CIUDAD DE MÉXICO (Agencias).- El narcotraficante Rafael Caro Quintero salió del penal de máxima seguridad del Altiplano esta mañana para ser operado de la próstata en un hospital de Toluca, Estado de México.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) la cirugía ambulatoria, que ya estaba programada, fue para tratar la estenosis uretral (obstrucción en la uretra) que padece.
Para ello, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional (GN) y los Sevicios de Protección Federal implementaron un operativo que incluyó el uso de un helicóptero, apoyo terrestre y el despliegue de 61 efectivos.
Caro Quintero, exlíder del Cártel de Guadalajara, salió a las 6:15 horas de este lunes del penal del Altiplano y fue trasladado al hospital “Lic. Adolfo López Mateos” en Toluca donde se realizó la cirugía.
“Al término de la cirugía, los médicos tratantes determinaron que no requería permanecer más tiempo en el nosocomio, por lo que, con las medidas de seguridad que el caso amerita, la persona privada de su libertad Rafel “N” fue trasladada al CEFERESO No. 1, sin reportar alguna novedad.
“A su regreso al centro penitenciario, a la persona privada de la libertad, se la dará seguimiento a su condición de salud, en apego y respeto a los Derechos Humanos”, indicó la SSPC.
Esta es la segunda ocasión que es operado de la próstata en el hospital López Mateos, la primera fue en septiembre de 2023 cuando estuvo internado durante cinco días.
En aquel momento, fue diagnosticado con hipertrofia de próstata grado cuatro y se indicó la realización de una prostatectomía suprapúbica, que es la extirpación de la próstata y parte del tejido que la rodea a través de una incisión en la zona púbica.
O bien, la realización de una resección transuretral de la próstata, que consiste en introducir un instrumento quirúrgico para cortar, a través de un circuito eléctrico, el exceso de tejido de la próstata para mejorar el flujo de la orina.
Caro Quintero tiene 71 años de edad y actualmente compurga una condena de 40 años de prisión por el homicidio del agente de la DEA, Enrique Camarena, en 1985, de los cuales lleva 29 años cumplidos.