EN LA CONABIO
CIUDAD DE MÉXICO. (Agencias).- Ex trabajadores de la Conabio, muchos de ellos con 10 años de experiencia en el manejo administrativo y de aplicación de la ciencia, denuncian que en el gobierno de la 4T fueron despedidos u obligados a renunciar; sus puestos fueron ocupados por personal no calificado.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia extrabajadores de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) esperan que de acuerdo con su perfil científico recupere la especialización perdida durante el actual gobierno debido al personal improvisado que llegó al organismo.
En el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador personas sin el perfil técnico, y fuera de lineamientos, llegaron a ocupar espacios de alta especialidad, pero leales a la Cuarta Transformación, entre ellos exempleados de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que avalaron la construcción del Tren Maya.
Exintegrantes de la Conabio, que fueron despedidos u obligados a renunciar, aseguran, además, que el reemplazo de personal implicó la reducción de ingresos que llegaban de gobiernos y organizaciones internacionales que financiaban proyectos de conservación de la biodiversidad, protección al medio ambiente, uso de energías renovables y capacitación.
No sólo son las plazas que están ocupando y la reestructuración de facto que están haciendo.
También es el manejo del Fondo para la Biodiversidad de la Conabio, aseguran.
La primera salida fue la del propio coordinador nacional de la Conabio, el exrector de la UNAM José Sarukhán.
Ocurrió en agosto de 2022, cuando la titular de la Semarnat, María Luisa Albores, designó como secretario ejecutivo del organismo a Daniel Quezada Daniel, un fundador de Morena en Hidalgo, “obradorista de corazón”, con doctorado en estudios urbanos, además de que se describe como geógrafo y economista, y que en la Semarnat trabajó en la Unidad de Transparencia.
Albores hizo la designación fuera del reglamento de la Conabio, según el cual ésa era una facultad del coordinador nacional del organismo, en ese momento el biólogo José Sarukhán, quien en 1992 fue uno de los fundadores de la comisión.
Durante los siguientes 18 años Sarukhán fue coordinador nacional honorario.
El organismo estuvo a cargo de Jorge Soberón y después de Ana Luisa Guzmán. En 2010 Sarukhán regresó para estar al frente de la Conabio, en donde permaneció hasta 2022.
En ese año Sarukhán presentó una terna de especialistas para la Secretaría Ejecutiva, pero Albores desestimó la propuesta y designó directamente a Quezada Daniel.
La salida de Sarukhán fue uno de los primeros 90 casos entre renuncias involuntarias, recortes y despidos de personal al que se le notificó haber reprobado exámenes de competencia o no cumplir sus metas para mantenerse en su plaza, pese a que varios de ellos tenían años de ocupar el puesto.
Violaciones administrativas
Según las denuncias consultadas por Proceso e interpuestas por exempleados de la Conabio ante la Secretaría de la Función Pública, Albores carecía de facultades conforme al artículo 6 del Reglamento Interior de la Semarnat, que impide hacer designaciones que no le correspondan.
También refieren violaciones al artículo 57 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas sobre el abuso de funciones y el 61 sobre tráfico de influencias.
Quezada Daniel, quien fue titular de la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia de la Semarnat, desde 2020 forma parte del Sistema Nacional de Investigadores en el nivel I.
El biólogo Roberto Rojo, activista que ha exhibido irregularidades del Tren Maya, publicó en sus redes sociales que, antes de su nombramiento en la Conabio, Quezada participó en la reunión informativa de la Manifestación de Impacto Ambietal (MIA) del tramo 5 Sur, “en ella dijo tranquilamente que ‘el Tren Maya no ha incumplido con ninguna norma y que todo se ha hecho con transparencia’”.
Con la designación de Quezada, Albores pretendía retomar la idea de una estructura organizacional para una “nueva” Conabio y convertirla en la Unidad Coordinadora Científica y Técnica para el Conocimiento, Conservación y Uso Sustentable de la Biodiversidad, dentro de la misma dependencia.
En 2023 sometió esa propuesta a consideración de las secretarías de Hacienda y de la Función Pública, y ésta estimó que sería viable si no se duplicaban plazas.
El 6 marzo de este año presentó el anteproyecto ante la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), pero se quedó congelado en la Consejería Jurídica de la Presidencia, de acuerdo con personal que trabajó en el área jurídica de la Conabio.
La propuesta de cambio también sigue en consulta en la Conamer.
Fragmento del texto publicado en la edición 0014 de la revista Proceso, correspondiente a agosto de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.