Por Andrés Timoteo

MAGIA TUXTLECA

Si algo hay que reconocerle a la tuxtleca Verónica Hernández Giadáns es su buena estrella.

Y no se habla de profesionalismo, experiencia jurídica, buenos resultados y ni siquiera diplomacia en el mundo político.

No, la buena suerte es porque sin quererlo y sin hacer nada ha logrado trascender el sexenio.

Es más, se apresta a mantenerse los cuatro años restantes que le quedan a su periodo.

Ella juró como fiscal general el 20 de mayo del 2020 en el congreso local por nueve años. Es decir, por ley ocupará la Fiscalía en las dos terceras partes del sexenio de la zacatecana Rocío Nahle.

Por supuesto que lo anterior sorprende dado que Hernández Giadáns no le responde ni le debe el cargo a la gobernante en turno sino a su enemigo jurado, el bajacaliforniano Patrocinio Cisneros al que un tiempo Nahle amadrinó y procuró pero a la que traicionó.

Todos lo saben, Hernández es Cisneros y la Fiscalía es el coto que conserva el exsecretario de Gobierno.

Y aún así ahí permanece. Eso es tener buena magia tuxtleca o, mejor dicho, hechizos de magia negra muy eficiente.

¿Romperá el maleficio que padecieron sus dos antecesores?

El cordobés Luis Ángel Bravo Contreras y el oaxaqueño Jorge Winckler no pudieron terminar su periodo y además terminaron en la cárcel, pero la tuxtleca anda como si nada.

Los brujos de Los Tuxtlas sí que son efectivos.

Y no solo el buen fario la arropa en cuanto al teje-y-maneje político sino que se mantiene en el cargo a pesar de sus pésimos resultados como fiscal.

La impunidad bajo sus cinco años y tres meses al frente de la Fiscalía es del 91.44 por ciento según el informe de la organización civil México Evalúa.

O sea, de cada diez crímenes que se cometen en Veracruz, la fiscala cuitlahuista solo logró castigar uno.

Además que ese 91.44 es general y un poco engañoso porque en algunos delitos la impunidad es absoluta. Basta revisar detalladamente el informe.

A nivel nacional, Veracruz está entre los diez estados como más impunidad en cuanto a homicidios dolosos con un 98.99 por ciento, lo que significa que casi no se castiga a los asesinos. Es decir, Veracruz es el paraíso de los matones.

Pero la medalla de oro se la llevan los feminicidas pues la impunidad para para ellos es del 99.99 por ciento, casi la totalidad.

Eso es todo un récord en cuanto a la tolerancia de la violencia de género.

IMPUNIDAD Y REPRESIÓN

En delitos de abuso sexual hay una impunidad del 99.26 por ciento, en extorsión del 99.81 y en violencia familiar del 99.43 por ciento.

Ergo, es un desastre la procuración de justicia en Veracruz.

En donde sí hubo encarcelados es en el ámbito político. Veintidós "enemigos" políticos del régimen cuitlahuista fueron detenidos, encarcelados o perseguidos.

También hubo -y muchos siguen en prisión- más de dos mil personas encarceladas tanto por el derogado delito de "ultrajes a la autoridad" y su sustituto -que sigue vigente- el delito "contra las instituciones de seguridad pública".

Con ambos arietes legales, la fiscala Hernández ejerció -y sigue ejerciendo- la represión y la impunidad, no por 'motu proprio' sino por órdenes de sus exjefes Patrocinio Cisneros y Cuitláhuac García. ¿Lo seguirá haciendo con su nueva "jefa" -así entrecomillas- la zacatecana Nahle? Todo indica que sí.

Con este bagaje ominoso, la tuxtleca Verónica Hernández comparece hoy ante el congreso local dentro del calendario de la glosa de último informe del gobierno anterior.

Sin duda les expondrá una sarta de mentiras a los legisladores y les pintará una realidad alterna en cuanto a la procuración de justicia.

Sin embargo, eso no es lo importante. Ya todos saben y esperan un informe falaz.

Lo que mueve la expectativa son las preguntas, señalamientos y aclaraciones que le expongan los diputados, aunque tampoco hay que hacerse ilusiones pues en la nueva legislatura pululan los aplaudidores, obsequiosos y encubridores.

Ya se verá como se comportan hoy en la comparecencia de la tuxtleca con buena fortuna.

OTRA SUERTUDA

Y Hernández Giadáns no es la única suertuda que ha trascendido sexenios a pesar de su evidente ineficiencia y complicidad con los peores personajes.

Hay una más entrada en años -se habla de periodo en cargos, no de la edad- que es la fidelista-duartista Namiko Matzumoto.

Ella fue secretaría ejecutiva de la Comisión de Protección -risas- a Periodistas con Javier Duarte y no hizo nada por los comunicadores.

Vaya, defendió más al gobernante que a los reporteros agredidos y asesinados.

Y desde el 2016 Duarte la puso a frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) -ya el año próximo cumplirá una década en el cargo- y tampoco ha hecho nada por las víctimas de la violencia del Estado. Lleva nueve años defendiendo al Ejecutivo en turno.

La prueba más reciente de su oficialismo lacayuno es el caso de los dos campesinos asesinados en Totalco, Perote, por la policía estatal.

De eso hace siete meses y Matzumoto se ha negado a emitir una recomendación al gobierno estatal pese a todas las evidencias del crimen de lesa humanidad.

Hoy la higueña con suerte -es originaria de El Higo- también comparece ante el congreso local.

*Envoyé depuis Paris, France.