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TEXTO IRREVERENTE | MITOS AL DESVÁN - Desde el tamiz político-comunicacional, la elección del domingo en Veracruz es muy interesante y hay que estudiar los fenómenos inéditos que se dieron. Y hacerlo con la rigurosidad...

Desde el tamiz político-comunicacional, la elección del domingo en Veracruz es muy interesante y hay que estudiar los fenómenos inéditos que se dieron. Y hacerlo con la rigurosidad que exige el periodismo más allá...

Por Andrés Timoteo

MITOS AL DESVÁN
Desde el tamiz político-comunicacional, la elección del domingo en Veracruz es muy interesante y hay que estudiar los fenómenos inéditos que se dieron.

Y hacerlo con la rigurosidad que exige el periodismo más allá de alegrías rabiosas o quejumbres dolorosas.

Eso es para el resto, no para los comunicadores.

Claro, no faltan algunos opinadores que se suman a las hordas de uno y otro bando.

Los nahlistas están desbordados y piden ajustes de cuentas contra sus colegas que escribieron loas al peroteño José Yunes.

Vaya, uno por ahí hasta pide que la zacatecana Rocío Nahle haga efectiva una sentencia bíblica y los arroje a las aguas con una piedra de molino atada en el cuello. Risas. Más primitivos no pueden ser.

Los otros, por su lado, siguen rezumando tristeza y esperanzas caídas alegando que Yunes Zorrilla es el mejor de lo mejores, el Mesías prometido que caminó sobre suelo veracruzano y extrañamente fue rechazado por los suyos.

Risas también. Estos además de primitivos son negacionistas.

Señores, ya supérenlo y dedíquense a la rigurosa lectura de los acontecimientos más allá de las filias y las fobias.

Los hechos ahí están: la zacatecana Nahle ganó la elección y el peroteño Yunes la perdió.

Ya se sabe el quién, el qué, el dónde y el cuándo, ahora falta responder el cómo y el por qué.

No será inmediato, pero se tendrán que buscar las respuestas a esas dos últimas preguntas de las seis "Q" que sostienen el periodismo -quién, qué, cómo, cuándo, dónde y por qué-.


Mientras se trabaja en eso, hay que destacar que los resultados del domingo enviaron algunos mitos políticos al desván -por no decir al cuarto de los cachivaches-.

El primer mito desbaratado es que quien gana la campaña, gana la elección. Ya no es así.

Algo paradójico que si bien no es nuevo en el país nunca había pasado en Veracruz y queda en el acervo a estudiar para futuras contiendas.

Ciertamente, dirán algunos, en el 2018 pasó algo similar con Cuitláhuac García quien andaba solo y su alma en eventos minúsculos de proselitismo, pero venció al junior Miguel Yunes.

Sin embargo, el contexto era distinto. A García Jiménez lo ayudó el 'efecto' de Andrés Manuel López Obrador y lo que ahora catapultó a Nahle fueron los programas sociales usados como moneda invencible para la compra y la coacción del voto, y una Elección de Estado con marbetes inéditos.

MARCA DE CHISTE

El segundo mito desvencijado es la operatividad electoral del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Esta vez repitió derrota como en el 2018.

En la primera elección se entiende por la ola obradorista del momento, pero en la segunda simplemente no pudo contra los guindas.

Así de simple.

Ya no se diga las charadas esas de que "todos los Yunes unidos, rojos y azules, son invencibles" -risas- o que la "marca Yunes" pone a temblar al enemigo electoral -más risas-.

Para nada y a cómo van las cosas el apellido servirá de aquí en adelante para la chunga y los chascarrillos.

Así, mito y mitoteros se van directo al desván.

El tercer mito caído es el chovinismo jarocho.

Es decir, la preferencia de lo local frente a lo foráneo.

Eso se derrumbó con el voto masivo de los veracruzanos por una zacatecana.

Fin de la historia, aunque el fenómeno tiene amortiguadores históricos.

¿Recuerdan que en el 2002 el panista Francisco Ávila quiso colocar una estatua del dictador Porfirio Díaz y eso abrió un ríspido debate sobre la aceptación y rechazo a personajes con mala fama?

En ese entonces algunos historiadores lo explicaron bien: Veracruz es mucho espacio y si bien es irreverente y burlón tampoco es cerrado ni intolerante.

Solo vean la nomenclatura de las calles con héroes y anti-héroes. Desde Hernán Cortés y otros 'mata-indios' hasta la vía que simplemente se llama Conquistadores.

Eso, o es mucho masoquismo o el procesamiento y superación de la memoria histórica.

En resumen, la entidad ni el puerto de Veracruz tienen un chovinismo arraigado.

¡BOMBAAA!

Muchos lo quisieron ver en el desamparo político, pero se les cebó. Y ahora ni su ex-madrina Rocío Nahle podrá vengarse y escarmentarlo, no al menos directamente porque ya consiguió un nuevo protectorado en Yucatán.

El bajacaliforniano Patrocinio Cisneros fue otro 'ganón' de las elecciones porque a dónde se fue a refugiar triunfó el morenista Joaquín Díaz Mena.

Obviamente, la victoria de 'El Huacho' Díaz para obtener la gubernatura no se la debe a Cisneros, pero él le trabajó como peón en Mérida y de ahí que el tipo presume que obtendrá alguna recompensa, tal vez un acomodo en el gabinete yucateco.

¡Bombaaa...!, para sus malquerientes nahlistas y cuitlahuistas.

El popular "Bola 8" no será un estratega infalible en los menesteres electorales pero si es un acomodaticio eficaz.

Se cuela como la humedad: por todas partes, sin avisar y ante el disgusto de quienes ven los estragos.

Ah y Cisneros no extrañará a Nahle pues 'El Huacho' es como una copia-calca de la zacatecana ya que a él también le descubrieron un patrimonio inmobiliario millonario no declarado ni justificado con sus ingresos legales, aunque -eso sí- mucho más modesto que el de Nahle pues apenas alcanza los 45 millones de pesos.

*Envoyé depuis Paris, France.