Por Andrés Timoteo
MUERTE EN EL SUR
Siempre se ha caracterizado por el desprecio a las víctimas, pero llamó la atención que a dos recientes, los ganaderos Christian Manuel y Oswaldo Vázquez Feria, les haya dedicado un desdén puntual con su ya tradicional estrategia de hacerlos responsables de sus propias muertes.
Cuitláhuac García dijo que los mataron porque uno de ellos evadió la prisión domiciliaria que tenía.
"Se fueron a celebrar, no sé qué cosas y ahí lo ultimaron", señaló.
¿Qué habría ido a celebrar y a qué cosas se refiere? ¿un trato delictivo, un bacanal con un consumo de estupefacientes?
El dicho deja abierta la especulación para enlodar a las víctimas.
Pero además y en un intento de parecer magnánimo anunció que se investigarán los homicidios sin importar "la forma en que actuaba esta persona con otras personas".
Traducción: era un delincuente.
Y esas "otras personas" tienen nombre y apellido, aunque no las mencionó abiertamente, pero la indirecta alude a un caciquillo regional que tiene el mismo apellido paterno y es conocido por su apodo caprino.
El tipo está enfrentado al gobierno estatal desde de que no lo dejaron hacerse del control político y monetario del ayuntamiento de Sayula de Alemán.
A Christian Vázquez, quien era presidente de la Asociación Ganadera de Playa Vicente, lo detuvieron en Lerdo de Tejada hace un año, le sembraron droga y armas, según denunció el mismo ganadero, y bajo tortura intentaron que se declarará pariente y cómplice de ese bandido.
Sin embargo, se demostró que no son parientes y también que su detención y encarcelamiento fueron irregulares por lo que un juez ordenó la prisión domiciliaria.
El crimen de Playa Vicente tiene implicaciones políticas porque a través de Vázquez Feria el cuitlahuismo y en especial el exsecretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, intentó escarmentar al fortacán caprino que les disputaba el botín.
No lo lograron.
Ahora García Jiménez continúa destilando los desmanes político-judiciales de Cisneros y se confirma que éste sigue vigente a pesar de que ya no está en el gabinete.
Lo que sembró está arrojando cadáveres.
Ya van dos en ese asunto del sur.
¿Cómo se interpreta eso?
Pero nadie espere que haya luz sobre esas muertes porque la fiscala Verónica Hernández, incondicional de Cisneros y que sigue obedeciendo sus órdenes, tiene la instrucción de no investigar nada ni castigar a nadie.
El caso se empolvará hasta la eternidad porque escudriñarlo arrojaría fardos sobre el exfuncionario y su patrón, el gobernante en funciones.
DEL 'LIBRAZO' AL BALAZO
Otro dato que abona a la sospecha de que el doble homicidio tiene sesgo político es que los Vázquez Feria estaban promocionando a la oposición y se les había visto en mítines del peroteño José Yunes Zorrilla.
Se sabe también que Christian Vázquez tenía 'marcaje personal' en cuestiones partidistas de parte del alcalde morenista, Urbano Bautista.
Al ganadero le temían los guindas en cuanto a que le diera el respaldo a un candidato opositor y no a la zacatecana Rocío Nahle, y Bautista Martínez era el encargado de vigilarlo y reportar a Jalapa cualquier movimiento tanto de Vázquez Feria como de la organización ganadera que representaba, la cual tiene un marcado peso político en la zona.
Tan lo tiene que el 9 de agosto, luego de la detención del dirigente ganadero, los playavicenses salieron a protestar y boicotearon la presentación del libro "La Negritud en Veracruz, de Coyolillo al Sotavento" de Cisneros Burgos.
Para exhibir dicha "obra literaria" -risas, porque ni fue su obra ni tampoco es literaria – y que luciera el "autor", el alcalde Bautista organizó el Encuentro Orgullo Sotaventino pero los lugareños lo estropearon.
El exsecretario de Gobierno ni siquiera se atrevió a llegar al evento por temor a ser zarandeado por la turbamulta encolerizada por la detención de Vázquez Feria.
Y vaya que es sospechosa la sucesión de hechos: en agosto lo detienen bajo acusaciones falsas, la gente corretea al popular "Bola 8" y le echa a perder la presentación de su libro, luego excarcelan al detenido y este termina cosido a balazos.
Y todo en apenas cinco meses. ¿Cómo se interpreta eso?, se insiste. ¿Huele a vendetta política o es un crimen aislado? ¿Cuál es la lectura pertinente?
¿Y EL ORDENANTE?
Ayer se cumplieron nueve años de que fue localizado sin vida el periodista Moisés Sánchez Cerezo y el crimen cometido durante el duartismo sigue impune ahora en el cuitlahuismo.
Tampoco fue resuelto en el yunismo. Tres gobernantes han pasado y los tres fomentaron la impunidad y negaron la justicia a sus familiares y al gremio reporteril.
Y a casi una década nadie sabe dónde está el autor intelectual del secuestro y asesinato, o sea el que ordenó exterminar al periodista.
Sigue prófugo -ajá - el expresidente municipal de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes, panista por cierto.
Mientras en Veracruz se sigue llorando a Moisés y clamando por justicia, Cruz Reyes seguramente está gozando en algún sitio paradisíaco del blindaje que le dieron los exgobernantes priistas y panistas, y que le mantiene el morenista.
*Envoyé depuis Paris, France.
Editor86