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CIUDAD DEL VATICANO (Agencias) .- La muerte o renuncia de un papa marca el inicio de un ritual centenario que implica realizar juramentos sagrados por parte de los cardenales que eligen a un sucesor, perforar las papeletas con aguja e hilo después de contarlas y luego quemarlas para producir humo blanco o negro que indica si hay un nuevo líder para los mil 300 millones de católicos del mundo.
La elección está envuelta en secretismo y a los cardenales se les prohíbe comunicar al mundo exterior lo que ocurrió durante la votación en el cónclave, que se lleva a cabo detrás de las paredes con frescos de la Capilla Sixtina.
San Juan Pablo II reescribió las regulaciones sobre las elecciones papales en un documento de 1996 que sigue vigente en gran medida, aunque el papa Benedicto XVI lo enmendó dos veces antes de renunciar.
Esto es lo que sucede cuando un papa muere o renuncia, un período conocido como "sede vacante".
¿Quién está a cargo?
Si un papa fallece, el camarlengo debe certificar la muerte y sellar el apartamento papal. Él mismo dirige las tareas administrativas y financieras de la Santa Sede hasta que asuma el liderazgo un nuevo papa.
El puesto principalmente ceremonial de camarlengo lo desempeña actualmente el cardenal Kevin Farrell, un estadounidense de origen irlandés que hoy lidera la oficina de laicos del Vaticano.
Casi todos los prefectos de las oficinas del Vaticano pierden su empleo cuando muere un papa, pero algunos permanecen, incluido el ministro de Relaciones Exteriores y el maestro de ceremonias litúrgicas, quien desempeña un papel clave en la preparación del cónclave.
El decano del Colegio Cardenalicio convoca a los demás cardenales para el funeral, presidiendo la misa antes de que comience el cónclave. Ese cargo lo ocupa actualmente el cardenal Giovanni Battista Re, jefe retirado de la oficina de obispos del Vaticano.
¿Cuál es la logística?
La muerte de un pontífice inaugura una secuencia precisa de rituales que incluyen la confirmación de la muerte en la casa del papa, el traslado del ataúd a la Basílica de San Pedro para su visualización pública, una misa fúnebre y el entierro. Éste deberá realizarse entre el cuarto y sexto día después de su muerte.
Después del funeral, hay nueve días de luto oficial, conocidos como "novendiali".
Durante este tiempo, los cardenales llegan a Roma. Para que todos tengan tiempo suficiente para reunirse, el cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después de que se declare la "sede vacante", aunque puede comenzar antes si los cardenales están de acuerdo.
¿Quién puede elegir a un papa?
Sólo los cardenales menores de 80 años pueden votar y las regulaciones actuales limitan el número de electores a 120.
Según las últimas estadísticas actualizadas del Vaticano, había 136 cardenales menores de 80 años con derecho a voto, aunque ese número puede cambiar antes de que comience el cónclave.
Los mayores de 80 años no pueden votar, pero pueden participar en reuniones previas al cónclave, conocidas como congregaciones generales, en las que se discuten los problemas de la Iglesia. Fue en estas reuniones en