Por Andrés Timoteo
SEDIENTOS Y ARDIENDO
Sed, calor, sudor, fuego, negligencia, policías, toletazos y represión.
Con esas palabras se describe el momento en Veracruz, no el de los saldos electorales sino el real que padecen casi todos los habitantes que ahora mismo están pagando la factura de calentamiento global.
El planeta pasa el costo y éste se incrementa por la ineficacia y la corrupción de los gobernantes.
De acuerdo a los cálculos, el 78 por ciento de la población padece falta de agua y sofocamiento por las altas temperaturas que han roto récords.
Es decir que 6.2 millones de veracruzanos están sedientos y ardiendo.
Lo último casi es literal porque los incendios forestales han rebasado las estimaciones más extremas que se hacían a inicios de año.
Tan solo en los últimos cuatro días se prendieron 25 incendios en sierras, montes y planicies de la entidad que afectan a medio centenar de municipios.
Los más afectados son Ixhuacán de los Reyes, Altotonga, Soteapan, Atzacan, Xico, Uxpanapa, Ixhuatlancillo, Huiloapan, Coatepec, Ixtaczoquitlán, Las Vigas, Tequila, Mixtla de Altamirano, Cosautlán, Texcatepec, Amatlán de los Reyes, Nogales, Soledad Atzompa, Los Reyes, Zongolica, Atzalan, Vega de Alatorre, Las Minas, Tlilapan, Tlacolulan y Tlacotalpan.
Y las conflagraciones van en aumento.
Hayan sido provocados o no esos incendios, lo inmediato es sofocarlos y proteger tanto la masa boscosa como los sembradíos agrícolas y los asentamientos poblaciones que están en riesgo, pero no se hace.
Los que luchan contra las llamas son los lugareños casi en solitario porque el gobierno está ausente.
En algunos puntos ayudan algunas partidas del Ejército o la Guardia Nacional.
Por eso en plena jornada electoral, ciudadanos enojados de municipio de Tlilapan intentaron quemar las ánforas de votación, encerraron a los funcionarios electorales y cortaron vialidades en tres diferentes puntos.
Solo de esta manera, recurriendo a acciones extremas, lograron que las autoridades estatales atendieran los incendios en los cerros San Cristóbal y Omiquila que llevan casi dos semanas activos y han quemado centenares de hectáreas.
'MAPACHEAR' SÍ, APAGAR NO
También se han realizado protestas en Coatepec, Ixtaczoquitlán, Ixhuacán de los Reyes, Cosautlán y Tequila donde la gente bloqueó vialidades porque la ayuda oficial no llega para sofocar el fuego y ella tiene que maniobrar con recursos propios -escasos, obviamente- para extinguirlos sin lograrlo.
El colmo es que el gobierno de Cuitláhuac García en lugar de enviar bomberos, brigadistas, carros-cisterna, helicópteros y agua les manda policías anti-motines, toletes y patrullas para apalear a los lugareños.
¡Represión en lugar de ayuda!
Eso no sucedió ni en los peores momentos del priismo y el panismo.
Además, García Jiménez acusa a los manifestantes de perseguir intereses políticos y electorales -aunque los comicios ya pasaron-, una cantaleta tan insulsa como irresponsable que se usa para justificar la represión.
La administración cuitlahuista abandonó su obligación de atender la emergencia.
La última semana, todo el personal de las secretarías de Protección Civil, Salud y Seguridad Pública se distrajo en la operación electoral a favor de Morena. Se dedicaron a 'mapachear' en lugar de apagar las llamas.
Y cuando le reclaman, García Jiménez que es 'corto de entedederas', dijeran en el pueblo, estalla y manda a sus gorilas uniformados para apalear a los protestantes.
El que presumía que los policías lo jaloneaban hace años cuando protestaba contra los malos gobiernos, ahora es quien jalonea, aporrea, encarcela y reprime.
Lo más despreciable es que lo hace contra los que exigen lo justo y urgente, preservar la vida y el entorno.
Al neroniano gobernante -que despacha y ordena reprimir desde oficinas climatizadas ya sea en palacio de gobierno o en Casa Veracruz- le molesta que los veracruzanos no ardan en silencio.
"¡PINCHE CULERO!"
El miércoles, estudiantes de la Universidad Veracruzana se manifestaron en Jalapa solidarizándose con los pobladores de las sierras que padecen la negligencia del gobierno estatal para atender la emergencia por el fuego y, de paso, al mandatario en turno le 'cantaron su precio': "¡Cuitláhuac no tienes madre, pinche culero!
Otras verdades espetadas: ¡Los campesinos son los verdaderos héroes, los policías no!, ¡No mandes policías, manda ayuda a la montaña!, ¡Apaga los incendios, manda aviones con agua! ¡Chinga a tu madre, Cuitláhuac ecocida!, ¡Te importó más la elección que los incendios!
Todo a gritos o plasmado en carteles, mantas y pintas sobre paredes y los pilares de palacio gobierno.
Y todo lo dicho fue justo y cierto.
¡Pinche culero! Vaya, los estudiantes no lo pudieron describir mejor pues eso equivale a traidor, cobarde y vil, y el 'pinche' significa que además es despreciable. Y nada de esto es referencia a su vida privada sino a su desempeño público.
Hoy este funcionario es una vergüenza para la Casa de Estudios de la cual egresó y donde impartió clases, y una pesadilla para la población.
Un aplauso a los universitarios que dicen las cosas sin guardarse nada. ¡No paren!
*Envoyé depuis Paris, France.