Por: Andrés Timoteo
RUMOR DE ISCARIOTADA
Se les puso al brinco a los tres gobernadores que lo antecedieron.
Miguel Alemán lo hostigó por denunciar las acciones ilegales de su secretario de Seguridad Pública, Alejandro Montano.
Le mandó a invadir un rancho ganadero y le puso 'cola' con policías estatales que lo seguían por doquiera. No lo dobló.
El innombrable lo difamó y ofendió hasta el cansancio. Le puso mil apodos, le publicó un libro ligándolo a la pederastia y decenas de libelos para macularlo.
Se inventó la famosa "carpeta azul" con supuestas "milis y milis" de investigaciones judiciales. Tampoco lo dobló.
Javier Duarte retomó el bulo de la "carpeta azul", le interpuso denuncias penales, lo atacó en la prensa también con libelos ventilando incluso su vida personal y ni así lo dobló.
Al contrario fue él quien lo investigó, lo obligó a dejar la gubernatura anticipadamente para huir y lo metió a la cárcel.
A esos tres mandatarios, Miguel Ángel Yunes Linares los desafió, los documentó, los evidenció y hasta se les paseaba en Plaza Lerdo y en los bajos de palacio de gobierno, en Jalapa.
Los hacía chispear de rabia con su osadía.
Historia muy diferente es la de sus hijos. Los dos que están metidos en política huyeron del país en cuanto los morenistas les mostraron los dientes.
Uno, el primogénito, la pudo librar temporalmente con el fuero senatorial.
Dicen que logró sentarse en la curul tras negociar con los guindas, especie no confirmada pero que sigue en el cotilleo.
El otro, exalcalde porteño, anda prácticamente fugado.
Se especula que no lo dejarán jurar como diputado local salvo que su carnal le compre el salvoconducto en el Senado.
Pero el caso es que ninguno de los vástagos heredó la valentía del padre.
Yunes Linares nunca hubiera huido al extranjero ni se hubiera escondido ni tampoco se habría quedado callado cuando el poder se le fue encima.
Cómo se dijo líneas arriba, al mismo se le plantó, lo desafió, lo exhibió y se le paseó en sus narices.
Nada de eso hacen sus herederos y ahora mismo que está el hervidero por la aprobación de la reforma al Poder Judicial de la Federación, al primogénito ya lo ubican como el traidor que aportará el voto que le falta al obradorismo a cambio de impunidad.
Otros dicen que no es cierto, aunque sí está bajo presión de los morenistas. Empero, el senador panista ha dejado correr el rumor que comenzó a esparcirse desde la semana pasada.
No dijo ni ha dicho nada -hasta ayer que se cerró este texto con el horario europeo- en voz propia.
Se mantuvo silente y escondido mientras la especulación crecía.
Tuvieron que ser terceros del PAN los que salieron a desmentir la especie, pero en política la forma es fondo, y el junior alimentó la percepción de ser un blandengue, huidizo y que en nada se parece al progenitor.
Aunque vote en contra de la reforma judicial, ya está suelta la idea de que negocia a espaldas de sus votantes y a su conveniencia.
Una fama ganada con su obsequioso silencio.
El padre nunca hubiera permitido que se especulara sobre su proceder político ni que terceros hablaran por él.
Y si vota a favor pues terminará de cavar la sepultura política, la suya y la del clan.
Si ya sus posibilidades son difíciles para las elecciones del 2030, estas se volverán imposibles si avala el 'Plan C' con su voto, abstención o ausencia.
Así acabará la dinastía Yunes -azules-, en la iscariotada -en una acción alusiva a la que hizo Judas Iscariote-.
LA 'LOCA' TEPOLE
A propósito de senadores, vaya que el morenista Manuel Huerta Ladrón de Guevara se cebó contra la diputada electa por Zongolica, Dulce María Hernández Tepole por haber cuestionado su precampaña muy adelantada por la gubernatura y porque lo llamó al orden y a respectar a la zacatecana Rocío Nahle quien ni siquiera toma posesión aún.
Hernández Tepole criticó la voracidad de Huerta para emprender una promoción electoral con seis años de anticipo y usar los programas de la Secretaría del Bienestar para publicitarse a costa del erario.
Ya en mayo, en plena campaña, la legisladora indígena había denunciado que los recursos del Bienestar se utilizaban para apoyar a candidatos a las diputaciones afines al exdelegado quien le "jugaba chueco' a la entonces candidata Nahle regateándole fondos y operadores para su causa.
Ahora que lo volvió a cuestionar, Huerta volcó toda su misoginia y violencia de genero en sobre de la legisladora.
La llamó "loca" por señalarlo de andar en campaña anticipada.
Le dijo inexperta y que mejor se ponga a aprender de política.
La estigmatizó por no ser de Morena sino del PT y por lo tanto carecer del derecho para criticar a un morenista.
Y lo más grave es que la acusa de no actuar por 'motu proprio' sino obedecer las órdenes de su marido, Antonio López, quien le dicta lo que debe decir.
Ergo, la diputada está a la sombra de un varón y su desempeño político uncido al patriarcado.
Si eso no es violencia política de género, entonces ¿qué es?
Huerta Ladrón está que bufa contra la petista porque 'encueró' públicamente su estratagema electoral a destiempo -que es más que evidente- malversando los programas sociales desde ahora.
¿Se lo permitirá Nahle?
*Envoyé depuis Paris, France.
