Luis Antonio Pérez Fraga
El fanatismo simplemente es la ausencia del pensamiento crítico, y la ausencia de pensamiento crítico se debe a la ignorancia.
Por eso un fanático no entiende razones por más que uno le explique o le trate de hacer entender algo, su mente obtusa, es cerrada, no cambia sus ideas fijas por ninguna otra por más que se le explique con peras y manzanas.
Hay fanáticos en varios rubros, por ejemplo: religiosos, políticos o deportivos, ¿cuántas veces ha visto usted polemizar en redes o en vivo, a un americanista con alguno otro fanático de cualquier equipo contrario?
No hay que ir muy lejos, aquí en nuestro país hemos vivido el fanatismo con el correr de la historia, desde la guerra de los cristeros, la persecución católica, la lucha entre liberales y conservadores, muy parecido a lo que actualmente estamos viendo en redes sociales con la división casi a la mitad, entre chairos y antichairos.
El fanatismo es el apasionamiento y la tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas.
Algunos otros claros ejemplos suelen ser cuando se es fanático de un actor, un músico o incluso cualquier celebridad por la que admiren su estilo de vida o forma de pensar y, en algunos casos, imiten algunas de sus características para poder asemejarse a la vida de esta persona. Lo que ellos llaman “fanatismo”, no es más que la pasión que se pone para defender convicciones.
Y la pasión es lo que a ellos les falta, es lo que nos diferencia. Nunca la tendrán, porque no tienen ideas que defender ya que su objetivo es solo denostar al otro, al que tiene ideas y las defiende con pasión.
Las personas fanáticas son normalmente irascibles, fácilmente irritables al ser contrariados sus postulados, no siendo infrecuente la hostilidad hacia los que no piensan como ellas.
No comparten verdaderos sentimientos con los demás pues tan sólo empatizan con sus correligionarios en los dogmas y creencias que les unen.
El fanatismo supone una adhesión incondicional a una causa. La mencionada ceguera que produce el apasionamiento lleva a que el fanático se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional.
El fanático está convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo que menosprecia las opiniones de los demás.
Por eso el grupo fanático de Hamás le pidió a la población de Gaza que se quedara, les pidió luchar hasta derramar la última gota de sangre, mientras que otros fanáticos, que son más, el movimiento Hezbollah, apoyado por Irán, declaró estar totalmente preparado para unirse a Hamàs en la guerra contra Israel.
Milicianos de Hamás dispararon cientos de cohetes hacia Israel que fueron interceptados por el domo de hierro de Tel Aviv, mientras Israel informó que bombardeó 750 objetivos en Gaza entre cuarteles, puestos de mando, depósitos de armas y túneles de Hamás.
“Nunca olvidaremos las atrocidades de nuestros enemigos y nunca perdonaremos, esto es solo el principio, destruiremos a Hamás, conseguiremos la victoria, acabaremos más fuertes que nunca”, dijo Netanyahu, el primer ministro de Israel que manda más que el presidente, lleva ya tres periodos de mando y en las últimas horas está padeciendo el antagonismo de muchos sectores de Israel por el manejo previo de la política y por la falta de previsión que derivó en los atentados.
El último reporte de víctimas refiere que hay al menos 1,900 muertos y más de 7,500 heridos del lado palestino.
Por parte de Israel 1,300 personas han muerto y hay más de 3,000 heridas.
La Organización Mundial de la Salud advirtió que el sistema de sanidad de Gaza se encuentra al borde del colapso y de una catástrofe humanitaria por la cantidad de muertos y falta de medicamentos, agua, luz y combustibles.
La ONU estima que en una semana más de 426,000 palestinos han huido de sus hogares en Gaza.
Ya hubo muestras públicas multitudinarias en rechazo a la violencia y en solidaridad, sobre todo con los ciudadanos palestinos que viven en Gaza, de miles de personas y también se manifestaron en ciudades de países como Irak, Egipto, Líbano, Jordania, Irán, Yemen, Siria y Baréin en apoyo a Palestina.
En la franja de Gaza, y eso ni Israel ni el mundo deben olvidar, existen otros frentes, por un lado tenemos a Hezbollah en el norte, el enemigo acérrimo de Israel -y más poderoso que Hamás- y los otros que si Israel se descuida puede ser mortales, también son el resto de los palestinos, cuyo rencor hacia Israel crece día a día, no solo por las decenas de años de ocupación, sino por lo que le sucede a sus hermanos en la franja de Gaza, se trata de la ciudades de Cisjordania, Ramala y otras que en total suman más de 5 millones, solo de palestinos, más 400,000 árabes que viven con y entre judíos en Jerusalén, la ciudad santa, ahí es donde las tensiones siempre son mayores día y noche en tiempos de paz, ya ni se diga en guerra.
Los ataques fueron brutales a su paso por territorio israelí, el grupo Hamás dejo una huella de terror, irrumpieron en las casas para sacar a las familias y masacrarlas incluidos niños y bebés; violaron y asesinaron a mujeres que luego exhibieron como trofeo, acribillaron a los asistentes de un festival de música, quemaron automóviles con personas vivas adentro, mataron a soldados a quemarropa.
Hamás lanzó entre 4 y 5,000 cuetes ¡a la vez! Que eran cientos por segundo y a la batería antiaérea más sofisticada le sería imposible contenerlos, además que la incursión terrestre a las 6 am en donde mataron a los 260 jóvenes que disfrutaban de una fiesta y de donde se llevaron a los 130 rehenes -incluidos a 2 mexicanos- se dio en su día de Acción de Gracias, pero más que tecnológicamente, a quien más agarraron distraído fue al primer ministro, ya que se encuentra enfrascado en una guerra interna en contra del poder judicial de su país, (¿dónde he visto eso, donde he visto eso? jajaja) al que quiere someter, a como dé lugar, y en medio de ese conflicto doméstico, fue que se dio el ataque.
Ahora la polémica gira en torno a que la condena a favor del pueblo judío y en contra de Hamás fue unánime y en casi todos los países del mundo, pero la petición mundial, ahora, es que ellos no hagan lo mismo que les hicieron; asesinar niños, civiles, mujeres, ancianos y gente inocente que no tiene nada que ver con el grupo terrorista, pues después de todo, el tiempo le podría dar la razón al presidente López Obrador tan duramente criticado por no condenar a Hamás por el ataque ni llamarlo terrorista, pues si Israel incursiona, tal como ha amenazado en Gaza, podría cometer mayores injusticias a las recibidas, ya que para empezar les dio 24 horas para abandonar el norte de Gaza y huir hacia el sur, cuando son alrededor de un millón 100 mil habitantes y solo existe una carretera, por cierto bombardeada por Israel, de 2 carriles de ida y 2 carriles de regreso, lo que significa que tendrían que salir, un promedio de 5 automóviles compactos ¡por segundo! para evacuar dicho territorio, en el que Israel pretende cobrarse la afrenta apelando al famoso adagio de: “ojo por ojo, diente por diente” Pufff… ojalá y no suceda así.
P.D.- Existe una muy delgada línea divisoria entre la justicia y la venganza. Marco Aurelio el emperador romano y filósofo estoico, nos ofrece una perspectiva revolucionaria sobre la venganza, su sabiduría se resume en una frase poderosa para manejar las ofensas y las injusticias, en lugar de caer en la tentación de responder con maldad y nos invita a elevarnos sobre los que nos han hecho daño…
“LA MEJOR VENGANZA ES NO SER COMO TÙ ENEMIGO”.
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