Por Andrés Timoteo
LOS HOMBRES BARBADOS
Que Felipe VI no va a la coronación . Noticia ni triste ni alegre sino perfecta para el 'cachondeo' mediático. ¡Se perderá la oportunidad de un encuentro entre el rey de España y el "Rey de Cash"!
En otra época, la estudiantil -y una disculpa por recurrir a la primera persona-, este redactor hubiera aplaudido la decisión del caudillo tropical Andrés Manuel López Obrador de marginar al jefe del Estado español.
Se hubiese festejado en los tiempos universitarios de rebeldía, utopías mal entendidas y condenas sin más guía que el ímpetu juvenil y el desconocimiento de la historia a profundidad.
"Del mar los vieron llegar/ mis hermanos emplumados./ Eran los hombres barbados/ de la profecía esperada", inicia 'La Maldición de la Malinche', aquel canto de cuando se tendía a una izquierda radicalizada.
Pero la gente debe crecer, no solo en edad sino en pensamiento. Al estudiar, viajar, conocer y convivir con gente, probar su cultura y saber su historia con todas sus circunstancias, entonces aprendemos que el "malo" no es tan malo y que el pecado de los ancestros no siempre es el de los descendientes.
"Se oyó la voz del monarca/ de que el dios había llegado/ y les abrimos la puerta/ por temor a lo ignorado", continúa el cántico.
"Y en ese error entregamos/ la grandeza del pasado/ y en ese error nos quedamos/ trescientos años esclavos".
La formación periodística que nos tocó era de blanco y negro, de una sola versión válida y las restantes meros intentos para desvirtuarla.
He ahí una falla en la enseñanza de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facico), al menos en la de mi época.
Ya en el ejercicio periodístico, a golpes de realidad y razón se rompieron, a medias, los conceptos viciados.
De regreso a las aulas universitarias, ya en Europa, se llenaron los vacíos faltantes para quebrar la visión única de la noticia y de la historia.
Los dedicados al periodismo deben superar la ataxia de la verdad absoluta y del mundo dividido en buenos y malos.
"Se nos quedó el maleficio/ de brindar al extranjero/ nuestra fe, nuestra cultura,/ nuestro pan, nuestro dinero", siguen las estrofas.
El caso es que ahora la visión es distinta con ayuda de la palanca académica, documentativa y analítica.
Cierto, el reino de España conquistó el antiguo México y lo hizo su colonia durante tres siglos. Cierto, hubo abusos y saqueo.
Cierto, miles murieron en guerras, represión y por contagio de enfermedades importadas.
Pero también es cierto que España trajo cultura, desarrollo, aprendizaje y modernidad.
Además y lo más importante, ese choque nos parió a todos nosotros por el mestizaje.
Sin los españoles en América nadie de los que hoy respiramos existiría.
Somos el resultado esa mezcla de sangre, genes y cultura.
De los 130 millones de mexicanos actuales solo 10 millones son indígenas puros, el resto somos mestizos.
De ahí la hipocresía de machacar un rencor retardatario y no procesar aquel episodio traumático para acomodarlo en la memoria histórica y superarlo.
Y LES ABRIMOS LA CASA
Pero el cacique tardío -considerando el concepto prehispánico de jefe de tribu- López Obrador sigue rumiando agravios lejanísimos pese a que él mismo desciende en línea reciente de migrantes españoles.
Exige una disculpa a Felipe VI por lo que hicieron sus antepasados hace 500 años y desata un conflicto diplomático tonto.
Y su marioneta Claudia Sheinbaum lo secunda a pesar del impacto negativo -para México- en la geopolítica.
No ganan nada, estos involucionados pleitistas de humo y sombras, más que provocar risas en el mundo.
No viene el rey. Que bueno. Además, dejó de ser monarca de los mexicanos desde 1821.
Pero sí viene la verdadera reina consorte, Jill Biden, esposa del jerarca actual, el presidente de los Estados Unidos.
A ellos sí les hacen fiesta sin reclamarles nada. Por eso, además de populistas retardatarios, López y Sheinbaum son hipócritas.
"Hoy en pleno siglo veinte/ nos siguen llegando rubios/ y les abrimos la casa/ y les llamamos amigos", es la esencia de 'La Maldición de la Malinche', compuesta en la centuria pasada por eso lo del siglo XX.
López Obrador le declaró su amistad y vasallaje a Donald Trump hace apenas cuatro años -nadie lo olvide- pese sus bestialidades contra nuestros paisanos - a los niños los metía en jaulas como si fueran animales-.
¡Y no le exigió una disculpa! Tremendo simulador.
Pero no solo España no irá a la asunción, aparentemente tampoco Emmanuel Macron de Francia, Frank-Walter Steinmeier de Alemania, Giorgia Meloni de Italia ni los reyes ni el primer ministro de Gran Bretaña y, en general, casi nadie de la Unión Europea.
Si acaso algunos enviarán sus representantes o embajadores.
El mundo desprecia al claudismo naciente.
En fin, el texto se cierra con una confesión de parte pues al recorrer España y conocer su gente se comprobó que los "malos" no son tan malos y los lejanos no están tan lejos.
Por la cercanía del idioma y la cultura, un expatriado mexicano llega a sentir a España como tierra propia.
Y, como dice la canción, a este escribiente allí le abrieron la casa y le llamaron amigo.
*Envoyé depuis Paris, France.