* En su libro sobre la trayectoria vital y política de Xóchitl Gálvez, la periodista Scarlett Lindero confirma la solidez de la narrativa de la panista hidalguense sobre sus años juveniles; sin embargo, deja entrever que no ocurre lo mismo con su trayectoria empresarial y política

CIUDAD DE MÉXICO (Agencias).- Para la reportera Scarlett Lindero, los aspectos más públicos y verificables de la historia de Xóchitl Gálvez tienen que ver con su historia personal. Paradójicamente, es en su desempeño público donde existen mayores dudas, opacidades y asuntos sin clarificar.

En estos días, el libro Xóchitl, de vender gelatinas a buscar la Presidencia de México (Planeta, 2023) acaba de iniciar su distribución y su autora, la mencionada Scarlett Lindero, apunta a los claroscuros de la hidalguense que en unas cuantas semanas se convirtió en la favorita de las oposiciones para presentarla como candidata presidencial en 2024.

Los claros son aquellos aspectos que tienen que ver con su origen, la venta de gelatinas o el linaje otomí; los oscuros, la proveeduría gubernamental durante el sexenio de Vicente Fox, cuando ella era funcionaria, su papel de la alcaldía Miguel Hidalgo, e inclusive, algunas contradicciones como su declarado rechazo a la bohemia pero los testimonios y conductas sobre su participación de ambientes festivos.

En entrevista con Proceso, Scarlett Lindero desvela algunos de los misterios detrás de la figura de Xóchitl Gálvez, la controvertida figura de la política mexicana que irrumpió en la escena electoral en julio, se convirtió en coordinadora del Frente Amplio por México (unión de los partidos PRI, PAN y PRD) y, con eso, en virtual candidata a la Presidencia.

Verificaciones de origen
La motivación de Scarlett Lindero para escribir el libro sobre Xóchitl Gálvez se centró en el tema de las gelatinas, un negocio que la política hidalguense solía contar, diciendo que con lo obtenido de sus ventas es que pudo estudiar; además, la también empresaria se afirmaba en la movilidad social y se autoadscribía indígena.

Scarlett viajó a Tepatepec y de su recorrido da cuenta en el libro con lo que pudo confirmar:

En efecto, la familia de Xóchitl Gálvez no sólo confirmó la venta de gelatinas, sino le mostró fotografías de cómo dejaban los recipientes al sereno pues no tenían refrigerador, un electrodoméstico que para los años setenta era de uso generalizado en centro urbanos, no así en Tepatepec, Hidalgo.

Y es que, en la localidad, según la autora, la familia Ruiz, ascendente materno de la presidenciable, gozaba de buenas condiciones económicas para la zona, entre otras cosas por el ímpetu de su abuelo, que fue propitario de la primera trilladora y de un telar.

La familia Ruiz es poseedora de varios comercios en la localidad, de ahí que Xóchitl venidera gelatinas, aunque no de manera ambulante o en algún puesto, sino en el mercado donde dejaba su producto en el comercio de un familiar.

Hasta ahí, la historia que cuenta Xóchitl Gálvez, dice la autora, es auténtica y ha sido la misma durante más de 20 años, pues logró localizar en revisiones hemerográficas que la ha contado desde que empezó a destacar en el ámbito empresarial y posteriormente en el político.

La familia Ruiz no se reconoce indígena, en tanto, Scarlett pudo confirmar que uno de los abuelos si era otomí. Así, de la lectura de su libro puede entenderse que su familia era conocida y con más ingresos que el promedio en el pueblo, lo que por otra parte tampoco los convierte en empresarios o acaudalados de la época.

Acaso la parte personal ofrece una explicación respecto a ciertas estrecheces. Por ejemplo, la reportera recoge entre la familia materna de Xóchitl, que su padre, Heladio Gálvez, tenía problemas con su manera de beber.

Siendo profesor de escuela, fue una fuerte influencia en los anhelos de salir del pueblo de Xóchitl, pero como proveedor, la familia Ruiz suele reprochar aun hoy que jamás gastó un centavo en mantener adecuadamente la casa familiar.

Los claroscuros
Xóchitl Gálvez comenzó su carrera política trabajando con la familia Mayorga, una influyente familia del PRI. Xóchitl tenía claro su deseo de irse del lugar y tenía los medios para hacerlo, aunque su padre, a pesar de ser un profesional, no pudo apoyarla.