Por Andrés Timoteo

PATRIMONIALISTAS

Para fortuna del precandidato opositor, José Yunes Zorrilla, llegó a su campaña un estratega electoral de lujo, el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, y su participación, no abierta pero efectiva, en la justa electoral despertó los temores de los guindas al grado de que están reciclando viejos temas en su contra.


A nivel local, el gobernante en turno, Cuitláhuac García, ‘refritea’ el caso de las cámaras de vigilancia en Seguridad Pública, aunque con mentiras pues Yunes Linares ni siquiera está indiciado en el mismo.

Claro, la acusación de saliva es para descalificar al operador electoral más que para esclarecer el supuesto desvío de recursos.

Y el presidente Andrés Manuel López Obrador recurrió otra vez al tema del ISSSTE del cual Yunes Linares fue director hace una década.

Ambos emiten amagos velados de persecución judicial para tratar de contenerlo y eso sirve para medir el tamaño del miedo.

Yunes Linares en la campaña opositora y el susto a los guindas fue la impronta de la tercera semana de precampaña del peroteño.

Pero como en la vida política nada es gratis, la llegada del exmandatario al ‘cuarto de guerra’ de la alianza opositora tuvo como precio las candidaturas al Senado en primera fórmula para sus hijos, Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, uno de titular y otro de suplente.

El padre maniobrará para hacer ganar a sus herederos y es muy posible que lleguen a derrotar al morenista Manuel Huerta a pesar del control de los programas federales que entregan dinero a jóvenes, ancianos y campesinos para obligarlos a votar.

Huerta presume tener eso a su favor, pero palidece ante Yunes como operador. Ya se verá.

Y ahí precisamente está el toque reprensible, Yunes padre hará la campaña de sus hijos. No los deja caminar por su cuenta ni librar sus propias batallas.

El caso recuerda cuando el periodista Tonatiuh Pola se metió a la política y se convirtió en diputado local, pero la mamá, la doctora Isabel Estrada, se peleaba con todos, incluyendo periodistas, a fin de defender el desempeño del hijo.

No lo dejaba crecer ni valerse por sí mismo. Así los Yunes Márquez siempre dependiendo del patriarca que les consigue candidaturas, cargos, votos y demás. Por si fuera poco, la candidatura senatorial tiene el dejo de un manejo patrimonialista de los cargos públicos.

O sea que piensan que estos son patrimonio de la familia.

Es un sello desfavorable de la casa. Un Yunes Márquez titular y su hermano suplente, y si el primero dejala curul sube el pariente, nadie más. Antes, en el 2018, el hijo fue impuesto para heredar la gubernatura del padre, y los ciudadanos castigaron en las urnas dicho exceso.

El hermano, que ahora es suplente al Senado, fue alcalde y quería dejarle la silla municipal a ese mismo carnal.

No pudo, lo frenaron por el tema de la residencia, pero se la dejó a la cuñada, esposa del impedido.

¿No es eso considerar que los cargos públicos son propiedad familiar?

A su edad, Yunes Linares ya bregaba por cuenta propia y figuraba en la clase política por su logros personales.

Incluso había sido el hombre más poderoso de Veracruz luego del gobernador Patricio Chirinos, del cual fue secretario de Gobierno.

Nadie le acercó la cuchara a la boca. ¿Qué harán estos ‘juniors’ cuando el padre ya no les facilite las cosas?

Ese manejo patrimonialista en las encomiendas públicas y políticas es lo que tanto se critica hoy a los García Jiménez, los Guerrero Pérez y los García Cayetano.

Mal ejemplo en el quehacer político.

‘MOCHES’ SOBRE RUEDAS

La tercera semana de precampaña de la zacatecana Rocío Nahle se distinguió por los escándalos de dispendio y uso de recursos públicos.

Nahle fue exhibida en sus camionetas de lujo, blindadas y escoltadas por al menos una decena de vehículos en los que viajan sus guardaespaldas.

Cada unidad está blindada, climatizada y cuenta con todas las comodidades para que la de Río Grande, Zacatecas, no padezca en su gira turística.

Y son camionetas para millonetas pues el costo de cada una supera los 2 millones de pesos.

La gran incógnita es quién las paga.

¿El gobierno estatal, el federal, la precandidata, el partido o terceros inconfesables?

La respuesta a cada una de estas opciones encierra un delito y la urgencia para investigar la fuente que costea dichas unidades.

Algunos dicen que Nahle está repitiendo lo que Cuitláhuac García hizo en el 2018 cuando se movía en camionetas que le facilitaron exfuncionarios duartistas quienes luego fueron beneficiados en el sexenio.

Es decir, es un ‘moche’ sobre ruedas y dado anticipadamente.

El otro tema que dominó la agenda mediática para Nahle fueron los desmanes en Poza Rica con el uso de recursos municipales y acarreo de empleados gubernamentales para el cierre regional de la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum y en el que estuvo la propia zacatecana.

El alcalde Fernando Remes y el subsecretario estatal de Infraestructura, Fernando Elías, fueron los pillos electorales que se mostraron sin pudor.

Ellos refrendan que para los guindas violar la ley es un timbre de orgullo.