Por Andrés Timoteo
NIÑO MIGRANTE
¡Hoy es Día de Reyes! Día de ilusión para los niños mexicanos, aunque poco a poco a Melchor, Gaspar y Baltazar les va ganando terreno Santa Claus o Papá Nöel que llega antes, el 24 de diciembre.
La recomendación para los puristas de la tradición 'reyera' o 'maguera' es que no se peleen con las innovaciones.
Si quieren esperar a ambos, bien, los chamacos estarán felices porque dobletearán regalos.
Lo malo es para los atribulados 'reyes' y los 'santa clauses' que tienen que hacer doble gasto.
Por cierto, no eran monarcas los tres que visitaron el pesebre de Belén sino hombres sabios, científicos.
Algunas investigaciones hablan de que uno era astrónomo, otro médico y el tercero alquimista.
Por eso se decían magos.
Ergo, la monarquía no se arrodilló ante el Santo Niño sino la ciencia y ese es un mensaje mucho más poderoso que presumir que el poder político se postró frente al Mesías.
Si se atiene al relato bíblico, el poder político representado por Herodes El Grande, rey de Judea, lo rechazó y lo trató de matar desde que estaba en la cuna.
El mismo poder político obligó a los padres, María y José, a huir hacia Egipto con el pequeño recién nacido.
Así, Jesús Niño se convirtió no solo en un perseguido político sino en un migrante forzado igual que los millones de personas que hoy en día tienen que escapar de sus naciones para salvar la vida.
Jesús fue, pues, un migrante desde bebé, débil entre los débiles, hijo de un humilde carpintero, sin recursos para un desplazamiento seguro y la única ayuda que tuvo fue el borrico al que montaron.
Y ya en el país ajeno -y hasta en la propia Belén donde se produjo el nacimiento- eran unos 'sin techo' pues no tenían si quiera un lugar donde reposar.
Los migrantes actuales, entre ellos niños, se montan en La Bestia de acero, el ferrocarril mexicano, o trepan a cayucos desde la costa africana para cruzar el Mediterráneo, el desierto de agua, a fin de llegar a Europa.
¿Se imaginan lo que pasaron María, José y el Niño cruzando el desierto hacia Egipto?
Eso no se cuenta en los pasajes bíblicos, pero bien que lo saben bien los mexicanos que les ha tocado aventurarse al desierto de Sonora-Arizona persiguiendo el "sueño americano".
Hienas, chacales, frío congelante en las noches y sol abrazador en el día, víboras, escorpiones, tarántulas, merodeadores y asaltantes, y demás peligros que desafiaron los Santos Migrantes hace dos milenios por necesidad imperiosa.
Les llama peregrinos cuyo sentido primigenio es de migración.
'Peregrīnus', es el término en latín que significa "en el extranjero".
O sea, migrante fuera de su país.
CARAVANA SIN FUTURO
Ellos, los migrantes bíblicos como los que ahora vienen del sur y se aventuran a un viaje peligroso hacia el norte pues quedarse en su país significa la muerte.
No es casualidad: el Nazareno se refugió con sus padres en la potencia de la época, el Egipto de los faraones, así como hoy miles de migrantes forzados se desplazan hacia la potencia actual: Estados Unidos.
La Palabra de Dios se cumple, pues.
Ahora mismo avanza en México la primera caravana migrante del 2025.
Partió el 2 de enero desde Tapachula, Chiapas, con más de mil 500 personas originarias principalmente de Venezuela, Haití, Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador.
Cierto, decenas de caravanas han recorrido los últimos años, pero ésta es peculiar porque camina sobre la "desesperanza" y con todos los augurios negros.
Pareciera una caravana sin futuro.
Los que hoy peregrinan por México llegarían a la frontera norte cuando el anaranjado Donald Trump ya esté en la Casa Blanca.
Será casi imposible que ingresen a suelo estadounidense y lo mismo que se queden.
Los que no terminen en la cárcel o deportados serán cazados por los 'Minutemen' que con el regreso de Trump al poder están más belicosos.
En este 2025 se ven peregrinos sin futuro transitar por suelo mexicano, como hace dos mil años se vio a peregrinos parecidos en El-Bariyah o Desierto Rojo de Judea.
EL NILO Y LOS COCODRILOS
Los cristianos armenios cuentan la ruta que hizo la Sagrada Familia hacia Egipto.
Además del desierto, cruzaron el río Nilo atestado de agresivos cocodrilos e hipopótamos, pero éstos escoltaron la barca en la que viajaban mientras María le cantaba una canción al bebé para que no se asustara con el vaivén de las aguas.
Estuvieron en al menos diez pueblos y su estancia final fue Durunka donde permanecieron hasta que el Niño cumplió cuatro años.
El Evangelio Armenio está lleno de anécdotas bonitas sobre ese trayecto.
En Zagazig bebieron agua de un pozo que hasta la fecha es adorado por los fieles.
En Bilbeis, los peregrinos se toparon con un funeral de otro niño que les causó tristeza, pero Jesús -de apenas dos años- tocó un pie del pequeño difunto y este se levantó a jugar.
En Matariya se sentaron a descansar bajo un sicomoro y como estaban sedientos Jesús excavó un hoyito en el suelo arenoso con una vara y brotó un manantial.
Allí, la Virgen también se puso a lavar los pañales y entonces germinó una planta de bálsamo, por eso al Myroxylon balsamum -el nombre científico del arbusto- se le llama Bálsamo de María.
Envoyé depuis Paris, France.
