PUROS BECHOS Y APAPACHOS
* En el Encierro de Burros en Alvarado
Por VÍCTOR PINEDA/NOTIVER
Este sábado 12 de octubre como ya es tradición en el municipio de Alvarado, se realizó una edición más del Encierro de Burros en su edición 2024.
Esta tradición se remonta a la lucha de clases sociales de esa localidad y que data a finales del siglo XVIII, esto es, cuenta con arraigo y es una de las más concurridas en Alvarado y la región.
Es en esta festividad donde los hombres utilizan ropa y accesorios de mujer en una sátira que se viene practicando desde hace 130 años, y, que de generación en generación se transmite entre las familias nativas de este municipio.
El Encierro de Burros es conocido a nivel internacional, por lo que cada año, locales, visitantes y turistas tanto de Veracruz, como de la República Mexicana y otras partes del mundo se dan cita en el municipio alvaradeño.
Autoridades municipales del Ayuntamiento de Alvarado dieron el banderazo inicial al desfile en punto de las tres de la tarde, el cual recorrió las calles céntricas del municipio alvaradeño.
En un punto se pudo observar al ex alcalde de ese municipio, Bogar Ruiz Rosas quien estuvo acompañado de un grupo de amigos y ciudadanos, al paso del contingente fue saludado de beso y mano por los participantes que iban caracterizados de mujer, tal como la marca la tradición de esas fiestas.
El Encierro de Burros, es una de las fiestas más tradicionales de ese municipio, el cual representó la lucha de clases de una manera muy peculiar.
El antecedente histórico se remonta a finales del siglo XVIII, cuando los pobladores de esa región sotaventina veían en las cabalgatas a hermosas mujeres, algunas extranjeras, que se regodeaban con lujosos ajuares y finos corceles exhibiéndose en tono burlesco.
Es así que, tomado como una burla por parte de la clase baja de pescadores y campesinos, un día se pusieron de acuerdo y utilizando ropas y maquillaje de sus mujeres treparon en sus burros y cabalgaron a la par, burlándose de la clase alta, lo que provocó la irritación de ricos y hacendados.
Como una medida preventiva para evitar ese tipo de sublevación y protesta, los hombres de la clase alta reprimieron a sus trabajadores y mandaron a encerrar a todos los burros de la clase baja, coartándoles el derecho de protestar en esa desigual lucha de clases.
El resultado fue inesperado y la reacción provocó que el incidente se institucionalizara hasta nuestros días, convirtiéndose en el gran desfile tradicional del "encierro de burros".
Desde entonces, los alvaradeños de todas las clases sociales se preparan con orgullo para el festejo, procediendo a la sesión solemne de maquillaje y vestuario para hacer de la fiesta una tradición cuyos inicios se remontan a la lucha de clases de finales de siglo XVIII.