas magistraturas y se dio una suerte de rebeldía en la legislatura que impidió votarlos en una sesión previa.
Se dijo que la misma Nahle había maniobrado para impedir tales designaciones.
A principios de febrero, el titular la Junta de Coordinación Política salió a decir que sí se nombraría a los nuevos magistrados en este sexenio y que la zacatecana no tenía injerencia, lo que ahora se entiende como la revelación del conflicto entre el cuitlahuismo con la candidata morenista.
“Hacen política de ciencia ficción, la precandidata de Morena no tiene nada que ver”, dijo y no para blindar a la candidata de la polémica que le resultara negativa sino para resaltar que serían ellos -los cuitlahuistas – los que impondrían su voluntad.
¿Será así que García Jiménez, Guerrero Pérez y Gómez Cazarín se desquitan de Nahle porque los ha excluido de la campaña?
Todo lo hace suponer.
Y FUERON LOS MISMOS
Fue algo que le pueden restregar en la cara a la zacatecana. Un mensaje de que ellos le pueden jugar las contras.
Lo otro es suponer que la misma Nahle estuvo de acuerdo con tales nombramientos, algo que no encaja en la lógica política ni en los tiempos de coyuntura electoral.
El tuxtleco Gómez también le mintió a la opinión pública al asegurar que los nuevos magistrados no sería los que aparecían en la lista difundida en la prensa. “Los nombres que se manejaron es información falsa”, dijo y el falso fue él.
Los tres magistrados que se votaron el martes aparecían en la dichosa lista que se componía de seis nombres.
Los otros tres eran Liliana López Coronado, Ángel Alarcón Palmeros y Sarahí Peña Galaviz.
Todos del huacal cuitlahuista.
López es la esposa del exsecretario de Educación, Zenyazen Escobar, el gran damnificado porque nuevamente no pudo acomodar a su conjugue en un cargo de largo plazo.
Alarcón es el director de Tránsito y Peña subsecretaria de Seguridad Pública, y fueron impulsados por Eleazar Guerrero Barrera, hijo de Guerrero Pérez y actual director de Vinculación de la SSPE, y sobrino del gobernante en turno.
Pero aun excluyendo a esos tres, los García y los Guerreros salieron avante pues Galán Espinoza, Sosa Vázquez y Hernández Reducindo obedecen a sus intereses.
Lo mismo que Alejandro Huerta y Alfredo Corona designados al Consejo de la Judicatura como representantes del Ejecutivo y del congreso, respectivamente.
EL “REBUZNIDO”
Ambos estarán allí cinco años, o sea los diez meses que quedan de este sexenio y cuatro del próximo.
Si Nahle gana la gubernatura los tendrá que soportar casi todo su periodo.
Cierto, hay mecanismos para echarlos antes, pero ese no es el punto.
La clave es que los cuitlahuistas le mandaron el aviso de lo que le pueden dejar sembrado.
Lo hilarante es que el tuxtleco Juan Gómez también tuvo su tajada de revancha hacia la zacatecana pues impuso a Hernández Reducindo, el que le redactaba las leyes y responsable que 27 de ellas fueron echadas abajo por la Suprema Corte.
Por eso lo apodan “Hernández Rebuznido” -risas-.
Es insultante que un tipo tan zoquete ahora será el que califique las nuevas leyes locales.
¡Dará cátedra de rebuznos! Y el dato controversial es que Hernández “Rebuznido” fue quien redactó el esperpento llamado “Ley Nahle” -que también tiró la SCJN- de ahí la versión que la zacatecana sí validó a los nuevos magistrados.
*Envoyé depuis Paris, France.