POR EL MEGAPROYECTO DEL TREN MAYA
CIUDAD DE MÉXICO- La red de cuevas, cenotes y ríos subterráneos de la turística península de Yucatán de México, con cavernas a ratos abiertas en donde los rayos del sol juguetean con las estalactitas y el agua cristalina, está ahora atravesada en algunas partes por enormes pilares de acero y cemento que llegaron con un megaproyecto gubernamental.
Videos y fotografías publicados por ecologistas mexicanos, que llevan años denunciando los daños que la obra insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador —el turístico Tren Maya y todas sus instalaciones aledañas—, muestran la alteración subterránea en uno de los mayores atractivos del Caribe mexicano.
Guillermo DChristy, espeleólogo, experto en calidad del agua y uno de los muchos activistas que están denunciando los peligros ambientales del proyecto estrella del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, publicó el material esta semana en sus redes sociales para demostrar que las promesas teóricamente conservacionistas del gobierno no se están cumpliendo.
Los videos, según dijo, se tomaron el domingo.
"Se supone que íbamos a proteger este sistema de cavernas y cenotes y la promesa fue que no se iban a tocar", dice DChristy en las grabaciones en referencia al gobierno y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
"Nos mintió, señor presidente".
"Sí están perforadas y se está inyectando concreto en ellas", agregó.
"Ya tenemos al menos 12 grandes perforaciones... Masificar turismo, masificar desarrollos inmobiliarios y pasar un tren por la selva es el peor ecocidio que se ha hecho en este lugar".
La red de cuevas, cenotes —pozas de agua dulce— y ríos subterráneos de la costa caribeña de México es muy área muy sensible desde el punto de vista medioambiental. Son la única fuente de agua dulce de la región, ya que no hay ríos superficiales en ese terreno formado por roca caliza.
Pero también tiene un importante valor arqueológico porque ahí se han descubierto algunos de los restos humanos más antiguos de Norteamérica.
Como las cuevas estaban secas hace unos 10 mil años, los humanos y los animales las utilizaron antes de que se inundaran al final de la última Edad de Hielo, hace unos ocho mil años, preservando muchos de los restos del lugar.
DChristy encontró las columnas en un complejo de cuevas conocido como Aktun Túyul, cerca de la localidad de Xpu Ha, unos 100 kilómetros al sur de Cancún, en un tramo inacabado del tren que discurre entre Cancún y la localidad playera de Tulum.
La empresa militar que está construyendo el tren no respondió de inmediato a una solicitud de comentario ni tampoco el INAH.
López Obrador había prometido que parte de su controvertido proyecto del Tren Maya, una obra de mil 500 kilómetros y 20 mil millones de dólares que conecta los principales lugares turísticos de la península, discurriría por una calzada elevada sostenida por pilotes para evitar aplastar o perturbar las cuevas y cenotes. Además, la megaobra ha talado kilómetros de selva.
El mandatario inauguró a finales del año pasado los primeros tramos del tren y quiere tenerlo concluido antes de dejar el cargo el 1 de octubre.
La obra está en manos de las fuerzas armadas —cuyas funciones en México se han multiplicado durante la presidencia de López Obrador—- que, además, también gestionarán proyectos turísticos en la zona.
Aunque las autoridades han promocionado el tren como un transporte que será funcional para mover a los locales y también mercancía, su única fuente real de ingresos significativos serían los turistas.
Las críticas de los ecologistas comenzaron antes incluso del inicio de las obras y se han multiplicado con el avance de la construcción.
La respuesta del presidente ha sido siempre la misma: que los ambientalistas que le critican son parte de sus enemigos conservadores.