Aunque el gasto en programas sociales ha aumentado en este sexenio, la pobreza sigue siendo un lastre para los mexicanos.

De acuerdo con el Coneval, 48.9 millones de mexicanos no tiene ingresos laborales suficientes para adquirir la canasta alimentaria básica para su familia.

CIUDAD DE MÉXICO (Agencias).- El gobierno de Andrés Manuel López Obrador dejará a su sucesor finanzas públicas con poco margen de maniobra ante el elevado gasto en los programas sociales, los cuales no terminaron por solucionar de forma estructural la elevada pobreza.

Aunque entre 2018 y 2022 el porcentaje de la población en situación de pobreza multidimensional a nivel nacional pasó de 41.9% a 36.3%, lo que representó un cambio de 51.9 a 46.8 millones de personas en situación de pobreza a nivel nacional, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), aproximadamente 36 de cada 100 personas en México presentaban al menos una carencia social y tenían un ingreso mensual insuficiente para adquirir una canasta alimentaria conformada por productos alimentarios y no alimentarios para cubrir sus necesidades.

En gran medida, los números de la pobreza se redujeron gracias a los programas sociales impulsados por el actual gobierno, sin embargo, las finanzas públicas del país tienen menos margen de maniobra ante menores ingresos y una mayor cantidad de gastos ineludibles.

De acuerdo con la directora general de México Evalúa, Mariana Campos, los ingresos públicos han crecido poco en lo que va del sexenio: apenas 5.5% de 2018 a 2022, mientras que en el sexenio de Vicente Fox crecieron 46%, en el de Felipe Calderón 20% y en el de Enrique Peña Nieto 15%.

“A pesar de que en los últimos cinco años la decisión recalcitrante ha sido no emprender una reforma fiscal, y del hecho de que las pensiones contributivas del IMSS vienen ejerciendo una gran presión desde hace tiempo, se incrementó el gasto en pensiones asistenciales, como la de Adultos Mayores, por ejemplo, en 444%, de 2018 a 2022, sin nuevas fuentes de financiamiento”, señaló la especialista en un artículo titulado “El nudo de la visión cortoplacista”.

Para ponerlo de manera simple, señaló Campos, en lo que va del sexenio, el gasto total en pensiones se incrementó en 433 mil millones de pesos, pero los ingresos totales sólo aumentaron 345 mil millones.

En 2022 el gasto en desarrollo social representó 12.1% del Producto Interno Bruto (PIB); asimismo, del total del gasto programable en desarrollo social, destacan las erogaciones en protección social que desde 2018 ha representado más de 20.0%, llegando en 2022 a 26.6%.

Del total del gasto en protección social, 33.8% se destinó al pago de pensiones y jubilaciones a cargo del gobierno federal, es decir las aportaciones que realiza para el pago de las pensiones y jubilaciones para trabajadores activos, que incluye las nóminas de pensiones y jubilaciones del IMSS, ISSSTE, extrabajadores de Ferrocarriles Nacionales de México y de Luz y Fuerza del Centro, así como el Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM).

Por otro lado, 27.2% se asignó a prestaciones económicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que engloba las pensiones en curso de pago y otros subsidios y apoyos administrativos.