CHILPANCINGO, Gro .-La violencia en Guerrero es una muestra de que en el Estado existe un vacío de poder porque la autoridad carece de experiencia, afirmó el Obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza.
“Hay en Guerrero una Gobernadora (Evelyn Salgado) que no tiene experiencia y su papá (Félix Salgado), que ha sido Alcalde de Acapulco y cargos de representación popular, sí la tiene, pero no le ayuda en nada porque sólo le ha servido para designar a los funcionarios del Gabinete”, dijo en entrevista con REFORMA.
Rangel Mendoza aseguró que los recientes acontecimientos de violencia extrema que se han registrado en Chilpancingo, Tixtla y Acapulco se han producido debido a que organizaciones del crimen organizado tienen una fuerte pugna por el control de los territorios.
Consideró que las acciones de violencia ocurridas de julio a la fecha en Chilpancingo son porque la Alcaldesa morenista de esta capital, Norma Otilia Hernández Martínez, atizó el fuego de la pugna criminal.
Esto, según Rangel Mendoza, porque ella habría pactado con el dirigente de “Los Ardillos”, Celso Ortega Jiménez, pero incumplió los acuerdos.
Hernández Martínez, quien formaba parte del grupo político del diputado federal Pablo Sandoval Ballesteros, pero después se alió con Félix Salgado y su hija Evelyn, es investigada por las fiscalías General de la República (FGR) y del Estado (FGE), por los videos en donde aparece en una reunión con un hombre armado al que las autoridades aseguran que se trata del líder de “Los Ardillos”.
“Seguramente en esa reunión que tuvo la Alcaldesa con ese dirigente pactaron acuerdos, pero ella los incumplió”, refirió el Obispo Rangel Mendoza.
Según el prelado, la Presidenta Municipal también ha tenido contacto con los líderes de “Los Tlacos”, organización del crimen organizado que tiene fuertes pugnas con “Los Ardillos”.
Esa confrontación entre ambas organizaciones ha dejado un saldo de 12 taxistas asesinados a balazos, 5 de ellos calcinados, así como 10 vehículos de transporte público incendiados en Chilpancingo y Tixtla, desde el 8 de julio a la fecha.
El Obispo emérito consideró que fue una mala estrategia del Gobierno enviar al Ejército a los municipios donde operan “Los Ardillos” para combatirlos.
En febrero del 2022, elementos del Ejército y personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) realizaron un operativo en Quechultenango, pero fueron retenidos varias horas por la población que fue azuzada por los líderes de esta organización criminal.
Mientras que en junio de ese año, el Ejército, Policía Estatal y funcionarios del Gobierno estatal fueron retenidos por las autodefensas y la población de la comunidad de Petaquillas, zona que también está bajo control de “Los Ardillos”.
Rangel Mendoza consideró que la estrategia del Gobierno para frenar a estas organizaciones es ineficaz y planteó que el mejor remedio para pacificar Guerrero es dialogar con sus dirigentes criminales.
El líder religioso, quien ya está fuera de Guerrero, contó que durante esta última oleada de violencia que se desató en varias zonas del Estado dialogó con dirigentes de “dos importantes” organizaciones criminales y le dijeron que “ya están cansados y que quieren dar fin a esta guerra, pero que el Gobierno ya no se meta con ellos”.
Planteó que el Gobierno pacte la paz con los dirigentes de estas agrupaciones y que en esos acuerdos haya de por medio el ofrecimiento a que se acojan a una ley de amnistía.
Recordó que en el 2017, el hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador realizó una asamblea informativa en Quechultenango (bastión de Los Ardillos), en la que planteó promulgar una ley de amnistía a favor de los integrantes de las organizaciones criminales.
Dijo que cuando la morenista Salgado Pineda asumió la Gubernatura en Guerrero, él planteó de manera pública que se dialogara con las organizaciones criminales para que Guerrero estuviera en paz, pero no le hicieron caso.
“Las autoridades son doble cara porque sabemos que sí dialogan con estas organizaciones cuando son candidatos a una Alcaldía, una diputación o un cargo de más alto nivel, y ya lo veremos en las próximas elecciones del 2024”, expresó el religioso.
¿Usted cree que las actuales autoridades estatales haya negociado con alguna de las organizaciones para llegar al poder?
-“Solamente hay que ver a qué agrupación no se le toca y está en crecimiento, pero no quiero decir el nombre porque no me quiero meter en problemas”.
¿A usted se le ha señalado de ser vocero de Los Ardillos, no es una relación muy rara que tiene usted con ellos?
“No, yo sólo quiero que se pacifique el Estado y no tengo pactos ni negocio nada con ellos, sólo platicamos. Pero hay que señalar que en la zona donde están estos señores (Los Ardillos), es el lugar más pacífico del Estado y la gente vive en paz”.