* La madre de Yanqui Kothan acusó que el Gobierno siempre va a ganar con sus mentiras
TIXTLA, Gro.- No hay que dejarse y hay que seguir luchando, pidió la madre del normalista Yanqui Kothan Gómez Peralta durante el homenaje de cuerpo presente a su hijo en las instalaciones de la escuela normal rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa.
Frente al féretro, la señora que se identificó como "la tía de la cooperativa" les dijo a los estudiantes que es necesario luchar.
"No hay que dejarnos, pero no hay que venderse, para que todo esto se acabe y ustedes tengan unas cosas mejores", convocó la mamá de Yanqui Kothan, el normalista de 23 años que cursaba el segundo año de la licenciatura de educación primaria y el jueves 7 de marzo en la noche fue asesinado de un tiro en la cabeza por policías estatales en un retén en el libramiento Chilpancingo-Tixtla.
El homenaje se realizó en la cancha de usos múltiples que está en las instalaciones de Ayotzinapa.
Los normalistas vistieron una playera negra en señal de duelo.
La banda de guerra y la rondalla de la escuela participaron en la despedida del joven, quien en Tixtla era conocido por su afición al ciclismo.
Además, cada año participaba en la carrera guadalupana.
"Llevaba diez años participando en esta carrera", dijo un hombre.
La madre de Yanqui Kothan, que vestía de falda color negra y blusa guinda, acusó que el Gobierno siempre va a ganar con sus mentiras.
"A los policías nunca les harán nada porque el Gobierno los limpia, los protege para que queden impunes", señaló en referencia a la versión que mantiene el Gobierno estatal de que su hijo y los otros normalistas que iban con él en una camioneta se enfrentaron a balazos con los agentes estatales.
En la despedida de Yanqui Kothan Gómez también estuvieron varios padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en septiembre del 2014.
Uno de los líderes de la escuela normal afirmó que ellos van a honrar la memoria de su compañero.
"¡Siete de marzo no se olvida, es de lucha combativa!", gritaron los normalistas en referencia a que en esa fecha fue asesinado su compañero.
Para finalizar la ceremonia, los alumnos realizaron el conteo del uno al 43 por sus compañeros desaparecidos en Iguala.
Después, el féretro con los restos del joven fue cargado por estudiantes y en marcha lo llevaron hasta su domicilio ubicado en el barrio de Santiago, en el centro de Tixtla.
Los estudiantes caminaron con el ataúd más de 2 kilómetros por un tramo de la carretera federal que va rumbo a Chilpancingo y las calles de Tixtla.
Después de las 15 horas, el cadáver del normalista fue sepultado en el panteón del pueblo.