Por Andrés Timoteo

SIGUE EL VACILÓN

El viernes pasado se cumplieron tres meses de que los hermanos Jorge y Alberto Cortina fueron 'ajusticiados' a balazos por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública en Totalco, Perote, y nadie ha sido castigado por ese crimen.
Tampoco hay sanciones serias contra la porquera transnacional Granjas Carroll que sigue robándose el agua y contaminando veneros, suelos y aire en el Valle de Perote.

Los díceres en la zona es que el procurador cuitlahuista del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez lo único que hizo fue elevar la cuota del 'moche' para no avanzar en las sanciones.

Les prometió a los cochineros -a cambio del abultar el soborno- que los dejarían "bien recomendados" con la próxima gobernante, la zacatecana Rocío Nahle, para que no los clausurara y siguiera con la estrategia de simular peritajes ambientales y sanciones de saliva.

Y en una de esas, les dijo, hasta él mismo repite en la cartera y entonces se las llevarán 'pian pianito' como dicen los italianos.

¿Se atreverá Nahle a ratificarlo -de rata y de refrendarlo- en dicha procuraduría?

Tal vez, si le opera los negocios como lo hizo con la familia García-Jiménez-Durán-Guerrero.

El viernes que viene se cumplirá un mes de la muerte de Abraham Márquez, trabajador de la oficialista Radio Televisión de Veracruz (RTV) a causa de una negligencia patronal y el saqueo del presupuesto para invertirlo en infraestructura y seguridad laboral necesarios.

Tampoco nadie ha sido llamado a declarar ante el ministerio público por ese homicidio culposo.

La carpeta de investigación abierta por la fiscala Verónica Hernández tiene el mismo peso y veracidad que la de Totalco. Ninguno.

Las pesquisa no existen ni mucho menos la intención de procurar justicia a las víctimas.

Se sabe que a los empleados sindicalizados que alzaron su voz por la muerte de Márquez han sido amenazados con despido y el quite de prerrogativas laborales.

A otros se les sobornó para callar la exigencia de justicia.

En ambos casos, RTV y Totalco, la apuesta del cuitlahuismo es tratar de engañar a la opinión pública, apostarle al olvido de la noticia, presionar a los denunciantes y sepultar toda indagatoria.

Ah y los impresentables Víctor Cisneros y Cuauhtémoc Zúñiga ahí sigue en sus cargos cobrando sus abultados salarios, haciendo negocios al amparo de la encomienda y robándose todo lo que puedan antes de que se les acabe el veinte en la 'rockola' sexenal.

En el agonizante cuitlahuato, "le echan un quinto al piano y que siga el vacilón", como dice aquella vieja canción.

A CHANCLAZOS

No pudo ser mejor retrato de fin de sexenio y fin de las giras por Veracruz lo sucedido ayer durante la visita del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador al puerto: botellazos, empujones, gritos de insulto y la orden a los morenistas locales para arremeter contra los periodistas que cubrían el evento.

Al crepuscular -aparentemente- mandatario le arrojaron una botella pero logró esquivarla, según las crónicas reporteriles, y el artefacto por poco le impacta al gobernante local, Cuitláhuac García siempre servil y un paso atrás de su 'master'. Vaya que es toda una alegoría ese botellazo.

Los que se manifestaban pacíficamente contra el presidente son trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF) quienes le reclaman la maniobra sucia en el Congreso de la Unión a fin de desmantelar ese contrapeso de la república y encaminarla a una autocracia. Por eso le gritaron: ¡Dictador...dictador!

Y quienes que los agredieron en un intento de silenciarlos e invisibilizarlos son militantes morenistas identificados con la diputada Rosa Hernández.

La comapeña, educada en la vieja usanza del escupitajo y las patadas, envió a sus huestes para arremeter contra los inconformes y, de paso, a los reporteros, agredir a los reporteros, fotógrafos y camarógrafos que ahí estaban trabajando.

Algunos dirán que la inefable mujer incumple esa vieja regla del periodismo de no recurrir al canibalismo ni defecar donde se comió, pero no es tal.

La comapeña durante su paso en la actividad reporteril nunca observó ninguna regla ética, ni a la hora de informar ni a la hora de comportarse en público.

Así que nadie le puede reclamar ninguna barrera moral.

Por cierto, uno de los sujetos que agredieron a los trabajadores del PFJ y a la prensa, es Jorge Cedillo Guevara quien además de laborar para la Dirección de Política Regional de la Secretaría de Gobernación es sobrino del exdelegado del Bienestar y actual senador, Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

Vaya, hasta parece un concierto de inenarrables. Y así la última gira del caudillo guinda se dio en medio de los chanclazos por doble vertiente.

La segunda es porque a la comapeña Hernández la apodan "Chancla María" por eso de sus modales refinados. Risas.

También suena a burla que el último acto de López Obrador en el puerto de Veracruz que históricamente ha sido liberal y progresista haya sido para homenajear al prócer Benito Juárez a quien el mandatario saliente se le quiere parecer, pero del cual ha aplastado toda su enseñanza política y libertaria.

El tabasqueño no es Juárez, se parece mucho más a Plutarco Elías Calles.

*Envoyé depuis Paris, France.