* “Desafortunadamente, no hay posibilidad de un aterrizaje suave en la Luna”, informó Astrobotic
CIUDAD DE MÉXICO.- Lo que por la mañana era júbilo nacional por el lanzamiento de la Misión Colmena de la UNAM, por la noche devino en incertidumbre y zozobra por un fallo en la nave Peregrine que ha comprometido su eventual llegada a la Luna.
Desde Cabo Cañaveral, en Florida, donde el cohete reutilizable Vulcan Centaur despegó exitosamente la madrugada de este lunes con el Peregrine y Colmena a bordo el físico y doctor en ciencias Gustavo Medina Tanco, líder del proyecto, explica a REFORMA la situación.
"Lo que pasó es que, siete horas después de ser separada del cohete, o sea, más de ocho horas después del lanzamiento, con todos los sistemas perfectamente prendidos dentro de la nave y todo perfecto, hubo un problema. Y es que la nave se desorienta, esto quiere decir que pierde el apuntamiento.
"O sea, va en la trayectoria correcta para ir a la Luna", remarca Medina Tanco (Jujuy, Argentina, 1962), fundador y jefe del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.
"Lo que pasa es que perdió el apuntamiento hacia el Sol, con lo cual empezó a trabajar con baterías, que tienen unas pocas horas de funcionamiento".
A través de lo que el físico califica como un "esfuerzo impresionante", personal de la empresa Astrobotic, responsable del desarrollo del Peregrine, logró reorientar la nave hacia el Sol y cargar las baterías, por lo que ha podido seguir funcionando.
"Pero el problema de base que se descubrió es que todo eso pasó porque hay una fuga de combustible en uno de los motores que la orienta. Con los otros motores se está tratando de compensar ese motor que dejó de funcionar, pero para hacer eso, esos motores consumen muchísimo más combustible de lo que deberían.
"Entonces, esencialmente lo que está pasando es que se le va a acabar el combustible que había reservado para orientar la nave, para apuntarla, en relativamente pocas horas", agrega el investigador del ICN.
"Es decir, en unas 40 o 50 horas, si no se consigue resolver esa fuga que, sinceramente, yo considero que no se va a conseguir, pues la nave se apagaría porque se va a dejar de apuntar al Sol".
En una actualización en su cuenta de X, Astrobotic ha informado este martes que, dada esta fuga, "desafortunadamente, no hay posibilidad de un aterrizaje suave en la Luna", que es a donde se pretendía llegar para depositar en la superficie los cinco diminutos robots en forma de engranes, con una masa menor a los 60 gramos y apenas 12 centímetros de diámetro, desarrollados en el LINX.
Sin embargo, la empresa agregó que hay combustible suficiente para seguir operando el Peregrine como aeronave por al menos 40 horas más, mientras se siguen buscando formas de prolongar su vida útil.
"Digamos, no va a llegar a la superficie (lunar). A la Luna va a llegar, va a orbitarla, es seguro. Pero poco después se va a quedar sin energía y se va a perder la comunicación", expone Medina Tanco.
El módulo lunar Peregrine, fue desarrollado por Astrobotic con el apoyo financiero de la NASA, que encargó a esta empresa transportar hasta la Luna instrumentos científicos.
'Colmena es un suceso gigantesco'
Que el Peregrine no consiga llevar a Colmena hasta suelo selenita está lejos de representar un fracaso para la misión mexicana, apenas la primera de un ambicioso plan con dos misiones más proyectadas de aquí a 2030 para que México eventualmente lidere el nicho de microrrobótica en aplicaciones espaciales.
"Todo, todo lo que se ha hecho es innovador a nivel internacional. Nunca se había construido una carga tan pequeña como es Colmena para uso espacial, tan miniaturizada. Y se ha aprendido muchísimo haciendo eso, con muchísima tecnología que no se tenía en el País y ahora se tiene", destaca Gustavo Medina Tanco.
"Hemos conseguido validar toda esa carga a través de infinidades de pruebas en México; pero, aún más, hemos conseguido que esa carga en Estados Unidos a través de otras muchas pruebas sea certificada para que se la acepte para ponerla arriba del Peregrine. Y, además de eso, ha sido certificada también para que se la ponga arriba del cohete".
Todo esto, que no ha sido labor sencilla, menos aún si se consideran los numerosos cambios y rediseños que hubo que hacer a la misión (REFORMA 11/09/2023), constituye por sí mismo un gran hito para la instrumentación científica en el País.
"Más que haya sobrevivido al lanzamiento en forma totalmente exitosa. Eso ya es, por lo menos, 50 por ciento de los objetivos de las medidas de suceso de Colmena", detalla el titular del LINX, para quien un objetivo más se ha alcanzado conforme el Peregrine ha llevado la misión fuera de la magnetósfera terrestre hacia el espacio profundo.
"Eso es importantísimo, es otro hito; o sea, ¡México ha salido al espacio profundo!, nunca lo había hecho en toda su historia. Ya estamos ahí", celebra Medina Tanco.
"Colmena es un suceso gigantesco, ha hecho cosas que México nunca había hecho".
De cara a la imposibilidad de alunizar, el equipo de Colmena determinó adelantar la operación de los sistemas telecomunicaciones, procesamiento de datos en las condiciones de pleno espacio profundo, lo cual a su vez representa otra marca superada.
"Acabamos de encender Colmena, y respondió adecuadamente. Continuaremos pruebas más tarde en cuanto recibamos autorización de Astrobotic para hacerlo", compartió Medina Tanco hacia el mediodía de este martes.
"Con eso hemos logrado, por lo menos, un suceso del 75 por ciento en todos los objetivos de Colmena", añadió el investigador al otro lado de la línea desde Cabo Cañaveral, a donde acudieron funcionarios como el titular de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), Salvador Landeros.
"Acá se vinieron todos para sacarse la foto, y hasta con todos los nietos para llevarlos a Disneylandia".
De ahí que hablar de un fracaso resulte equivocado para el fundador y jefe del LINX, quien refiere que ni siquiera así lo considera la NASA, que encargó directamente a Astrobotic el Peregrine para lo que se esperaba fuera el primer alunizaje de un módulo estadounidense desde el final del programa Apolo hace más de 50 años.
"De hecho, la NASA ya le compró a Astrobotic las dos misiones siguientes a la Luna", precisa Medina Tanco.
"Para la NASA no hay falla, para la NASA esto es parte del proceso de volverse poderoso con una tecnología nueva, que es lo que deberíamos estar haciendo en México".