Por Andrés Timoteo
TIERRA DE DESAPARECIDOS
En unos días estará el presidente Andrés Manuel López Obrador en la región fabril conmemorando el 117 aniversario de la represión de obreros textiles en Río Blanco.
Allí, en los primeros días de enero del 1907, el dictador Porfirio Díaz ordenó dispersar la huelga de las fábricas de textiles y asesinar a la mayor cantidad de trabajadores disidentes.
Un siglo y 17 años después todavía no se sabe el número exacto de víctimas de aquella masacre, pero la sangre de las mismas regó la semilla de la Revolución, iniciada tres años después y que concluyó con la expulsión de Díaz del poder y del país.
Ahora, luego de cinco años de ignorar la gesta histórica, López Obrador acudirá por vez primera a rendir homenaje a los asesinados de Río Blanco donde se ubicaba la fábrica más grande.
Las otras estaban en Nogales y Ciudad Mendoza.
Hay nombres y registros, por supuesto, pero muchos obreros terminaron sin una tumba pues los desapareció la dictadura.
¿Cuántos fueron? De los seis mil obreros que había en las nóminas de las tres grandes fábricas textiles del Valle de Orizaba se estima que solo regresaron a laborar menos de 4 mil.
No es una cifra reconocida, pero si especulada.
A eso hay que añadirle a otros cientos de lugareños que no eran obreros, pero apoyaron la huelga e igualmente fueron masacrados y desaparecidos.
Así, esa región conoce desde hace mucho el dolor y la incertidumbre que ocasiona la desaparición forzada de personas.
Hoy, más de un siglo después, la desaparición de gente sigue golpeando a los habitantes de la región fabril -bueno, eso es un adjetivo desgastado porque en la región ya no se hila nada más que tragedias-.
Ahora Ciudad Mendoza e Ixtaczoquitlán acaparan titulares porque son territorios dominados por la mafia criminal y la política que se dedica a evaporizar personas.
Hay cientos de reportes de personas ausentes en la región, pero destacan dos casos.
Desde octubre del 2019, siete comerciantes están ilocalizables luego de que fueron detenidos por policías municipales de Ixtaczoquitlán. Ya son más de cuatro años.
Y el próximo lunes se cumplirá un mes de que otras cuatro personas desaparecieron luego de ser intervenidos por agentes de Tránsito municipal en Ciudad Mendoza.
El tabasqueño López Obrador anunció que el 7 de enero aprovechará su estancia en la zona centro para revisar el caso de estas personas.
LA FISCALA NO PUDO
Claro eso provoca hilaridad.
¿Qué revisará el mandatario si las autoridades locales ni siquiera los han buscado?
De los 12 agentes presuntamente involucrados solo uno ha sido detenido, pero ni siquiera ha podido ser acusado de ese delito de lesa humanidad.
La Fiscalía cuitlahuista no pudo acreditarle esa imputación y maniobró para que el juez de la causa le dictara prisión preventiva ¡por delitos contra las instituciones de seguridad pública! Risas.
Recurrieron al mismo armatoste legaloide para mantener en prisión a los incómodos para el gobierno estatal luego de que fue derogado el delito de “ultrajes contra la autoridad” .
Verónica Hernández, la fiscala carnala, es tan ineficiente que no pudo imputar a Fausto Ramírez, exdirector de Tránsito en el municipio, del delito de desaparición forzada, aunque en los merenderos políticos se mastica la versión de que el expediente ministerial se redactó de manera tramposa para que Ramírez tuviera una vía para la exoneración a mediano plazo.
Procesar a Ramírez Gutiérrez es montar en el mismo expediente al alcalde morenista Héctor Rodríguez Cortés, hermano del procurador del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez, un pillo igual que él.
El detenido Ramírez fue dirigente local del PRD, recaudador de fondos para la campaña de Rodríguez Cortés en la campaña del 2021 y al frente de la Dirección de Tránsito le recaudaba dinero por medio de extorsiones a los conductores y chantajes a los empresarios de la zona.
Como ya se ha dicho, ahora se sabe el acopio de dinero también incluía el secuestro y desaparición forzada de los que no querían pagar sobornos a los agentes viales.
¿Eso vendrá a revisar López Obrador?
CERO Y VAN DOS
Ojo, con el caso del alcalde de Ciudad Mendoza, ya son dos quejas que le llegan al tabasqueño desde Veracruz y de una sola familia protegida por el gobernante Cuitláhuac García.
Hoy es el alcalde Héctor Rodríguez, pero apenas en octubre otra denuncia contra Sergio Rodríguez, su hermano, llegó a la conferencia matutina de palacio nacional.
Hasta allá escalaron las quejas de empresarios que han sido extorsionados por el funcionario cuitlahuista.
Los Rodríguez Cortés le pesarán tanto a García Jiménez como en su momento le pesó a Javier Duarte sostener contra viento y marea a su secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez.
¿Lo recuerdan? Duarte decía que primero corría a su entonces mujer, Karime Macías, de Casa Veracruz que a Bermúdez Zurita. A pesar de que el tipo estaba señalado de muchos delitos, entre ellos la desaparición forzada de personas y colusión con el crimen organizado, el gobernante lo defendió y sostuvo hasta que la inercia lo obligó a renunciar.
Así hoy Cuitláhuac García con los Rodríguez de Ciudad Mendoza.
*Envoyé depuis Paris, France.