Por Andrés Timoteo

SÍ ES UN ‘MEME’

Menudo lío coyuntural en que está metido el partido Movimiento Ciudadano (MC) ahora que se quedó sin candidato presidencial luego de que Samuel García decidió abandonar la carrera por el 2024 y permanecer como gobernador de Nuevo León.


Claro, en términos legales no es un hecho fatal ya que el partido naranja puede postular a otra persona que no tenga un cargo público y, por ende, tampoco la obligación de separarse del mismo seis meses antes de la elección.

Además, tiene hasta el 24 de enero para elegir a su candidato formal, la precampaña puede ser omitida.

Hay tiempo, pero el retiro estrambótico de García Sepúlveda sabe a derrota antes de comenzar la justa.

En términos de proyección, MC no tiene a otro candidato de peso político importante para meterlo a la competencia y cumplir con los dos objetivos que se le habían encomendado a Samuel García.

Uno era acopiar la mayo cantidad de votos, no para ganar la contienda sino para restárselos a la hidalguense Xóchilt Gálvez, y dos para obtener el mayor número de posiciones para los emecistas en el Congreso de la Unión -Senado y Cámara de Diputados-.

Algunos dicen que de última hora podría ser Marcelo Ebrard el candidato pues aunque él decidió quedarse en Morena tras el benrrinche que hizo porque no fue postulado, el presidente Andrés Manuel López Obrador podría convencerlo de prestarse como esquirol ya que su primera opción, Samuel García, se le cayó.

En efecto, MC se quedó sin candidato y también López Obrador pues el neoleonés era su segundo abanderado presidencial para el 2024 y, como ya se dijo, no para ganar la contienda ni para hacerle competencia a Claudia Sheinbaum sino para tratar de robarle votos a la panista Gálvez. Por eso huele y sabe a doble derrota.

Dicen que la política tiene reglas duras, pero a veces hay virajes imprevisibles.

Hasta hace unos pocos días MC se perfilaba como la tercera opción en la lucha por el 2024, sus líderes prometían dar la sorpresa y además derrocar a los “viejos políticos” con los que no se quisieron aliar -PAN, PRI y PRD-, pero fueron ellos los que los derrotaron al obligar a García Sepúlveda a quedarse en Nuevo León y tumbarles la opción con la que pretendían hacerse del voto de los jóvenes y la clase media.

Por la forma desastrosa en la que García operó su licencia temporal de la gubernatura: sin negociar y enfrentado con panistas y priistas que dominan el congreso, mandando a sus funcionarios a tratar de reventar con violencia las sesiones legislativas y usando la policía para impedir que el gobernador interino entrara a palacio de gobierno, pues para el resto de los mexicanos salió mejor no tenerlo como opción para ocupar palacio nacional.

¿Se imaginan lo que haría sentado en la silla presidencial? El tipo no puede gobernar un estado y quería hacerlo con el país. Risas.

No solo es su impericia sino también su estolidez, frivolidad e ignorancia las que lo convirtieron en igual o peor que los de antes. Con las prácticas más primitivas de los intolerantes.

A él le acomoda la clásica advertencia de que es “un tonto con iniciativa”, pero más la que él mismo usó para comenzar su proselitismo, que la gente lo identifica como un ‘meme’.

¡Y sí lo es! Vaya que en las redes sociales donde está su principal fortaleza se han dado vuelo con las burlas sobre su fallida candidatura.

Él mismo pronosticó en lo que terminaría: en nada serio, en un simple ‘meme’.

DESJAROCHIZAR

La gobernadora campechana Layda Sansores está en la faena de “desjarochizar” su administración. Primero destituyó a Alejandro Gómez Cazarín de la presidencia de la Junta de Coordinación Política del congreso -quien murió una semana después – y ahora corrió a Javier Hernández Hernández de la Auditoría Superior del estado de Campeche (Asecam).

Hernández es un duartista que un tiempo fue consejero electoral en Veracruz y luego Gómez Cazarín se lo llevó para ocupar ese cargo a Campeche a fin de colonizar el gabinete laydista.

Su tarea era convertirse en un instrumento de control y chantaje de alcaldes y funcionarios a través de la fiscalización de las cuentas públicas.

Por alguna razón, Gómez Cazarín cayó de la gracia de Layda Sansores y fue defenestrado.

Ahora toca el turno a los jarochos que ‘importó’ para hacerse de cotos de poder allá.

La semana pasada fue Hernández cuyo cargo a pesar de ser transexenal y que no podían quitárselo salvo por una causa grave y la votación de los legisladores, lo dejó “voluntariamente” para no enfrentar el aparato estatal.

Según la prensa campechana, el tipo prácticamente salió huyendo del estado tras la advertencia de que sería encarcelado por las tropelías y negocios hechos en los dos años que duró al frente de la institución.

Ayer, nombraron a Guadalupe Cárdenas como titular interina de la Auditoría Superior de la entidad.

Y sorpréndanse, ella fue secretaría de Finanzas del exgobernador priista Carlos Miguel Aysa, el antecesor de Sansores.

¿Cómo habrá encontrado las cosas en la dependencia que la gobernadora eligió a una exfuncionaria priista -de los “conservadores”, como les llaman- para limpiar el tiradero que dejó el peón de los Gómez de Hueyapan de Ocampo?

Se habla que también llevarán a los tribunales a Xóchitl Mejía Ortiz, viuda del diputado, y quien en junio fue despedida de la Secretaría del Bienestar en el estado y se le abrió un expediente judicial por el desvío de varios millones de pesos.

La embestida laydista va dura y ruda.

*Envoyé depuis Paris, France.