CIUDAD DE MÉXICO (Agencias).– “La próxima administración federal arrancará en un contexto terrible: importantes retrocesos en seguridad, fortalecimiento de los grupos delictivos, una creciente participación de los jóvenes en la criminalidad, así como con los mayores índices de violencia e impunidad de nuestra historia”, advierte Francisco Rivas Rodríguez, director de la organización civil Observatorio Nacional Ciudadano.
“Ya vimos –detalla– los efectos de un gobierno que soslaya su responsabilidad, desmantela instituciones, debilita el gasto, protege a los delincuentes, revictimiza y dirige una campaña en contra de periodistas y activistas: esa administración pasará a la historia como el peor gobierno en materia de seguridad y justicia”.
Agrega el activista que se trata de “un gobierno que fracasó en proteger a los mexicanos y heredará a la próxima administración las peores condiciones de incidencia delictiva y violencia que podamos recordar”.
Rivas sostiene que se debe de insistir en que la ruta actual, con la misma lógica y el gasto en seguridad, llevará a un aumento de la ya gravísima crisis de violencia e impunidad.
Según las cifras de la ONG, los niveles de homicidios en esta administración, cuyo lema ha sido “abrazos, no balazos”, superan incluso los de la “guerra contra el narcotráfico” emprendida en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012).
“Cuando las tasas de homicidios dolosos son desagregadas a nivel estatal, se identifica lo lejos que está el país de superar la violencia enquistada desde hace más de 15 años. Las entidades del noroeste del país y aquellos ubicados en la costa sur del Pacífico mantienen altos niveles de violencia letal. Aunque se afirme que hay reducción del delito, hay poblaciones que están experimentando niveles de violencia récord, como Zacatecas y Guanajuato”.
Asimismo los resultados estatales del Índice de Paz en México (IPM) muestras que desde 2022 Colima se consolidó como el estado más violento del país, con un incremento exponencial de la inseguridad, al arrojar la peor calificación de paz y la tasa de homicidios más alta.
“La violencia en Colima se intensificó en la última década, después de que los cárteles mexicanos cambiaran sus intereses de las drogas de origen vegetal, como la mariguana y la heroína, a las drogas sintéticas. De este modo, los cinco mil 600 kilómetros cuadrados que abarca el estado se han convertido en un sitio de gran interés para los cárteles de la droga que operan en México.
El puerto de Manzanillo es ideal para que arriban desde Asia los precursores químicos empleados para la fabricación de opioides y otras drogas sintetizadas en laboratorios clandestinos en México y posteriormente trasladadas por aire, mar y tierra por la frontera de Estados Unidos.