TRAS EL ATAQUE
* Pasajeros del Metro aseguran que la seguridad se reforzó sólo en algunas estaciones y que los detectores de metales casi no son utilizados

CIUDAD DE MÉXICO (Agencias).- Después de que un hombre acuchilló a cuatro personas al interior de la estación Tacubaya del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, 5 mil 800 efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) se distribuyeron a lo largo de toda la red, sin embargo, usuarios reportaron que solo observaron la presencia policial en dicha estación.
En el ingreso a la estación Tacubaya, las personas se sorprenden al ser detenidas por un oficial que les pide pasar sus bolsas y mochilas por un detector de metales.

Esa medida no es común en el gigante naranja, pues aunque algunas estaciones cuentan con detectores, no se usan.

El incremento en las medidas de seguridad se da en particular a raíz de que, a penas el martes 19, un sujeto apuñaló a cuatro ciudadanos y después se tiró a las vías.

“Los usuarios también son rejegos con sus cosas”, comenta un empleado del Metro al hablar sobre las reacciones que ha observado durante las revisiones.

A pocos metros del detector de metales, más de 100 oficiales se organizan y se enlistan para bajar las escaleras, tomar el Metro y comenzar a distribuirse por toda la red.

Sobre lo anterior, la dependencia encabezada por Pablo Vázquez notificó en un comunicado que fortalecerá la seguridad del Metro con el despliegue de 5 mil 800 elementos de la Policía Auxiliar y del sector Pantera de la Policía Bancaria e Industrial, así como con la instalación de puntos de control y revisión en estaciones de mayor afluencia.

Sin embargo, la presencia policial no se hace notar en todas las estaciones. Parado debajo del reloj, Diego, estudiante de la Universidad de la Ciudad de México, comparte que, antes de llegar a Tacubaya, transbordó en otras estaciones y no vio tantos policías.

Sobre el área de abordaje, en dirección El Rosario, se pueden contar hasta diez uniformados en un tramo de 20 metros, algunos incluso equipados con cascos y chalecos antibalas.

En cambio, en las estaciones Parque de los Venados y Mixcoac solo es posible encontrar un par de policías.

Marisol Torres, trabajadora del Gobierno de la Ciudad de México, utiliza diariamente tres líneas del Metro para dejar a su hija en la escuela y trasladarse al trabajo. Ella también afirma que en ninguna otra estación notó la presencia policial que encontró en Tacubaya.

Otros ataques
Aunque no se siente insegura moviéndose en el gigante naranja, reconoce que lo usa por necesidad, “tenemos que hacerlo”.

El ataque del 19 de noviembre no es el único que tiene registrado en su memoria:

“Hace algunos años, cuando ocurrió el incidente de Tacubaya, que fue que chocaron los trenes, fue por fallas humanas”.

Aún más, tiene presente que el 4 de agosto de 2023, en la estación Hidalgo, un hombre se arrojó a las vías cuando estaba llegando el tren, llevándose consigo a una mujer que estaba parada a su lado, Celia Adriana Rodríguez, de 19 años. Ambos fallecieron.

Javier Loyola usa todos los días el Metro, Tacubaya está en su ruta. Una vez presenció la detención de un sujeto armado que disparó contra un oficial en la estación Balderas:

“Un señor que se le ocurrió estar pintarrajeando las paredes, llegó el policía que cuidaba ahí, le pidió que no lo hiciera, se procedió al arresto, pero ya venía armado, después se metió otro policía del Estado de México que venía como pasajero, pero para apoyar, no le dio tiempo y ahí quedó muerto y creo que otra persona herida”.

Todo va a seguir igual

La presencia de los policías en la estación hace que Loyola se sienta más seguro, pero no cree que dure mucho:

“Pero desgraciadamente luego pasa que la semana que entra igual ya no hay nadie, hay uno o dos, si acaso, porque siempre me fijo en ese detalle, que haya seguridad”.

En esa misma línea de pensamiento se encuentra Marisol Torres, se siente segura con los oficiales y anticipa que su presencia será temporal.

Considera que una medida de seguridad que podría aplicarse en el Metro es poner mayor atención a no permitir el ingreso a las personas que llegan en estados alterados de conciencia, ya sea por drogas, alcohol o por padecimientos mentales.

La policía no siempre da seguridad

María Trinidad es monja y trabaja en una preparatoria. Se muestra indecisa al responder si siente más seguridad con elementos policiales al interior de las estaciones, aunque piensa que en general hace falta más vigilancia en los pasillos.
Después de vacilar unos segundos sentencia:

“Los vigilantes del Metro son otro tipo de personas a los que están ahí afuera, los policías, porque, pues ahora sí que no tenemos confianza ni en nuestra sombra, desafortunadamente hemos llegado a esos límites (...) yo sé que muchas personas sí ejercen y trabajan como debe de ser, pero desafortunadamente se infiltra el narcotráfico y todos los que buscan sus intereses propios, se dejan corromper”.

Wendy, estudiante del bachillerato Reyes Heroles, hace una mueca al ser cuestionada sobre la seguridad que le brinda la presencia policial:

“Un poco, porque la mayoría está en su teléfono, no es como que estén al pendiente”.

Confianza fracturada

Carolina espera la llegada del tren en dirección El Rosario, es colombiana y como extranjera le parece preocupante el ataque que hubo en esa misma estación hace unos días.

- ¿Lo que sucedió afecta tu confianza como extranjera al usar el transporte público?
- Pues claro que sí, me da un poco de susto, y pues bueno, como en todo Latinoamérica hay inseguridad, como en todos los países siempre hay problemas públicos, y creo que también es algo de prevención personal, de mirar qué personas están al lado mío y como me puedo autocuidar.

En un recorrido por la estación Tacubaya, Proceso recabó testimonios de usuarios, todos afirmaron que al subirse al metro toman precauciones personales para sentirse protegidos.

Solo una persona declaró que esta situación no afectará su confianza al utilizar el STC Metro.