Por Andrés Timoteo

"YO BRINDO UN SERVICIO"
Primero fue nombrada como comisionada y luego como presidenta de la Comisión Estatal de Protección -risas- a Periodistas (Ceap) en pleno rafagueo contra los comunicadores.

Corría el sexenio en el que mataban en serie a los colegas y el gobernante en turno Javier Duarte necesitaba 'tapaderas' para mitigar el escándalo.

No le sirvió de mucho la catedrática Rocío Ojeda, primera titular del organismo, porque era ajena al periodismo y necesitaba alguien del gremio para combatir fuego con fuego o, como dicen en la campiña, "que la cuña apriete siendo del mismo palo".

Y así, en diciembre del 2014, llegó Benita González a la presidencia de la paquidérmica comisión.

Irónicamente quien se la propuso a Duarte -tanto como una de las primeras comisionadas como para ser su titular- fue la errática vocera Gina Domínguez quien en ese entonces ya estaba fuera de la Coordinación de Comunicación Social, aunque mantenía influencias en el gabinete.

¿Dónde está la ironía? Cuando Domínguez era jefa de información del periódico El Portal, una franquicia del Grupo Milenio adquirida por Alejandro Montano, el exsecretario de Seguridad Pública del alemanato, odiaba a González a la que tildaba de no tener escrúpulos y mercadear con el oficio.

"Vende la información al mejor postor", aseguraba.

Lo decía a voz abierta, varios colegas fueron testigos.

Y maniobró para que la corrieran de la corresponsalía de El Portal en Coatzacoalcos.

Empero, no tardó en cambiar de opinión y la catapultó a la Ceap.

Hubo compañeros que cuestionaron a Domínguez sobre tal decisión y su respuesta fue escueta pero certera pues si algo tenía la exvocera era saber medir a los ímprobos -tal vez porque se miraba en esos espejos- : Ella es servicial.

Es decir, el duartismo empoderó a Benita González para que le brindar un servicio, no para que defendiera a sus colegas periodistas.

Bajo su gestión en la Ceap mataron a ocho reporteros, casi la mitad de los 19 asesinados en todo el sexenio duartista.

No los mató ella, por supuesto, pero ni siquiera alzó la voz para pedir justicia por sus crímenes.

Cinco meses después de asumir la dirección de la Ceap, González fue contratada por la propia Domínguez para conducir el noticiero principal en una radiodifusora de su propiedad.

Y la ironía se transformó en indecoro.

Lo hilarante es que la propia González Morales confirmó la teoría que Domínguez tenía sobre ella.

Lo hizo en una entrevista concedida a la reportera jalapeña Claudia Montero en abril del 2015 poco antes de iniciar como conductora estrella del 'holding' mediático del que se hizo la exvocera duartista.

"Al cuestionarle si esta labor no afecta en el trato con los periodistas por tratarse de la empresa de quien fue catalogada como represora de medios cuando estuvo al frente de Comunicación Social, (Benita) dijo que no afecta en sus labores al frente de la Ceap".

"Yo brindo un servicio", añadió. Vaya que la señora Domínguez le atinó al escogerla por servicial y caradura.

TOTALMENTE SUREÑOS

Hoy, diez años después, Benita González vuelve a ser llamada para prestar otro servicio a otro mandatario en turno, bueno ahora mandataria, en la Dirección de Prensa del gobierno nahlista.

Y apenas trascendió la noticia, le salieron varios alabadores anunciando que representará bien al gremio en dicho espacio.

¿Cómo lo hizo en la Ceap?

La terca memoria desmorona la profecía de los convenencieros. Ah y hay que decirlo: Los Ginos están de vuelta.

Y es cierto eso que dicen algunos de que por lo menos será una veracruzana la que ocupe la cartera, 'pedrada' directa para la oaxaqueña Adriana Muñoz quien acaba de ser removida de la misma.

Asimismo es evidente que ahora toda el área de comunicación social del gobierno nahlista la detentan los sureños, concretamente la tal Mary Vázquez, asesora mediática de la mandataria y cuyo sobrino Rodolfo Bouzas ya mandaba en el asunto digital del departamento. Los sureños dominan, pues.

DONDE SE COME...

A propósito de la Ceap, la terca memoria es magnífica para acomodar en su justa dimensión a uno de sus actuales integrantes que hace poco maldecía la silla en la que se sienta -y cobra-.

En el 2019, este señor escribió un artículo titulado "La CEAPP nació muerta… y sigue apestando" -hoy ya le agrada su olor, risas-.

"Con la entrada de Cuitláhuac García se había pensado que quizás habría cambios en la CEAPP o incluso hasta iba a desaparecer la Comisión como algún sector del periodismo ha pedido con señalamientos de inoperancia y gastos millonarios. Pero no: ahí se mantienen pegado al presupuesto".
Los comisionados están "para lamerle suelas al mandatario estatal y a sus achichincles. Un organismo de periodistas alabando un régimen como el peor de los medios chayoteros". Y termina preguntando: "En serio, ¿vale la pena mantener la CEAPP y a sus bien pagados, pero invisibles consejeros?".

En la hemeroteca está la evidencia -los párrafos citados son tales cuales, sin alterar la pobre redacción-.

El que escupe hacía arriba en la cara le cae el salivazo, reza la sabiduría popular que en otro aporte recomienda: "donde se come, no se defeca". Más risas.

*Envoyé depuis Paris, France.