Por Andrés Timoteo

UN PEDACITO DE PARÍS

'Un rêve devenu en bijou' o sea un sueño convertido en joya. Así son las cinco mil medallas que ya se entregan en los Juegos Olímpicos París 2024 y a esa definición se le añade que, por vez primera, el acero vale más que el oro, la plata y el bronce.

Lo anterior porque cada presea lleva engarzado un trozo de la Torre Eiffel.

Así, al valor de los metales preciosos y al simbólico de los triunfos deportivos se adiciona el de la historia.

Cada atleta que sea ganador se llevará a casa un pedacito de París.

Diseñadas por la Maison Chaumet, joyeros de alta gama que desde hace 300 años han elaborado tiaras y otras prendas para la nobleza francesa y europea, las medallas para los juegos parisinos llevan también esa carga de distinción.

Entre los clientes históricos de Chaumet están las reinas María Antonieta y María Josefa de Sajonia -su suegra- así como la emperatriz Josefina Bonaparte y hasta el Papa Pio VII. Ahora, a la selecta clientela se sumaron los atletas olímpicos.

Cada presea lleva en el centro un hexágono de fierro forjado de las piezas desmontadas en la Torre Eiffel en su última reparación, entre 1981 y 1982.

Serían parte de la escalera original colocada en 1889 por Gustave Eiffel.

En monumentos de este tipo, lo que se sustituye no es chatarra sino tesoros que se guardan celosamente.

¿Y por qué un hexágono?

Francia tiene esa forma, incluso al país se le alude popularmente como 'El Hexágono'.

Los joyeros de Chaumet agregaron en el reverso de las medallas otros símbolos galos como la misma Torre Eiffel y la Victoria Alada de Samotracia, la diosa griega Niké, cuya escultura se exhibe en la entrada del Museo de Louvre.

Y por lujo no se para pues los estuches de las medallas fueron diseñados por Louis Vuitton. Vaya, historia y glamour, definen a esas joyas que se colgarán quienes suban al podio.

A propósito, ¿cuántas de esas preseas se ha llevado México? A penas dos, una de bronce en tiro con arco y otra de plata, la más celebrada, que obtuvo la judoca Prisca Awiti.

Y aunque el sueño olímpico todavía no termina, las expectativas son exiguas para los compatriotas maltratados desde siempre por el gobierno mexicano.

El presupuesto para ellos se lo robó la morenista Ana Guevara de la Comisión de Cultura Física y Deportes.

Entonces, lo que ganen será triunfo a costa del esfuerzo personal, no del régimen guinda.

Los ganadores se llevarán su pedacito de París para convidarlo a los compatriotas, pero que excluyan -por favor- a los 'chairos' del gobierno.

¡Nada para ellos! Que se queden con sus tamales de chipilín y su atole tabasqueño.
"ÇA IRA..."

¿Y qué fue lo que interpretó la banda de metal 'Gojira' -llamada originalmente 'Godzilla', pero que cambió su nombre por derechos de autor- en la inauguración de las Olimpiadas?

Una versada revolucionaria anterior a La Marsellesa llamada 'Ça ira' que alegóricamente traducen como 'todo irá bien', pero cuyo significado más lindante es 'eso pasará" o "eso funcionará'.

La cantaban los alzados en 1790 tras iniciada la Revolución y estuvo a punto de convertirse en el himno nacional si dos años después, en 1792, no se hubiera popularizado La Marsellesa.

Por cierto, el himno galo se llama así no porque se haya compuesto en Marsella, ciudad del Mediterráneo, sino porque fueron las tropas marsellesas las que comenzaron a entonarla cuando estuvieron destacamentadas en Estrasburgo, al norte de París. Allí la escribió el ingeniero militar Rouget de l'Isle.

En la puesta en escena denominada 'Liberté', una María Antonieta vestida en rojo y decapitada, sosteniendo su cabeza entre las manos, comenzó a cantar el 'Ça ira' desde los ventanales del Palacio de la Conserjería.

"Ah! ça ira,/ ça ira, ça ira, / les aristocrates à la lanterne!/ Ah! ça ira,/ ça ira, ça ira./ Les aristocrates on les pendra!" ("¡Ah, todo irá bien -o eso pasará-,/ los aristócratas a la hoguera!, / ¡A los aristócratas se les colgará!".

En el canto también se condena a la jerarquía católica, con el pontífice incluido, mandándolos al diablo y a la pira.

La canción termina con "Et quand on les aura tous pendus,/ on leur fichera la paille au cul,/ imbibée de pétrole" -"Y cuando los hayamos colgado a todos,/ les rellenaremos el culo con paja,/ empapada con petróleo". O sea que los quemarán desde la retaguardia. Risas históricas.

En el 'performance' de la Conserjería -edificio que, por cierto, fue la cárcel principal durante 'La Terreur' (El Terror), el periodo del gobierno de facto tras la Revolución Francesa donde recluían a los que serían guillotinados, entre ellos Luis XVI y María Antonieta- también se recrearon los levantamientos de 1830 contra el reinado de Carlos X y se escenificó el cuadro del pintor Eugène Delacroix, "La Libertad guiando al pueblo".

La 'Liberté' fue encarnada por la soprano Marina Viotti quien no escalaba una cima como en el lienzo de Delacroix sino que navegó en la proa de un barco.

¿Por qué? Al navío insigne de la armada real en 1790 se le cambió el nombre de "La Couronne" (La Corona) por el "Ça ira" de los revolucionarios.

Así, tal espectáculo fue una cátedra musicalizada de historia.

*Envoyé depuis Paris, France.