Por Andrés Timoteo

PALABREJA DE MODA

Los guerrerenses y en especial los acapulqueños son los malqueridos de la “cuarta transformación” que los trata a patadas.

Primero les quisieron poner como gobernador a un tipejo como Félix Salgado Macedonio y luego les acomodaron a la hija, Evelyn Salgado, quien solo es una prestanombres en la gubernatura pues en la realidad el que manda es el padre.

También los tienen a merced los carteles de la droga y ahora, tras el azote del huracán Otis, sin ayuda humanitaria ni recursos para reconstruir lo destrozado.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no les avisó a tiempo para huyeran del ciclón y después fue omiso para ordenar el auxilio inmediato y hasta intentó controlar la ayuda civil a través de la milicia.

Medicinas, agua y víveres que enviaba la gente era decomisados por los militares.

Nada entraba ni se repartía en Guerrero sino pasaba por el Ejército.

Fue un intento de minimizar el escándalo por el desastre desatendido y controlar el discurso sobre la tragedia para menguar el impacto político-mediático. No le funcionó.

Ahora que la mayoría morenista aprobó en San Lázaro el proyecto de Presupuesto de Egresos para el 2024, en el mismo no hay un solo peso destinado a la reconstrucción de Guerrero ni para ayudar a los damnificados.

Desesperados, estos marcharon hasta la Ciudad de México para reclamar apoyo, pero los recibieron con la policía que los atajó para que no llegaran a palacio nacional y no molestaran a su inquilino.

“Nos trataron como si fuéramos delincuentes”, acusaron los damnificados. Y López Obrador además los tildó de “oportunistas que hacen politiquería”.

Vaya, es el mundo al revés, los malos son los que suplican auxilio ante el impacto de la naturaleza y la víctima es el tabasqueño que ni siquiera se enlodó los zapatos y vive en un palacio rodeado de comodidades.

“Politiquería” es la palabreja de moda con la que el presidente evade responder a las exigencias justas de los necesitados o los cuestionamientos sobre su gestión.

Es el instrumento verbal para minimizar y descalificar, aunque él hizo lo mismo durante dos décadas en las que marchó, bloqueó avenidas, montó plantones, se declaró “presidente legítimo” y fue un crítico feroz de los que estaban en el poder.

Fue “politiquero” cuando en 1991 organizó la caravana político-partidista -esa sí- de Tabasco a la Ciudad de México que llamó “Éxodo por la democracia” pues alegaba que le habían robado la gubernatura. Igual en el 2006 cuando le robaron la presidencia y bloqueó durante meses la avenida Reforma en la capital del país.

López es un “politiquero” viejo que ahora se queja de la quimérica “politiquería” ajena.

Ah y en pleno abandono de los guerrerenses se supo que el gobierno federal envió a Cuba 600 toneladas de alimentos y 200 millones de dólares en petróleo.

Y así con el dinero que le hace falta a los mexicanos en desgracia ayuda a los de afuera y apuntala una dictadura. Se ratifica, la 4T trata con patadas a los de Guerrero.

ESTÁN DE VUELTA

La que también adoptó esa palabreja para justificar sus carencias e imposturas es la zacatecana Rocío Nahle quien tacha de “politiquería” que digan que nació en Río Grande, Zacatecas y no en Veracruz, y cuando la cuestionan por pretender ser ‘cachirula’ en el 2024.

Para ella citar a la constitución de Veracruz es ‘guerra sucia’ y “politiquería”.

No argumenta más porque carece de razonamientos serios, y con esa palabreja pretende callar una realidad que la atosiga.

Su discurso es muy enclenque, tanto el político como el jurídico, y su zacateneidad no la puede borrar ni ocultar. Zacatecana nació y zacatecana se queda.

A colación, nadie pase por alto que a Nahle la ‘destaparon’ los Javieres. Duarte, el exgobernador, y Herrera Borunda, el hijo de innombrable. Ambos la apuntalan para que sea candidata de Morena y luego gobernadora.

El primero afirma que la zacatecana está en posibilidad legal de ser mandataria de Veracruz a pesar de incumplir con lo que exige la constitución local: ser veracruzana.

Y acusó a los que señalan lo contrario de “ignorantes” y “grillos”.

Risas. Lo sostiene alguien que nunca pudo demostrar que cursó un doctorado en España que fue, según él, en economía y no en derecho.

Vaya, solo le faltó recitarle a la de Río Grande, Zacatecas, eso que le copió -y mal- al escritor sevillano Santiago Montoto: "Paciencia, prudencia, verbal contingencia (sic), dominio de ciencia, presencia o ausencia, según conveniencia”. Risas.

Por su lado, Herrera Borunda le extendió el respaldo de su padre, el innombrable, para que sea candidata y gobernadora, y advirtió que si ella no era la beneficiada del ‘dedazo’, el PVEM, del cual es integrante, no hará alianza con Morena.

Ajá.

Es un cuadro imperdible: el duartismo y la fidelidad que sumieron a Veracruz en la corrupción total y el dominio del crimen organizado son los soportes de la zacatecana Rocío Nahle.

Le encaja eso de “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Hoy viernes, el proyecto de los Javieres se hará realidad con el ‘dedazo’. Y ya con Rocío Nahle ungida para llegar a la gubernatura, Duarte y el tufo del innombrable están de vuelta, prestos a cogobernar en Veracruz.

LA MANADA ENTERA

Los chalanes del duartismo-fidelismo ya hacen lo que saben -tropelías, mapacherías, raterías y todo lo que acaba en ‘ías’- para avituallar a la riograndeña Nahle.

Por mencionar a algunos: José Ruiz Carmona, Felipe Sosa, Juan Gómez, Rosa María Hernández Espejo, Juan René Chiunti, Sergio Rodríguez, María Vázquez, Alberto Silva, Gabriel Deantes e Inocencio Yáñez.

También Raúl Zarrabal, Erika Ayala, Salvador Manzur, Jorge Carvallo, Fernando Arteaga, Angélica Navarrete, Marcela Aguilera, Ranulfo Márquez, Juan Carlos Mezhua, Marcelo Montiel, Marco Aguilar Yunes, Eduardo Vega Yunes, Marco Antonio del Ángel, Mónica Robles, Ricardo Ahued, Juan Manuel Pozos, Nicolás Callejas Roldán y otros más todavía ensarapados, pero ya operando.

Es decir, la manada entera está con la zacatecana. Es el equipo táctico con el que llega a la candidatura de Morena.

*Envoyé depuis Paris, France.