*Los ahogamientos de migrantes se han incrementado en la frontera norte de México a partir de 2021

Entre 2017 y 2023, en este río se han ahogado mil 107 personas migrantes, de acuerdo con un cruce de información oficial realizado para este trabajo. Las muertes comenzaron a incrementarse en 2021 y alcanzaron su punto máximo en 2022, con 267 ahogamientos.

CIUDAD DE MEXICO. (Agencias).- Ha pasado más de una hora desde que Juan Josésalió de las aguas del río Bravo con la intención de ingresar a Estados Unidos, pero no encuentra el hueco que le permita entregarse y pedir asilo. Desesperado, camina sobre el margen del afluente, del lado de Eagle Pass, Texas.

Avanza precavido entre la maleza y el fango.

Es el último tramo de un largo camino que comenzó enColombia hace poco más de un mes.

El alambrado de púas, la reja de acero y el muro de contenedores de carga colocados uno sobre otro dan la impresión de que se lucha contra un gigante infranqueable.

De pronto, dos lanchas tripuladas por militares de la Guardia Nacional texana aparecen sobre el río.

Con un altavoz le exigen volver a México.

Él intenta dialogar, pide asilo, se lo niegan; pide asilo de nuevo, lo rechazan nuevamente.

La única opción es regresar al caudal.

Temeroso, el hombre entra al río. Los militares estadounidenses lo rodean con sus lanchas y le indican el camino a seguir.

Hunden sus remos en el agua para que él pueda medir la profundidad.

“No pasa nada, amigo”, “It’s ok, compa”, gritan una y otra vez.

Poco a poco su cuerpo comienza a hundirse.

El río muestra su verdadera profundidad. Nada.

El agua casi le cubre la cabeza. Juan José se inquieta. Nada de regreso a Eagle Pass, toca tierra firme y los militares texanos lo rechazan otra vez.

De nuevo lo obligan a hundirse en el agua.

La dinámica se repite.

Del lado mexicano, en Piedras Negras, Coahuila, dos militares de la Secretaría de la Defensa ya esperan al colombiano.

Está flanqueado por ambos lados. Hoy no pasará a Estados Unidos.

MÁS PRESIÓN, MÁS MUERTES

El río Bravo es un afluente de 3 mil kilómetros que divide a México de Estados Unidos.

Sus aguas recorren el borde sur del enorme estado de Texas y hacen frontera con los mexicanos Chihuahua,Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

Entre 2017 y 2023, en este río se han ahogado mil 107 personas migrantes, de acuerdo con un cruce de información oficial realizado para este trabajo.

Las muertes comenzaron a incrementarse en 2021 y alcanzaron su punto máximo en 2022, con 267 ahogamientos.


Los decesos en Estados Unidos sucedieron en los condados de Hidalgo, Val Verde, El Paso, Maverick, Webb, Starr, Zapata, Cameron, Kinney y Brewster.

En México, los cuerpos se documentaron en los municipios Matamoros, Reynosa, Miguel Alemán y Nuevo Laredo, Tamaulipas; Piedras Negras, Acuña y Nava, Coahuila, y en algunas zonas de Chihuahua no especificadas.

La explicación del aumento de personas ahogadas es multifactorial. Por un lado, se ha incrementado el número de migrantes que cruzan México, por otro, se han endurecido y militarizado las políticas migratorias en ambos lados de la frontera.

Si bien el análisis de datos realizado por este equipo no permite establecer una relación concluyente causa-efecto, las entrevistas con expertos, los testimonios de migrantes y el trabajo de campo refieren una relación entre la aplicación de la política texana, la militarización mexicana y el incremento de los ahogamientos en el río Bravo.

Desde marzo de 2021, el gobierno de Texas ha edificado una enorme infraestructura para frenar la migración, que incluye un muro hecho de contenedores de carga, alambrado de púas, cercas de malla, boyas con cuchillas, torres de vigilancia y un despliegue de militares armados que custodian su frontera sur con México.

Le han llamado Operación Lone Star, y fue implementada por el gobernador Greg Abbott, un político republicano conservador que ha utilizado el discurso antiinmigrante como una bandera política-electoral.

La estrategia ha puesto en riesgo la vida de las personas que intentan cruzar a Estados Unidos.

En 2022, por ejemplo, tres de cada 10 ahogamientos ocurrieron en el cruce cercano a la ciudad de Piedras Negras, Coahuila, con Eagle Pass, condado de Maverick, Texas. Justo donde se concentra la mayor parte de la infraestructura de Lone Star, según los resultados del análisis realizado para esta investigación.

