* No obstante las reparaciones que el mayor monumento colonial de México ha recibido en este sexenio, el problema sigue vigente debido a que el convenio con el Instituto de Ingeniería de la UNAM está detenido, según ratifica el especialista en Geotecnia Efraín Ovando Shelley.
CIUDADN DE MÉXICO.- Como hace 34 años, cuando el 11 de abril de 1982 durante una conferencia del Cronista de la Ciudad Guillermo Tovar de Teresa, los días 21 y 22 de agosto pasado las intensas lluvias se filtraron por la bóveda de la Catedral Metropolitana y evidenciaron que “nuevas” grietas siguen abriéndose por doquier.
El proceso de deterioro de la estructura arquitectónica del monumento histórico, y sus consecuentes daños a las obras artísticas que alberga, como retablos, pinturas y esculturas, no se detendrá mientras no se atienda --literalmente– a profundidad el problema central en el subsuelo, es decir, en los hundimientos diferenciales.
Así lo ratifica el especialista en Geotecnia y en el hundimiento de la Ciudad de México, Efraín Ovando Shelley, investigador del Instituto de Ingeniería (II) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en entrevista con Proceso, al señalar que el fenómeno sigue afectando a la catedral y otros edificios virreinales de la zona, incluso a algunos de la época moderna.
Debe recordarse que desde principios de los años noventa, el Instituto había mantenido una colaboración permanente con las instituciones responsables de la política cultural del país, lo cual ya no opera al cien por ciento.
Es decir, primero con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (y después cuando cambió a Secretaría de Cultura), en la época en que estuvo al frente del proyecto de recuperación de la Catedral el arquitecto Sergio Zaldívar Guerra (1934-2022), quien convocó a varios de sus especialistas en geotecnia y mecánica de suelos.
Uno de ellos fue Ovando; igualmente en ingeniería estructural, los ingenieros Roberto Meli Piralla y Roberto Sánchez. Participaron expertos de otras instancias, entre ellos los también ingenieros Enrique Támez (1925-2020) y Enrique Santoyo (1936-2016).