Por Andrés Timoteo
LOS 'FUYERON'
En el caso de la represión policíaca en Totalco, Perote, están aplicando el 'sello de la casa': no hay detenidos y, por ende, no hay justicia, el diálogo es forzado y simulado, y se apuesta por la impunidad penal y ecológica.
La transnacional Granjas Carroll seguirá operando sus criaderos de puercos que contaminan en Valle de Perote y se roban el agua.
Y los policías asesinos no serán tocados. De hecho, hay la versión de que los agentes que mataron a los hermanos Jorge y Alberto Cortina Vásquez ya están fugados.
La Secretaría de Seguridad Pública en contubernio con la Fiscalía estatal les habría facilitado la evasión.
Algunos dicen que son cuatro los huidos y otros que dieciséis.
Si bien el gobierno cuitlahuista anunció la desaparición del grupo Fuerza Civil de la SSPE nunca presentó ante los tribunales a los agentes asesinos.
El jueves pasado, el secretario de Gobierno, Alberto Juárez, hizo pronunciamientos dignos del apodo que le endilgan, "El Capulinita", pues no quiso confirmar ni negar si éstos ya fueron detenidos o siguiera separados de la corporación.
"Es posible que haya elementos detenidos, yo no puedo confirmar o negar nada, no podemos intervenir", dijo.
Vaya, ¿no les recuerda a esa famosa respuesta que daba el cómico Capulina cada vez que estaba en aprietos: "no lo sé, puede ser, a lo mejor, quién sabe"? Pues tal cual. Risas.
A principios de esta semana, decenas de peroteños y otros activistas se trasladaron a Jalapa para exigir que presenten a los policías responsables de la ejecución extrajudicial de los hermanos Jorge y Alberto Cortina Vásquez.
"¿Cuándo vas a presentar a los asesinos que ejecutaron a los dos compañeros que defendían el agua? Les estás dando impunidad a la Fuerza Civil, mentira que la desapareciste, sólo le cambiaste el nombre, la vas a diluir para garantizarles impunidad”, le recriminó Renato Romero, del colectivo ambiental En defensa del Agua de la Cuenca Libres-Oriental, al gobernante Cuitláhuac García.
Al día siguiente de aquella manifestación, a los activistas les hicieron llegar la información de que los policías responsables del asesinato de los Cortina habrían abandonado el estado.
¿Cómo?, ¿huyeron?, preguntaron a su informante y este respondió: "ya los 'fuyeron'", que es un juego de palabras con la mezcla de los verbos fugar y huir para dar a entender que se escapan con la anuencia de quienes los deberían detener.
Está práctica no es nueva, solo basta recordar a los policías que asesinaron a Brando Arellano el 19 de enero en Lerdo de Tejada o a los agentes de la Dirección de Tránsito en Ciudad Mendoza involucrados en la desaparición de cuatro personas el 8 de diciembre del 2023.
Es el timbre de la casa, se insiste, el que están estampando en el caso Totalco.
EL JUEZ
"Juzga al sabio y al ignorante por igual, aprende de ellos y no te doblegues ante ninguno. Sopea al potentado y al pordiosero delante de Maat (la diosa de la Justicia y la Armonía) sin que te importe como vistan, cuánto tengan o lo que sepan. No veas su apariencia sino sus actos", le recomendaron a Pazair, un joven juez que comenzó su corte en un portal desvencijado donde recibía a los lugareños de una aldea perdida en el Antiguo Egipto.
Pazair protagoniza el primer libro de la trilogía "El juez de Egipto" (1993-94) - "La pirámide asesinada", "La justicia del visir" y "La ley del desierto"- del francés Christian Jacq, escritor, historiador y experto en el Egipto de los faraones.
La cita viene por el debate sobre la reforma al Poder Judicial que impulsa el régimen guinda y que nada tiene que ver con depurar a los juzgadores ni hacerlos más honestos e imparciales sino que busca adueñarse de ese poder de la federación que les falta y usarlo para que sirva a sus intereses.
No buscan la verdad ni la justicia ni la armonía sino influyentismo, impunidad y desquite.
Hacer lo que les plazca sin que haya consecuencias ante la ley, esa es la finalidad. Y al tamiz de las filosofías jurisdiccionales y hasta del de la obra de Jacq, eso se llama pervertir la justicia.
Hay que leer "El juez de Egipto" porque es una forma divertida -obvio, nada académica- de ilustrarse en cómo desde la antigüedad se buscaba retorcer la ley, sobornar a los juzgadores y someterlos a poderes aviesos.
Es lo que se trama en México con el llamado "Plan C" del lopezobradorismo.
Por cierto, Jacq de 77 años, ha escrito 60 libros, casi todos 'éxitos de ventas' o 'best sellers', sobre el Antiguo Egipto, aunque algunos egiptólogos lo acusan de ser ultra 'ramseísta' -pro Ramsés II- lo que lo obnubila y lo hace parcial.
Podría ser pues esa admiración por el faraón más longevo del Nilo se aprecia en su penta-saga "Ramsés, hijo de la luz".
Es también una lectura recomendada.
Los cinco libros se devoran con deleite: "El hijo de la luz" (1995), "El templo de millones de años" (1996), "La batalla de Kadesh" (1996), "La dama de Abu Simbel (1996) y "Bajo la acacia de occidente" (1997).
Todos adquiridos en su momento -por este redactor- en aquellas promociones literarias que se vendían en el puesto de El Chino, Portales con Independencia.
*Envoyé depuis Paris, France.
Editor86
