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TEXTO IRREVERENTE | PARLANCHEANDO - El miércoles 29 concluyen las campañas electorales y solo restan siete días de proselitismo. En esos persistirán las prácticas anquilosadas de cierres masivos...

El miércoles 29 concluyen las campañas electorales y solo restan siete días de proselitismo. En esos persistirán las prácticas anquilosadas de cierres masivos a pesar de que no garantizan votos. Los políticos todavía recurren al arcaico...

Por Andrés Timoteo

PARLANCHEANDO

El miércoles 29 concluyen las campañas electorales y solo restan siete días de proselitismo.

En esos persistirán las prácticas anquilosadas de cierres masivos a pesar de que no garantizan votos.

Los políticos todavía recurren al arcaico argumento de 'mostrar el músculo' que es engañoso.

Los cierres masivos son como las encuestas que dan como puntero a quien las paga.

Aún así, los candidatos a la gubernatura ya los anunciaron para el tramo restante.

Lo que llama la atención es que el que ofrece un cambio de régimen y, sobre todo, de actitud como gobernante se niegue atender lo urgente.

El opositor José Yunes Zorrilla ya se han reunido y ha apapachado a cañeros, maestros, empresarios y sindicalistas con la vieja explicación que ellos le sumarán votos.

Lo ha hecho a sabiendas que esos sectores cambian de partido, ideología y convicciones como de calcetines y que ya no garantizan el voto corporativo.

Sí, hay que atenderlos, son sectores son importantes, aunque no urgentes.

Lo paradójico es que Yunes rechace acudir a los grupos de la sociedad cuyas causas son urgentísimas: las madres buscadoras de desaparecidos, los colectivos feministas que reclaman acciones para detener los feminicidios y los padres de niños con cáncer.

También las víctimas del delito, las organizaciones no gubernamentales y los ecologistas, por citar los más vejados e ignorados en los últimos seis años.

A ellos se podrían añadir los familiares de periodistas asesinados.

Urge un planteamiento para ellos con miras al sexenio venidero, pero nadie lo ha hecho.

Ya se sabe que Rocío Nahle, la candidata oficialista, jamás se reunió con ellos y ni lo hará. Yunes, por su lado, que promete encabezar "un gobierno de verdad" pero les prodiga indiferencia obliga a preguntar de nuevo: ¿para quién va a gobernar?

¿Cómo creerle que será diferente al inefable Cuitláhuac García si igual que él les rehúye?

Repeler a esas víctimas lo marcará desde ahora y aun si gana la contienda seguirá arrastrando la marca desidiosa de haberlas excluido en la etapa de campaña para comprometerse con ellas.

Alguien que pretenda ser un buen gobernante ya hubiera programado encuentros, reunirse con un grupo cada día en lo que resta de la última semana y escucharlos sin interrumpir, sin importar el tiempo y sin imponer nada.

Y construir una agenda conjunta y fijar compromisos con plazos revisables. Eso es ser estadista, no un parlanchín electoral.

Solo vean el paralelismo: el gobernador los repudia y margina, la candidata guinda les condiciona agenda hasta después del 2 de junio y el que se supone es diferente, los evade.

Entonces, ¿para qué tanta arenga sobre defender a Veracruz, los presupuestos y las obras si todo eso queda anulado porque no quiere defender la vida, las libertades, el entorno común y a las víctimas?

El rechazó de Yunes Zorrilla a los agraviados es elocuente y equiparable a su negativa para prometer abierta y directamente que encarcelará a Cuitláhuac García y su banda de maleantes, aunque en esto último se cotillea un motivo escondido -y que no es la tibieza que lleva en su entrepierna-.

LOS SATURNALES

Hablando del ínclito, este se encuentra en franca evasión.

Ahora que arden los cerros por las altas temperaturas y que la gente no tiene agua ni para beber, ¿dónde está García Jiménez que se presumía como un eficaz 'chapeador' de maleza?, ¿por qué no ha ido junto con sus secretarios a cavar surcos para 'cortar' los incendios forestales o al menos a acarrear cubos con agua?

Apenas el martes salió a hacer una alocución electoral tratando de asustar judicialmente al empresario Arturo Castagné, el que ha ventilado la riqueza mal habida de Nahle, pero sin contundencia, solo para cumplir la injerencia comicial que le exigen del altiplano.

Los bien enterados relatan que al igual que Javier Duarte en sus últimos meses, Cuitláhuac García está refugiado en Casa Veracruz donde los saturnales de despedida son de gula y bebida antológicas, y que de vez en cuando se mueve a otras juergas en Emiliano Zapata.

Cierto, en estos días se ha hablado de un conciliábulo en la misma Casa Veracruz para preparar una operación 'mapachil' en víspera y durante los comicios a fin de salvar a la zacatecana pero eso suena a leyenda urbana y algunos dicen que se trata de pura fachada.

Ya hubo dos encerronas previas, una en un domicilio de Emiliano Zapata y otra allí mismo en la residencia oficial, con el mismo propósito y vean los resultados: la zacatecana no levanta y al contrario ha ido en picada.

O los cuitlahuistas son muy zopencos que nada les funciona o fracasan adrede.

El rumor chocante: que realidad en esas reuniones acordaron y supervisaron negociaciones con el peroteño Yunes para obtener impunidad a cambio de simular maniobras a favor de la de Río Grande, Zacatecas.

La no acción penal y protección judicial sería la contraprestación yunista por una operación pasiva del aparato estatal el 2 de junio.

O sea, para que dejen sola a la zacatecana. ¿Tanto así? Suena inverosímil, pero hay indicadores.

Uno de ellos, la blandenguería acusatoria de Yunes hacía García Jiménez.

Todo un saturnal político.

*Envoyé depuis Paris, France.