Por Andrés TimoteoLAS VÍRGENES ROJAS
Las llamaron las 'Vírgenes Rojas' y 'Vírgenes de los Rebozos". Se conocieron algunos de sus nombres y algunas de sus acciones, pero no su final.
Unos historiadores deducen que fueron asesinadas por los gendarmes porfiristas, otros que murieron presas y otros más que regresaron a laborar en la discreción.
Ellas fueron las mujeres que se unieron y, en algunos casos, encabezaron la rebelión sindicalista en las fábricas textiles de Río Blanco, San Lorenzo, Nogales y Santa Rosa un 7 de enero como hoy pero de hace 118 años, en 1907.
Fueron predecesoras de la Revolución Mexicana que estalló tres años más tarde, en 1910, misma que se nutrió con la rebelión obrera de la región textilera de Veracruz y la minera de Cananea, Sonora.
También precedieron a Las Adelitas, las mujeres que acompañaban a las tropas revolucionarias y cuyo papel fue menor al suyo pues se limitaron a ser parejas sentimentales de los combatientes, cargar pertrechos y encargarse de la cocina ambulante.
No, las mujeres de Río Blanco fueron más osadas y les plantaron cara a la policía y la milicia porfirista uniéndose a los bloqueos en las fábricas textiles y poniéndose al frente de avanzadas levantiscas.
Fueron al menos medio centenar, pero solo se conoce el nombre de cinco: Margarita Martínez, Isabel Díaz de Pensado, Lucrecia Toriz, Dolores Larios y Carmen Cruz.
En la leyenda que formaron se les llamó las "Vírgenes Rojas" no por ser doncellas ni religiosas sino porque lideraron un movimiento de izquierda identificado con ese color.
Y por ser matriarcas que animaron a los demás -hombres y mujeres- a unirse a la huelga laboral.
Y les dicen las "Vírgenes de los Rebozos" porque usaron esa prenda, el rebozo, como cartuchera de sus proyectiles contra los policías del Porfiriato.
Se cuenta que al mando de Lucrecia Toriz un grupo de obreras formaron una brigada de combate para impedir que la policía reabriera la factoría de Río Blanco declarada en huelga.
No tenían armas, pero "reunieron mendrugos de pan, tortillas duras, con las que llenaron sus rebozos y desde temprana hora se instalaron a la puerta de la fábrica esperando que alguno se atreviera a romper el movimiento de protesta para lapidarlo con aquellos despojos simbólicos y crueles", relata la historiadora Ángeles Mendieta en su libro "La mujer en la Revolución Mexicana" (1961).
MAR O MAZMORRA
El grupo mujeril se alebrestó y quemó la tienda de raya iniciando así una revuelta que incluso se extendió hasta Puebla.
Mendieta cita que Lucrecia Toriz "empuñando una bandera, se enfrentó al batallón que había sido llamado y un destacamento dirigido por las mismas obreras avanzó de Veracruz hacia Puebla".
"En el camino se hicieron del control de algunos cuarteles. Obreros y obreras tomaron varias estaciones del ferrocarril. Durante la marcha diversos destacamentos (policíacos) armados fueron repelidos por el batallón de trabajadores".
Cuando una tropa los rodeó y se disponía a acribillarlos "de la multitud emergió una mujer con su bandera y relató el hambre, la injusticia y la pobreza a la que se enfrentaban todos los días; señaló que a cambio de unos cuantos pesos que se quedaban en las tiendas de raya todos se levantaban desde el alba a trabajar. Esa mujer era Lucrecia Toriz y tal fue su elocuencia que los rurales bajaron sus armas".
La rebeldía obrera de Río Blanco es símbolo histórico pero en su momento perdió la batalla. Las huelgas fueron reventadas a punta de balazos por órdenes del dictador Porfirio Díaz. Y Mendieta como otros historiadores coinciden:
"Unos días después, sobre carros plataformas, los obreros muertos fueron arrojados al mar (de Veracruz)".
"Se desencadenó una de las represiones más sanguinarias que consigna la historia contemporánea. Los barrios obreros de Veracruz fueron invadidos por el ejército. Obreros y obreras fueron asesinados o encarcelados y torturados con la más profunda saña. La persecución se prolongó durante varios días y de los siete mil trabajadores implicados en la huelga, cinco mil volvieron al trabajo después de la derrota. Los demás fueron asesinados o desaparecidos".
¿Qué pasó con las "Vírgenes de los Rebozos"? No se sabe. Tal vez fueron asesinadas y terminaron en el fondo del mar veracruzano -lo más seguro-.
O regresaron obligadas a trabajar a la fábrica. O posiblemente acabaron sus días en una mazmorra.
Lo que sí trascendió en el tiempo fue su ejemplo de valentía y la lección de que las mujeres hicieron tanto el Movimiento Obrero como la Revolución, no solo los varones.
EL TERMÓMETRO
Hoy es el evento oficial para conmemorar el 118 aniversario de los Mártires de Río Blanco.
Al mismo están invitadas dos mujeres empoderadas, la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Rocío Nahle.
La primera no confirmó su asistencia, la segunda al parecer sí acudirá.
Ya se verá si aplauden o abuchean a la zacatecana porque Río Blanco es un termómetro político y del mal humor social desde tiempos del duartismo.
Ojo, no olviden que el año pasado la multitud le gritó: ¡Fuera, fuera!, ¡Buuuu!, ¡Qué se vaya!, a Cuitláhuac García frente al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
*Envoyé depuis Paris, France.
