Por Andrés Timoteo
PERDIENDO GANA
Podrán acusarla de miedosa, impreparada y huidiza, pero no de tonta.
La candidata al senado por Morena, Claudia Tello, optó por lo más conveniente: no presentarse en el debate organizado por la radiodifusora XEU porque sus oponentes de la alianza PAN-PRI-PRD y de Movimiento Ciudadano la iban a derruir en ideas, denuncias, réplicas y hasta en propuestas.
Tello Espinoza no es diestra en la oratoria ni en la retórica e hizo lo menos peor.
¿Que si perjudicó con ello a su comadre Rocío Nahle al mostrar su cobardía frente a los contrincantes?
¡Qué más da!
Eso es mejor que terminar zarandeada hasta la ignominia.
Es más, seguramente en el equipo nahlista se dieron por bien servidos que ella cargara con las críticas y descalificaciones por faltista a que la hayan aporreado junto al proyecto guinda que le afectaría a la candidata como sucedió en ese mismo foro con la comapeña Rosa Hernández a la que le sacaron su red de corrupción nepotista en la delegación de la Secretaría del Bienestar.
Hernández se quedó pasmada, no pudo contestar un solo señalamiento de su oponente, la panista Verónica Pulido, quien documentalmente confirmó lo que ya se sabía, que es una mangante.
Ella tiene a sus dos hijos, a su nuera y a otros seis parientes en la nómina del Bienestar, aunque los bien enterados afirman que son más, que rebasa la quincena, pues otros familiares cobran como 'aviadores'.
La magnitud del robo de los recursos que deberían ser para la gente necesitada se puede calibrar con la nuera de Hernández la cual se embolsa al mes casi 900 mil pesos, ocho veces más que el sueldo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entonces, los abuelos que sufren cada mes porque no les cae el pago de su Pensión del Bienestar deben tener en cuenta que ese dinero fue a parar a los bolsillos de los parientes de Hernández Espejo.
Además, la tipa le consiguió al esposo la jefatura en la oficina de Hacienda del estado en Soledad de Doblado cobrando más de 60 mil pesos mensuales, más las transas por sellar documentos y ocultar evasiones.
Y ahí sí hay que reconocer la prestidigitación de la comapeña pues convirtió a un taxista en un encargado de asuntos fiscales.
No cualquiera logra tal metamorfosis. Claro, el asunto no es generalizado al oficio y va una disculpa anticipada a los trabajadores del volante que en su mayoría es gente decente.
Pero regresando al caso de Tello, es posible que tampoco acuda a los debates que organizará el OPLE, aunque si fue o no -al anterior- y si va o no -al que viene- ni le afecta ni le beneficia pues ella tiene asegurada la curul.
Si triunfa Morena entrará al parlamento y si no, también pues será senadora por la primera minoría. Perdiendo gana.
El que sí anda preocupado es Manuel Huerta, que va en segunda fórmula, porque solo con un triunfo contundente del morenismo llegará al escaño.
Por eso el exdelegado del Bienestar -ese mismo que sabía y toleró toda enramada familiar de la comapeña Hernández incrustada en la dependencia que tenía a su cargo- intentó debatir fuera de micrófonos con el panista Miguel Yunes.
Esto pese a que no compiten en la misma posición. Ni lo 'fumaron', aunque en tanteo para subirse al debate desde las butacas se reflejó la desesperación del segundón -vaya, hasta rima-.
EL LIBRO Y LA CRUZ
A propósito de este candidato, ¿se acuerdan que en el proceso electoral del 2010 se filtraron a la prensa audios del innombrable operando para Javier Duarte?
La reacción en ese entonces de un taimado funcionario de la fidelidad fue muy parecida a la que ahora tiene Huerta tras la filtración de las casotas de la zacatecana Rocío Nahle.
Reinaldo Escobar, secretario de Gobierno, salía al encuentro de los reporteros -los colegas jalapeños han de recordarlo muy bien- cargando un libro, "Los demonios del edén" de Lidia Cacho, y una cruz para "exorcizar" al personaje mencionado en la obra y al que le atribuían el espionaje telefónico.
Por supuesto que sorrajaba acusaciones contra el panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Y cuando no eran el libro y la cruz sacaba fotografías panorámicas de la propiedad en El Estero o hablaba de la "carpeta azul" con supuestas investigaciones judiciales.
Hoy, exactamente eso hace Huerta quien carga las mismas fotos y habla de la misma carpeta que fue un invento del innombrable recalentado por los duartistas y ahora por los morenistas.
¿Por qué los guindas no construyen una narrativa propia, indagatorias propias y 'expedientes' propios?, ¿por qué no son creativos?
Solo se dedican a agitar, de vez en vez, ese 'petate' fidelista que ya ni asusta a los aludidos.
El problema no solo es mimético sino estructural, de holgazanería intelectual y jurídica.
En fin, Huerta y Escobar son personajes muy parecidos.
También es irónico que hoy Reinaldo Escobar se fotografíe al lado del peroteño José Yunes y prometa operarle electoralmente.
O sea, ya está del mismo lado del 'demonio' que intentaba espantar con el crucifijo y el librito.
Son los signos de los tiempos, lo advirtió el profeta Ezequiel en la Biblia y en las suras del Corán -donde lo llaman Zul Kifl-:
"Se verán cosas peores".
¡Vade retro satanás!
