Por Andrés Timoteo
SE DERRITEN
Se derrite la nieve y el corazón. Las cúpulas nevadas del Citlaltépetl y del Mont-Blanc en Veracruz-Puebla y Chamonix, Francia, respectivamente, se están extinguiendo.
Lo alertan científicos y ecologistas.
Al primero le quedarían siete años para perder sus glaciares y al segundo menos de treinta.
El calentamiento global cobrará una de sus facturas enormes sobre el volcán más alto de México.
Hoy mismo en todo Veracruz se sufren altísimas temperaturas y un estiaje que rompe récords.
Y he ahí donde ya comenzó cobro severo tras la alteración del clima en el orbe.
Y lo pagarán alrededor de un millón de veracruzanos que habitan en la zona de influencia del Pico de Orizaba pues dependen de sus glaciares que nutren los ríos Blanco, Cotaxtla y Jamapa, surtidores de agua en cuarenta municipios, entre ellos Veracruz, Boca del Río, Medellín de Bravo y, por supuesto, Jamapa.
El último glaciar que queda, de los catorce que había, lleva precisamente ese nombre por la afluente que alimenta.
Uno de los reportajes más completos sobre el derretimiento de esos glaciares es el del periodista Rodrigo Soberanes publicado en el diario digital Pie de Página en el 2021 bajo el cabezal "Pico de Orizaba: 40 años para despedir al glaciar Jamapa" ( http://gg.gg/1a601l ) que advertía la disminución acelerada de su capa de nieve y altura.
Hace tres años era de 5 mil 610 metros según el INEGI, lo que significaría que ha perdido ¡26 metros!, en los últimos 84 años -al año del reportaje y 87 al momento actual-.
La medición oficial fue de 5 mil 636 metros en 1937 cuando se decretó la creación del Parque Nacional del Citlaltépetl.
Según el texto de Soberanes, el último glaciar desaparecería en el 2060, pero la semana pasada científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU redujeron el plazo a ¡7 años!
Entonces, para el 2030 cuarenta municipios, incluidos los de la conurbación costera, se quedarán sin agua fluvial.
El río Jamapa apenas si tendrá caudal en invierno cuando haya nieve en la montaña o en temporada de lluvias. De ahí en adelante será la escasez permanente y el rechinar de dientes.
DE ÚLTIMA OPORTUNIDAD
Una proyección similar hay para el Mont-Blanc que ha perdido 4.41 metros desde 2007 cuando medía 4 mil 810 metros.
En septiembre del año pasado, la marca se ubicó en 4 mil 805.59 metros.
Los científicos estiman que "La Mer de Glace" -el "Mar Helado"-, como le llaman a sus glaciares, ya no será visible en el 2050.
Y nada se podrá hacer para evitarlo ni en Francia ni en México porque es una consecuencia del calentamiento en toda la tierra.
Por desgracia, ya no hay tiempo ni capacidad humana para revertir el fenómeno, solo quedará la roca simple. Resta esperar lo inevitable y buscar alternativas para obtener agua que no sea de los glaciares que estarán extintos.
Sin embargo, para muchos las crisis son aprovechables –"un optimista ve una oportunidad en toda calamidad", decía el británico Winston Churchill-, en los Alpes Franceses y especialmente en Chamonix ya abundan los "touristes de la dernière chance" o sea "los turistas de la última oportunidad".
Las agencias turísticas y los guías de alpinismo promocionan y venden paquetes a la gente que quiera conocer al Mont-Blanc con sus glaciares que le quedan pues en 25 años ya no serán visibles ni visitables.
La crisis climática y el derretimiento de la nieve también es negocio, pues.
¿En Veracruz cuándo comenzarán a detonar el 'turismo de última oportunidad?
LA ESTRELLA Y FRANKENSTEIN
Tanto el Citlaltépetl como el Mont-Blanc son lugares de leyenda.
Del primero se dice que los ancestros prehispánicos lo llamaron el Cerro de la Estrella pues cuando el sol matutino pegaba sobre sus glaciares estos reflejaban la luz con un tono dorado.
Al ver tal espectáculo, la gente decía que el volcán tenía una corona de oro que brillaba como si fuera una estrella.
Y también como todas las leyendas, el gigante nevado fue plasmado en poemas.
El cordobés Rafael Delgado lo cita en su "Oda a la raza latina".
"¡Raza gigante: yérguete/ al eco de mi canto,/ tú, siempre trágica,/ que del mayor quebranto, / resurges fúlgida/ con nueva juventud!/ ¿Quién dice, raza indómita,/ que al fin estás vencida?/ Repetirá tu cántico/ la Cordillera Andina,/ y el regio Citlaltépetl/ que al cielo se avecina".
La escritora inglesa Mary Shelley junto con su esposo Percy y el poeta Lord Byron visitaron Chamonix en 1816 y ella quedó enamorada del pueblo por lo que lo inmortalizó en su obra maestra "Frankenstein".
En la obra, allí se refugia el doctor Victor Frankenstein buscando soledad cuando huía de la culpa por haber creado al monstruo.
"Inmensos glaciares descendían hasta el borde del camino, e incluso pude oír el estruendo de un alud y admirar las nubes de vapor que se forman a su paso. El Mont-Blanc, el supremo e inmenso Mont-Blanc, se alzaba muy por encima de las demás agujas y su tremenda cima dominaba todo el valle".
Entonces, si se derrite el Citlaltépetl y el Mont-Blanc, ¿cómo no se va a derretir el corazón de quienes los conocimos tal como todavía se ven: vestidos con sus resplandecientes mantos de armiño?
*Envoyé depuis Paris, France.