CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Al analizar las conferencias matutinas del presidente López Obrador se puede apreciar cómo el ejercicio de las mañaneras constituye un intento por redefinir las fronteras entre el poder político y la sociedad civil en México.
Desde la sociología cultural se plantea que la esfera civil está constituida por valores universales de solidaridad, autonomía y participación democrática, en oposición a las esferas de lo privado y lo estatal.
Desde esta perspectiva, las conferencias de AMLO no son simplemente actos de comunicación política, sino prácticas que buscan reconfigurar las nociones de lo público, lo civil y lo estatal en la cultura política mexicana.
La redefinición del discurso público
La sociología cultural se enfoca en la centralidad de las narrativas colectivas y las construcciones simbólicas en la esfera civil.
En este sentido, las mañaneras pueden ser vistas como un espacio performativo donde AMLO intenta controlar y mediar el discurso público.
Palabras como "pueblo", "gente" y "nacional" no solo expresan temas coyunturales, sino que son invocaciones a valores civilizatorios universales — la soberanía popular, la justicia social y la identidad colectiva —, que buscan reposicionar la política en sintonía con lo que Jeffrey Alexander llamaría el "proyecto de la civilidad".
AMLO presenta su mandato como una "Cuarta Transformación", un proyecto que aspira a expandir la esfera civil más allá de la hegemonía de las élites y la corrupción.
El uso reiterado de términos como "corrupción", "seguridad", "pesos", y "reforma" es clave en este proceso de deslegitimación de actores que son percibidos como ajenos a los valores civilizadores de la esfera civil: justicia, igualdad y participación democrática.
La constante invocación al pueblo refleja un esfuerzo por construir una narrativa moral que contraste las acciones de su gobierno con lo que él define como el estado fallido previo a su administración.
Las mañaneras como dramas cívicos
En términos sociológicos, las conferencias matutinas podrían ser interpretadas como lo que Jeffrey Alexander denomina "dramas cívicos".
Estos eventos son rituales públicos donde las acciones y decisiones de los líderes se representan ante la sociedad como parte de una lucha entre los valores de la esfera civil y aquellos que atentan contra ella.
El formato diario y sostenido de las mañaneras otorga a AMLO la capacidad de encarnar un héroe de la civilidad, enfrentado a enemigos que encarnan la corrupción, la injusticia y la exclusión. Así, la corrupción y el poder se presentan como entidades externas al proyecto civilizador que AMLO propone.
Este tipo de encuadre discursivo busca polarizar y simplificar las relaciones sociales en términos de "nosotros" contra "ellos", algo central en la narrativa civil.
Al recurrir a palabras como "poder" y "corrupción", López Obrador articula una tensión constante entre el poder legítimo (del pueblo) y el ilegítimo (de las élites corruptas), contrastando una visión de la esfera civil como espacio de inclusión y participación con una esfera política tradicional excluyente y viciada.
Esto genera una legitimidad moral en la que la figura presidencial se presenta como defensor de la civilidad.
Las limitaciones de la esfera civil en las mañaneras
Las mañaneras también ponen de relieve las tensiones y contradicciones inherentes en el intento de integrar la esfera política en la esfera civil.
Si bien AMLO busca retratar su gobierno como un proyecto de transformación civilizadora, las conferencias matutinas también pueden ser interpretadas como intentos de control sobre el discurso público, lo que limitaría la autonomía de la esfera civil al subordinarse a las narrativas oficiales de un Estado centralista.
En términos de la sociología cultural, esto representaría un riesgo de "colonización" de la esfera civil por parte del poder político, lo que comprometería los valores universales de autonomía y pluralismo que deberían caracterizar a esta esfera.
El término "información" en la nube de palabras refleja esta tensión. Si bien la información es crucial para una esfera civil robusta y participativa, su manejo en las mañaneras puede ser visto, en algunos casos, como un mecanismo de control estatal sobre el flujo de datos y narrativas, reduciendo la capacidad de la sociedad civil para generar sus propias interpretaciones críticas.
Cierre
Desde la sociología cultural, las conferencias matutinas de AMLO pueden entenderse como un intento de dramatización simbólica que busca redefinir la relación entre el Estado y la sociedad civil.
Las palabras recurrentes en la nube funcionan como símbolos que buscan crear un imaginario en el que el presidente encarna los valores de justicia, solidaridad y participación, mientras combate fuerzas que él mismo define como antagónicas a la civilidad.
Sin embargo, esta práctica no está exenta de contradicciones, ya que también corre el riesgo de subordinar la esfera civil a las narrativas oficiales, lo que podría limitar la autonomía crítica que algunos teóricos consideran esencial para una esfera civil genuinamente democrática.
