*"No se puede entender cómo puede ser la responsabilidad de EU de las masacres que vemos en diferentes lugares, como lo que se vio en Morelos (...) o lo que se está viendo en Sinaloa", dijo Ken Salazar.
Salazar resaltó que Estados Unidos está dispuesto a colaborar con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, para abordar el problema de la inseguridad en el país.
CIUDAD DE MÉXICO.- El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, negó las acusaciones vertidas esta semana por el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre la presunta responsabilidad de Washington en la ola de violencia en el estado de Sinaloa tras la detención del líder y cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada.
"Cuando se dice entonces que Estados Unidos, nosotros, somos responsables con lo que está pasando en Sinaloa, entre otros lugares, pues no estoy de acuerdo. La realidad es que el problema se tiene que definir y se tiene que solucionar", manifestó el embajador Salazar ante los medios de comunicación, según recoge El Universal.
"No se puede entender cómo puede ser la responsabilidad de Estados Unidos de las masacres que vemos en diferentes lugares, como lo que se vio en Morelos (...) o lo que se está viendo en Sinaloa. Eso no es culpa de Estados Unidos", añadió Salazar, replicando así al presidente López Obrador.
El mandatario mexicano había asegurado días atrás que Estados Unidos era corresponsable de la violencia en Sinaloa por el arresto de “El Mayo” Zambada, quien gozó de un trato diferente al de otros detenidos.
"Si ahora estamos enfrentando en Sinaloa una situación de inestabilidad, de confrontación, pues se debe a que tomaron esa decisión", manifestó.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, anunció a finales de julio la detención en El Paso, Texas, de “El Mayo” y de Joaquín Guzmán López, hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, quienes se enfrentan a numerosos cargos en el país por liderar las operaciones de la organización.
“El Mayo” Zambada aseguró en una carta a mediados de agosto que Joaquín Guzmán, quien había llegado a un acuerdo con Washington, le entregó contra su propia voluntad a las autoridades estadunidenses el pasado 25 de julio.