Por Andrés Timoteo
LOS RAJONES
Hay una epidemia de 'debatofobia' entre los candidatos morenistas y se percibe con mayor gravedad entre los que contienen por las diputaciones locales.
Casi todos rehúyen a los debates convocados por el Organismo Público Local Electoral (Ople).
Si bien es cierto que de los 30 encuentros preparados solo dos se han suspendido -en Pánuco y Cosoleacaque – tampoco en los 28 restantes -muchos todavía pendientes - hay certeza de que todos se efectúen.
Y en los ya realizados, la constante es la ausencia de los guindas. No van y a veces ni siquiera avisan.
Ah y no es porque carezcan de capacidad de tribuna o dicción adecuada.
Vaya, ni siquiera de buena forma de leer. Los evitan porque saben que serán apabullados por reclamos, la exhibición de escándalos y la corrupción del régimen que representan.
Obvio, les causa pavor tratar de defender al cuitlahuismo y la riqueza súbita e inexplicable de la zacatecana Rocío Nahle.
Y también dar explicaciones de sus propias pillerías.
Así, por ejemplo, el fidelista José Ruiz no quiso debatir con sus contendientes del distrito 15 y la duartista Bertha Ahued tampoco se arriesgó en el distrito 14.
Claro, su inasistencia no les alcanzó como escudo porque los candidatos panistas los exhibieron en ausencia.
Los rivales tuvieron plataforma ancha para sacarles los 'trapos sucios'.
Y así se pueden citar los casos de otros candidatos guindas que huyen de los debates.
Lo mismo con la candidata al senado, la jalapeña Claudia Tello quien le 'sacó al parche' sobre discutir con los juniors de los exgobernadores Miguel Ángel Yunes Linares y Dante Delgado Rannauro.
La guasa es que el único morenista que patalea por debatir, pero nadie lo toma en cuenta es el exdelegado del Bienestar, Manuel Huerta, quien lanza aspavientos y balazos de saliva que ni siquiera son escuchados.
Su mismo partido le puso una mordaza al bajarlo a la segunda fórmula senatorial y con eso lo excluyó de cualquier interacción con los de enfrente.
Triste y risible historia.
ACCUSATIO ADULTERII
Hablando de la zacatecana Nahle, ya se dijo que cuando arrojó, en el último debate, una 'bomba sucia' contra el peroteño José Yunes al señalarlo de adúltero abrió la puerta para que se ventilaran cuestiones privadas de ella misma o su familia.
Introdujo ese tema al debate público y ya está sucediendo.
A propósito, a quienes preguntaron sobre el término 'bomba sucia', este no tiene nada que ver con la 'guerra sucia' social, es un concepto distinto que surgió en el ámbito bélico, aunque sí se utiliza como metáfora en asuntos político-electorales.
Las 'bombas sucias' son aquellas que se arman con material radiactivo de desecho industrial o médico y se mezclan con explosivos.
Su objetivo y capacidad de destrucción no es grande, pero su impacto sicológico puede llegar a serlo.
Con ellas se busca afectar con la contaminación -el cáncer en los que tienen contacto con ese material detonado-, y el pánico que provoca su sola referencia.
Así en política electoral, la 'bomba sucia' es usar temas ajenos, privados, personales y polémicos para tratar de dañar al contrincante y hacerlo que entre en pavor.
Regresando al tema. Lo machacado por Nahle sobre la vida personal de su contrincante ya comenzó a revertirse sobre su propio entorno personal.
Si hay un periodista serio y con credibilidad que conoce y ha documentado el sur veracruzano es Mussio Cárdenas quien acaba de publicar lo siguiente:
"Vapuleada, sin atinar a resolver el entuerto de sus mansiones, sus terrenos, sus cuentas, su vida de opulencia, las hijas en el Tec de Monterrey, que no cuesta tres pesos, o el departamento en Nueva York, lanzó una piedra que, en realidad, es un búmeran: el adulterio.
Quiso así barrer con Pepe Yunes.
Que si es doble cara, que si no se puede confiar los dineros de los veracruzanos en quien tiene doble moral.
Obvio, los adúlteros del país rieron. Y las adúlteras también.
El misil moral de Norma Rocío Nahle García –quizá no lo imagina– fue un tiro en el pie.
Torpe, sumamente torpe, Rocío Nahle habla de adulterio cuando se cuentan historias de amor de un tal Pepe Peña en Agua Dulce.
Y la dama encumbrada del tal Pepe Peña detenta buen cargo en Sefiplan. O sea, infidelidad guinda.
Del adúltero y la adúltera se volverá a hablar".
QUE SON CUATRO
Otro periodista sureño afirma que no es solo un 'affaire' sino al menos tres y con anécdotas truculentas cada uno.
En tanto, los colegas jalapeños cuentan que en los pasillos de la Sefiplan desde hace tiempo hay el cotillero sobre el verdadero pleito entre el cónyuge y el exsubsecretario Eleazar Guerrero.
No es por la 'robadera' de dinero ni los chantajes para obtener candidaturas sino tiene que ver precisamente con esa dama que trabaja en la dependencia y a la que el primo del gobernante hostigó a sabiendas de que lo que presionaba en la capital dolía mucho en el sur.
De ahí el odio.
Entonces, ¿cómo está eso de que la zacatecana pide no confiar en el peroteño porque es adultero y con doble moral, pero ella sí se fía de su compañero de vida?
¡Todo un chisme de vecindad!: que no es una leona, que son cuatro y que el señor colecciona casas y felinas.
*Envoyé depuis Paris, France.