Desde 2021, en Texas se han construido 89.6 kilómetros de cerca, 36.1 kilómetros de muro, 8.1 kilómetros de alambrado, 6.3 kilómetros de barrera, 1.3 kilómetros de contenedores y 320 metros de boyas con cuchillas, según un análisis forense visual realizado a partir de imágenes satelitales de la frontera texana, notas periodísticas y comunicados del gobierno de Texas. 50% de la infraestructura está en Maverick.

Defensores de derechos humanos entrevistados aseguran que estas políticas restrictivas obligan a los migrantes a internarse en zonas despobladas, donde operan grupos criminales que los guían por áreas donde el río es más profundo y la corriente más fuerte.

“Hace tres años lancé la Operación Lone Star para defender a los tejanos y a los estadounidenses de las desastrosas políticas de frontera abierta. Texas continúa disuadiendo y repeliendo la migración ilegal. No retrocederemos”, escribió Abbott el pasado 6 de marzo en su cuenta de Twitter, ahora X.

En respuesta a esta investigación, el gobernador Abbott aseguró que la crisis de ahogamientos es responsabilidad del gobierno de Joe Biden y sus políticas de fronteras abiertas que alientan al migrante a realizar un cruce ilegal.

Por su parte, la oficina de la presidencia de Estados Unidos aseguró que en la administración de Biden se han reducido más de 55% los cruces fronterizos ilegales.

Acusó que los políticos republicanos “están más interesados en maniobras políticas peligrosas e inhumanas que en asegurar la frontera”.

Durante meses, y de forma conjunta, The Washington Post y Lighthouse Reports documentamos las muertes por ahogamientos ocurridas en 13 condados texanos y tres estados mexicanos por los que corre el río Bravo: Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua. Nuevo León no se incluyó porque no reportaron ahogamientos.

Realizamos viajes a los dos lados de la frontera deMéxico con Estados Unidos, hablamos con decenas de migrantes, activistas y académicos.

Construimos bases de datos con información oficial, cruzamos fuentes abiertas y hallamos nuevos datos que la autoridad no tiene identificados.

Uno de ellos es que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), responsable de contabilizar las muertes de personas migrantes, ha subestimado significativamente el registro.

Entre 2017 y 2023, CBP reporta 498 muertes por ahogamiento en la frontera de Texas, pero en esta investigación se encontraron 858 decesos en el mismo periodo.

En México la situación es aún peor, las autoridades estatales y federales entregaron datos escasos y contradictorios.

Este reportaje contempla los registros de las fiscalías estatales y los municipios fronterizos obtenidos vía ley de transparencia, pero se dejó fuera la información entregada por elInstituto Nacional de Migración y la Secretaría de Relaciones Exteriores porque no desagregaron la causa de muerte ni la ubicación.

Incluso así, tras el cruce de datos existentes, se encontró que la crisis de ahogamientos en México coincide con el despliegue progresivo de miles de militares del Ejército y la Guardia Nacional en tareas de control migratorio a través del Plan de Migración en la Frontera.

Al principio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador la política migratoria mexicana intentaba cambiar el maltrato que por décadas han sufrido los migrantes, pero a los pocos meses esta se volcó a la militarización.

A mediados de 2019, el gobierno del expresidente Donald Trump utilizó tácticas de presión y amenazas contra la administración mexicana para obligarla a contener el flujo migratorio.

Ante las tensiones, el gobierno de López Obrador aceptó en junio de 2019 el Acuerdo de Migración México-Estados Unidos, que incluía como principal compromiso el despliegue de elementos del Ejército y la Guardia Nacional.


Desde entonces, el despliegue militar en las fronteras se ha multiplicado. 2022, año con más muertes, también fue el año con más despliegue: más de 11 mil 500 elementos del Ejército y la Guardia Nacional custodiaron la frontera norte, casi el doble de soldados que, en 2019, cuando inició el plan.


Especialistas consultados coinciden en que las políticas de contención no detienen el flujo migratorio y, al contrario, políticas como Lone Star y la militarización en México influyen indirectamente en el aumento de las muertes.


Margarita Núñez Chaim, coordinadora delPrograma de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana, denuncia que México utiliza una estrategia de desgaste y persecución con la que busca evitar que las personas migrantes lleguen a la frontera norte.

”La intención es hacer más difícil el trayecto, y eso conlleva a hacerlo más letal”, explica.

Jerónimo del Río García, investigador de laFundación para la Justicia, destaca que la militarización de la política migratoria en México ha detonado un incremento de las violaciones a derechos humanos: persecución, abuso de poder, tratos crueles.

Factores que influyen indirectamente en las muertes.

”La política migratoria tiene una lógica militar de combate al enemigo. Esto se ha trasladado en tratos más severos y crueles en contra de la población migrante, lo que ha hecho que tengan que optar por rutas alternativas con una serie de riesgos. No es que las Fuerzas Armadas provoquen directamente el ahogamiento, pero sí es un factor que influye indirectamente”, concluye.