Por Andrés Timoteo
NI VERDAD NI JUSTICIA
Hace diez años, en La Sorbonne de París, los estudiantes latinos organizaron reuniones informativas además de participar en protestas por la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa.
Primero era la duda de lo increíble, ¿cómo 43 personas podían desaparecer de la noche a la mañana sin dejar rastro?
Los que no conocían el contexto mexicano insuflado por el crimen organizado y un Estado represor pues no lo comprendían.
Después creció y se asentó la sospecha de que el Estado y el hampa actuaron juntos para desaparecer a los jóvenes guerrerenses.
Y así fue. En París y en varias ciudades europeas hubo manifestaciones de repudio al crimen y exigencia para buscar y encontrar a los 43 estudiantes.
A la distancia provoca risa la postura fantasiosa y exagerada de algunos intelectuales críticos del peñismo y que luego se volvieron orgánicos en el obradorismo.
Uno de ellos, Jonh Ackerman, entonces profesor invitado en La Sorbonne.
Llegó a escribir que de Guerrero tras el caso Ayotzinapa saldría el cambio del régimen mexicano y sería el parte-aguas de la nación como sucedió en 1821 con el Plan de Iguala que gestó la independencia de México. Risas.
Claro, era "análisis con maña" pues el cuñado de Ackerman -Pablo Amílcar Sandoval- quería ser gobernador de Guerrero abanderado por el lopezobradorismo.
Y nada bueno salió de Iguala: ni independencia ni transformación ni justicia ni verdad.
Con el tiempo se diluyeron las manifestaciones, más aún porque muchos de los activistas mexicanos en el llamado viejo continente eran simpatizantes del proyecto de Andrés Manuel López Obrador y luego se afiliaron a Morena para hacer activismo partidista desde el extranjero.
Y cuando el tabasqueño se sentó en la presidencia y no hizo nada por buscar a los 43 de Ayotzinapa, y simuló una comisión de la verdad, y protegió a los militares, y mintió a los familiares, y manipuló testigos, y creó carpetas inculpatorias que luego se cayeron.
Y pactó con los cárteles del narcotráfico, y demostró que nunca huyo una voluntad real para hacer justicia en ese crimen de lesa humanidad y entonces recurrieron al silencio vergonzoso.
En París callaron esas voces en favor de Ayotzinapa como en México lo hicieron las que gritaban por verdad y justicia.
Se sintonizaron con la simulación, el silencio y el gatopardismo del gobierno lopezobradorista y ya no hablaron nada de los 43 normalistas.
Muchos de los que antes vociferaban a favor de la causa se volvieron críticos y maltratadores de los padres de los estudiantes porque comenzaron a protestar por la simulación del presidente.
Los convirtieron en enemigos y las exigencias de justicia las transformaron en intentos de desestabilizar y dañar el régimen del caudillo.
Vaya, algunos hasta los acusaron de golpistas contra la "cuarta transformación" igual que los padres de los niños con cáncer, los ambientalistas que denunciaron el ecocidio por el Tren Maya o los colectivos feministas que protestaban por las 20 mujeres asesinadas diariamente en el sexenio.
Pero el caso de los 43 de Ayotzinapa es una muestra histórica de que el obradorato no está del lado del pueblo ni mucho menos de las víctimas, y que solo lo usó como propaganda electoral.
Al tabasqueño se le cayó su "verdad verdadera" y tuvo que quedarse con la "verdad histórica" del peñismo. Se comportó igual o peor que su antecesor y nada cambió en una década de aquella desaparición forzada y masiva.
NO ESPEREN NADA
Ayotzinapa desnuda al rey macuspano, el cual si no quiso hacer justicia a esas víctimas ajenas mucho menos lo hará con las propias.
No hubo ni habrá justicia para los 40 migrantes quemados vivos en la garita migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, en marzo del 2023.
Tampoco para los 800 mil fallecidos por la negligencia oficial durante la pandemia de Covid-19 ni para las 20 mil víctimas de feminicidios en su sexenio ni los 200 mil asesinados por el crimen organizado, ni, ni, y un largo ni.
La justicia es un estorbo para el lopezobradorismo y lo será para el claudismo.
Más aún porque la sucesora Claudia Sheinbaum llega al trono con las manos manchadas de sangre de los 53 muertos que carga en la espalda: 27 de la Línea 12 del Metro cuando era jefa de Gobierno de la Ciudad de México y 26 aplastados en el Colegio Rébsamen, entre ellos 19 niños, cuando era alcaldesa de Tlalpan.
López Obrador engañó a todos con la mentira de que encontraría y haría justicia a los 43 de Ayotzinapa, pero Sheinbaum llega nítida e impune con esos 56 difuntos que son su responsabilidad.
Entonces, no esperen nada de ella.
Ni verdad ni justicia ni voluntad benévola ni decencia. Es el pronóstico sexenal.
¿NO QUE NO?
Alguien dijo que septiembre no se iría sin darle a México una sacudida. ¡Brujos!
Antier y ayer tembló en varias partes, incluyendo el altiplano y el sur de Veracruz.
El mes del zangoloteo no dejó de hacer su tarea telúrica.
En la Ciudad de México causaron pánico los cuatro micro-sismos registrados la madrugada de ayer, aunque fueron de baja intensidad, sin rebasar los 2.5 grados en la Escala de Ritcher.
Y en Veracruz el epicentro fue en Sayula de Alemán con un zarandeo de 4.4 grados.
*Envoyé depuis Paris, France.